C U A T R O

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- Capítulo cuatro; necesidad-

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- Capítulo cuatro; necesidad-

Jade Benvenuti:

Una pareja se desenvolvía ante mis ojos: el hombre, con gestos de desesperación, metía ropa precipitadamente en una maleta, mientras que la mujer sostenía a dos bebés en sus brazos, intentando transmitirles la sensación de que todo estaba bien.

De repente, el escenario cambió drásticamente, y nos encontramos en la residencia de los Denali.

—¿Tanya? —pregunté, notando que ella había salido de la casa. Intenté acercarme para averiguar qué estaba sucediendo, pero me resultó imposible.

Mientras observaba detalladamente a la pareja, noté que la mujer llevaba un vestido blanco completamente manchado de sangre en la parte inferior, sus ojos estaban llorosos y rojos. El hombre, en cambio, mantenía una expresión neutra a un lado de ella.

—Escuchen, no hay tiempo para explicaciones, solo prometan que los cuidarán —habló la desconocida con una voz cálida.

Entregó a sus dos bebés a Tanya, haciendo que jurara que los cuidaría, incluso con su propia vida si fuera necesario. Al volver de nuevo a la pareja percibí un hilo rojo invisible que los conectaba.

Todo cambio cuando escuche mi nombre haciendo eco y llamándome, era una voz gruesa y a la vez relajante, me sobresalte al sentir una mano sobre mi muñeca, al mirar era Jasper, antes de que mencionara algo mi vista se nubló, haciéndome caer.

Jasper:

Al regresar del paseo que había dado por el bosque, pude sentir tristeza, desesperación y confusión, viniendo de una habitación en específico. Era la de Jade, la hermana de Stefano. Traté de no prestarle atención, pero mi don me impulsaba a averiguar qué le pasaba. Entonces escuché murmullos. Sin evitarlo, sentí curiosidad. Caminé hacia la puerta y toqué varias veces, pero no hubo respuesta alguna. Cuando estaba por irme, sus emociones habían aumentado, y yo me sentí preocupado. Sin pensarlo, entré sin permiso.

Jade estaba en el suelo inconsciente, con una expresión de dolor en el rostro. Traté de llamarla por su nombre, pero ella no respondía. Incluso tomé su muñeca y lo intenté un par de veces más, pero nada. Justo cuando estaba por marcar el número de Carlisle, ella abrió los ojos.

—Jasper —murmuró, dejándome atónito.

Tenía los ojos llorosos y una mirada llena de preguntas. No sabía qué le había pasado. Pero antes de que pudiera decir algo, ella me abrazó, como si fuera la última persona a la que vería. Me tomó por sorpresa, y no supe cómo reaccionar. Ambos estábamos sentados en el suelo, absorbidos en un silencio nada incómodo. Sentí una extraña conexión con ella, una que nunca había sentido con nadie. Algo de lo que Alice ya me había advertido.

—Jade —murmuré, y con delicadeza acaricié su cabello negro y brillante. Era hermosa. —¿Estás bien? —le pregunté, con preocupación.

Con un tono delicado, susurró un "sí". Me miró a los ojos, y yo me perdí en los suyos. Eran de un color verde esmeralda, que contrastaba con su piel pálida. Parecía una muñeca de porcelana, frágil y delicada. Sentí la necesidad de protegerla, cuidarla, amarla. Pero no podía, no debía hacerlo. 


Author's note:

 Les quiero agradecer el apoyo que le dan a la historia, mil gracias.  

-HF

love you - Jasper HaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora