⌦ 𝙵𝚛𝚒𝚎𝚗𝚍𝙰𝚙𝚙 ✭ ❰𝗝𝗮𝗸𝗲𝗞𝗶❱

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El día que Riki había planeado en ocasión a su declaración ya estaba completamente trazado en su mente.

Faltaba ejecutarlo. Lo más díficil e importante.

Empezaba con un mensaje de buenos días, y si salía bien terminaría con un mensaje de buenas noches.

Las emociones se intensificaron al punto de casi no conciliar sueño, algo que no le hubiese importado mucho si no tuviese que ir al trabajo luciendo entre somnoliento y sonriente.

Se lavó el rostro con agua fría un par de veces antes de salir a su trabajo.

El exterior pareció más ruidoso de lo normal, llevándolo a torcer varias veces su boca, mostrando que estaba aturdido. El trayecto al trabajo no fue muy largo para su suerte, llegó saludando a las caras que recordaba y a las que no solo le devolvía el saludo.

El alivio de poder contar con su mayor fuente de expresión para ayudarse a calmar su mente llegó tan pronto entró al edificio de la academia.

Era su momento de drenar todas esas energías que estaban acumuladas en su sistema.

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Su clase fue excelente, podía sentir la energía de todos y cada uno de los presentes, al final de la clase hicieron un círculo para hacer un baile al estilo libre, Riki inició por el incentivo de los demás, animándose a pasar al centro.

Dejó que el ritmo tomara su cuerpo y así soltar los movimientos al momento justo, podía ver los rostros felices y sorprendidos de los estudiantes, seguían rebotando en el mismo lugar a la espera de como se desenvolvía cada uno de ellos.

Riki tomó un par de videos, sonriendo totalmente alegre, los aplausos sonaron tan pronto se finalizó la actividad.

―Estuvo muy buena esta clase, espero la misma energía en la próxima ―Nishimura aplaudió, observando a los chicos yendo por sus bolsos o botellas de agua.

―Es por la energía que usted desborda ―habló Jungwon, secando su frente con una toalla.

―No solo yo, todos tienen una buena energía, la puedo sentir cada vez que entro aquí y están todos.

Se entretuvo hablando con varios de los chicos, sobre una presentación que tendrían pronto y lo nerviosos que estaba por eso, Riki compartió varios de sus consejos para manejar los nervios, ejecutar una estabilidad a la hora de la presentación, entre otros, ejercicios básicos de la respiración para relajarse.

No fue hasta que otro profesor entró al estudio pidiendo el espacio ya que era su turno, Riki torció su boca en impresión y tomó sus cosas, saliendo del lugar entre risas con los demás.

― ¿Hablamos tanto? ―inquirió Jungwon, asombrado, vio a su compañero asentir mientras alzaba el móvil―. Dios, hablamos una hora entera.

Riki abrió sus ojos hasta el máximo, sintiendo un tirón en todo su sistema cuando cayó en cuenta de todo lo que se había atrasado.

Se despidió de los chicos con unas cortas palabras y apresuró su paso hacia la salida, agradeció tener la ventaja de "correr" caminando gracias a sus largas piernas.

Sacó su celular mientras marcaba un número que estaba agendado, colocó el móvil en su oreja mirando a ambos lados de la calle para cruzar.

― ¿Hola? ¡Hola! Soy Nishimura Riki, estoy yendo en este momento allá, salí algo tarde del trabajo y-

―Lo siento, señor Nishimura, ya hemos cerrado pero puede volver mañana.

―Oh, muchas gracias.

Chasqueó su lengua al finalizar la llamada, empezando a irritarse, quería que todo saliera bien, no podía solo saltar un paso porque solo lograría sentirse frustrado.

Hizo una búsqueda rápida en su móvil alternando la vista a su camino para no tropezarse o chocar con alguien, consiguió un lugar cercano de lo que estaba buscando, cruzando en la esquina que marcaba para acercarse al lugar.

Sus pies se detuvieron en seco, mirando la pantalla del aparato mientras mordisqueaba su labio inferior, algo indeciso.

¿Y si era mucho?

¿Qué pensaría Jake?

Dio un paso al frente obligándose a continuar, sacándose esa idea de la cabeza, no quería que sus ánimos cambiaran con sus suposiciones, solo quería dejarse fluir por un día y ver qué tan bien salía.

Quería pensar que sus sentimientos estaban siendo correspondidos pero la única forma que tenía de averiguarlo era expresándolo.

Sonrió cuando entró al establecimiento, escuchando una melodía tranquila de fondo y escuchando ladridos por el tintineo de la campana.

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El cielo se tornó gris de pronto, largando fuertes truenos que hacían vibrar las ventanas de muchos sitios, la lluvia se derramó sobre la ciudad. Riki apretó sus labios con algo de molestia, sintió al cachorro estar nervioso en su regazo.

El pelinegro posó su mano sobre el pelaje blanco del cachorro, acariciándole para calmarlo.

Su celular vibró a su lado y no tardó en tomarlo para revisar, eran de nuevo unas notificaciones de la app, como promociones o códigos de descuento.

¿Debía desinstalar la app?

Chasqueó su lengua, dejando el aparato a un lado cuando escuchó el chillido del cachorro asustado. ―Tranquilo, tranquilo, no te pasará nada ―murmuró, encerrando sus brazos alrededor del cachorro.

Se incorporó para pasear por su casa, repasando un par de cosas mientras entraba a la cocina, bajó al cachorro para poder verter otro poco de alimento en el tazón que le había comprado.

―Cama, tazones, correa... ¿Qué más? ―rascó su nuca, mirando a la bola de pelos comiendo.

Reposó sus manos a los costados de su cadera y solo se mantuvo ahí mirando al cachorro con una sonrisa en su rostro.

― ¿Nieve? ¿Algodón? ¿Qué nombre sería bueno?

Sus pensamientos sobre el nombre que le colocaría quedaron de un lado cuando la melodía de llamada resonó en la sala. Dio un par de pasos hasta llegar al sofá, agarrando el móvil y contestando de una vez.

― ¿Hola?

―Riki, ¿Estás en tu casa? Por favor dime que lo estás.

―Sí, ¿Sucede algo?

―Me atrapó la lluvia.

Riki cruzó sus brazos, resoplando con preocupación. ―Jake, te dije que vinieras si no llovía pero viste el clima, se está cayendo el cielo, ¿Por qué no esperaste a mañana?

―Bueno... Solo pasó.

―Te devolverás a casa, ¿cierto?

Escuchó un jadeo de dolor y eso lo hizo enderezarse aún más. ―Me caí ―el rubio emitió una corta risa―, estaba en bici y resbalé, así que estoy esperando que pase la lluvia o me pase el dolor.

Riki llevó una mano a su frente. ― ¿Dónde estás?

¿Es que todo ese día iba a salir completamente diferente?