U N O

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- Capitulo uno; tyana -

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- Capitulo uno; tyana -

Jade Benvenuti:

Los tres portaban abrigos largos y fluidos que caían en pliegues gráciles, moviéndose con elegancia mientras se desplazaban.

Mi respiración se agitaba cada vez que daban un paso hacia mí. Los rostros borrosos me perturbaban; intenté correr, pero mis pies no se movían. Quería gritar, pero mi voz se atascaba cada vez que lo intentaba. Podía sentir la diversión que experimentaban, mientras yo reflejaba mi miedo hacia ellos.

Justo cuando estaban a punto de alcanzarme, una oscuridad me invadió.

Al despertar me encontré envuelta en una sábana fría, alejada de cualquier indicio de los tres misteriosos individuos. La sensación de peligro persistía en el aire. A medida que mi visión se adaptaba a la luz, pude distinguir las paredes color crema de mi habitación. La curiosidad superó mi miedo mientras trataba de comprender el significado de este extraño sueño.

⊱ ──── 《∘◦♡◦∘》 ──── ⊰

Mi velocidad vampírica se desataba, mis pies apenas rozaban la tierra del bosque y los árboles se desvanecían en un borrón a mi paso. Tanya estaba detrás de mí, impidiéndome llegar a la meta.

Con cada paso, los sonidos de la noche se mezclaban con mi respiración agitada. Podía sentir la adrenalina correr por mi cuerpo.

En cuanto di unos pasos más, resbalé, cayendo contra el suelo forestal, y antes de que pudiera levantarme, Tanya colocó un pie sobre mi espalda para evitarlo.

—Sigues siendo muy lenta. —dijo con burla.

Una vez que retiró su bota de mí, me levanté sin siquiera mirarla.

—¡Oh vamos, Jade! Solo quiero ayudarte.

—Iré a descansar, estoy agotada —avisé.

Las lecciones de Tanya se convertían en técnicas y estrategias que me enseñó para poder ser un arma viviente. Cada día era más pesado, sin embargo, era un beneficio para mí y mis habilidades.

Cuando regresé a la cabaña, una sonrisa involuntaria se dibujó en mi rostro al descubrir mi nombre perfectamente escrito en un sobre que se encontraba en la mesa de madera de la entrada. Cada mes, recibía una carta de Stefano, mi hermano, y esta vez no fue la excepción. Su correspondencia era una tradición desde que se fue, pues de esta manera sentía que plasmar sus palabras sobre papel preservaba la esencia única de su expresión y yo podía sentirme más cerca de él. Tenía un estilo tan romántico que llegaba a ser abrumador y me provocaba un ligero malestar.

Antes de abrir la carta, me acerqué nuevamente a Tanya y, sin titubear, comencé a expresarle mi deseo: —Ya me cansé de recibir cartas; me encantaría ir a visitar a Stefano y a su prometida. Hace mucho que no lo veo y me gustaría estar presente cuando se case. Por favor, Tanya. —Hice una breve pausa. —Solo quiero dejar de sentirme como un animal encerrado en una jaula del que no puede salir. No soy un gato.

Ella no pronunció palabra, simplemente me miró y se retiró a su habitación. Supuse que eso significaba un no. Al menos, lo había intentado, pero conociendo a Tanya, sabía que esto era lo que iba a suceder.

-HF


love you - Jasper HaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora