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Riki estiró sus brazos, soltando unos pequeños quejidos mientras bajaba las piernas para calzar sus sandalias. Se mantuvo por unos segundos sentado mientras veía su alrededor, rascó su cabeza y terminó por incorporarse, tomando el móvil de su mesita.

Salió de su habitación, arrastrando sus pies y con la mirada en la pantalla de su celular.

―Buenos días ―el amable saludo lo hizo reaccionar por completo al lugar donde se encontraba.

Sí, en su departamento como siempre, solo que no recordaba la presencia de Jake. De todas formas si no hubiese sido sorprendido por el rubio, la notificación de la app le habría avisado.

Ya se habían cumplido las 24 horas del tiempo con Jake, pero el rubio estaba de pie en la sala, saludando al japonés con una sonrisa.

―Buenos días ―murmuró, arrastrando sus palabras, ahogó un bostezo y sacudió su cabeza de forma leve―. ¿Te irás? Esto ya me aviso... ―alzó el celular, mostrando la notificación.

Jake no respondió, tan solo pasó a la cocina como si Riki no hubiese dicho nada más luego de los buenos días. El pelinegro lo siguió con el entrecejo fruncido, algo curioso también.

―Antes que se acabara el tiempo hice un desayuno ―señaló la bandeja cubierta con una tapa de vidrio, cuidando la comida.

Riki recostó su brazo del marco, tomando una postura más relajada y con flojera, pasó la mano por su rostro intentando despertar por completo. ―Ayer intenté despertarte pero...parecías en coma.

Una sonrisa se dibujó en los labios del rubio, bajó su mirada a sus manos entrelazadas con algo de vergüenza. ―Gracias por dejar que me quedara.

Y ahí, frente a Nishimura estaba el rubio, apretando sus manos de manera disimulada para controlar un poco la situación en su pecho, sus pies se mecieron un poco y sonrió de una manera tierna.

El corazón de Riki dio un latido más fuerte, regresando al pelinegro a tierra de golpe, fue como si el latido de su corazón rompiera su burbuja de pensamiento.

―Iré a lavar mis dientes ―masculló, sin dejar paso a otra oración más se giró para encaminarse al baño.

Aún si lavó su rostro dos, tres, cuatro veces, seguía sin poder recuperar su tranquilidad. Sobó su pecho mientras se miraba en el espejo, con la barbilla goteando el agua que se escurría de su rostro, sus ojos analizaban su propio reflejo.

¿Habría sido por el susto?

― ¡Riki! ―dio un respingo ante el llamado―. ¿Quieres que te sirva jugo?

El chico secó su cara con una toalla y salió del baño, consiguiendo a Jake al final del pasillo esperando una respuesta, sonriendo de la manera tan linda que lo hacía.

Riki no logró articular nada, así que atinó a darle una respuesta con su cabeza, asintiendo breve.

―De acuerdo, ven a comer.

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Había estado saliendo tanto últimamente que estar todo un día entero en su hogar le pareció desesperante, en parte.

Jake se había ido poco después del desayuno, excusándose por tener unas tareas que hacer, Riki se encogió de hombros con simpleza y le entendió.

Después de todo el mismo rubio fue quien había señalado las normas de la app, así que fue algo contradictorio a los ojos de Nishimura.

⌦ 𝙵𝚛𝚒𝚎𝚗𝚍𝙰𝚙𝚙 ✭ ❰𝗝𝗮𝗸𝗲𝗞𝗶❱Donde viven las historias. Descúbrelo ahora