Kate Bones
Estaba sentada en unos bancos del patio, descansando por el fin de las clases por el día de hoy, cuando otro cuerpo se sentó a mi lado.
- ¿Me extrañaste? -
- Ey! ¿Donde has estado? - le conteste a matheo con una sonrisa.
- Fue el bautismo de mi hermano, mis padres me retiraron por estos días. - sonrió.
No había visto a Matheo desde el sábado aunque siendo sincera solo había notado su ausencia el lunes. Ayer fue un día muy ocupado.
- Mmh. - asentí. - Perdón por dejarte plantado el domingo, me sentía mal. -
- No te preocupes, me lo han dicho. - sonrió, de nuevo.
- ¿Porque tan sonriente? - frunci el ceño.
Se encogió de hombros aún con una sonrisa en su rostro. - ¿Te acompaño a tu sala? - se levantó poniendo mi bolso en su hombro.
Me levante con el ceño fruncido y una sonrisa extrañada. ¿Porque se estaba comportando así?
***
Me estaba dirigiendo a mi primera clase particular con el Sr. Malfoy, por alguna razón sentía muchos nervios.
No había prestado atención a ninguna clase, además de pociones, en todos mis años escolares. Tenía miedo de lo que me pudiera preguntar.
Llegue a la puerta de su oficina, toque y escuche un "pase" al instante.
El profesor se encontraba parado al lado de un estante de libros, al parecer eligiendo algunos.
- Buenas tardes profesor. - baje mi mirada mientras caminaba a mi habitual asiento, dejando mi bolso a un lado.
- Buenas tardes Sta. Bones. - hizo una leve sonrisa. - Estaba viendo que libros serían útiles para la clase de hoy. - camino hasta su escritorio dejando 3 libros enfrente de mi rostro.
Pase mi lengua por el interior de mi mejilla. - No necesito estas clases profesor, sin ofender. -
- Ah si? - levantó su ceja a lo que asentí.- ¿Cuales son las propiedades de la sangre de unicornio? -
Mordí mi labio inferior ante no saber la respuesta, claramente.
- Bien. - sonrió sarcástico. - Te dictare 10 preguntas, lees los libros y las respondes. -
Frunci mi ceño rodeando los ojos, escuchando como empezaba a dictar.
No cruzamos ninguna palabra por el resto de la clase, pude reconocer como corregía los exámenes que me había asignado anteriormente.
Estaba por terminar mi tarea cuando se me dificulto completar la última pregunta.
- Profesor. - levantó su cabeza para mirar atentamente mis ojos. - No entiendo la pregunta 10. -
Se levantó de su asiento para dejar mi bolso a un lado y sentarse a mi lado.
Mi corazón se aceleró levemente ante su cercanía.
Su cuerpo se inclino hacia mi para leer la pregunta que estaba en mi cuaderno.
Trague saliva al sentir su respiración chocar con mi pecho y su muslo rozando el mío.
Su voz empezó a escucharse en la habitación pero se me hizo muy difícil concentrarme.
- ¿Señorita? - desvíe mi mirada rápidamente de sus ojos, me había quedado completamente hipnotizada. - ¿Entendió?