No podía quedarme así.
No podía solo aceptar que esa mujer con quien aparentemente me había flechado tan profundo, solo me rechazara y ya.Ingenié mil trucos, mil tácticas, mil maneras distintas de acercarme a ella.
Desde invitarla directamente a salir en reiteradas ocasiones, pasando por trucos en donde me hacía el herido para tener su atención, incluso dejandole detalles románticos en su casa.
Pero nada de eso sirvió, hasta que decidí inscribirme a la clase en la que ella era asitente del profesor.¿Qué hacía yo en planificación? ¿Por qué estaba cargando con una clase extra solo para ver a una chica? ¿Será que me estaba afectando más de lo que quisiera?
En las primeras clases estuvo renuente a hablar conmigo, comencé a insistirle por clases personalizadas mientras rendía mal mis examenes intencionalmente.
- ¿Estás seguro que debes tomar esta clase Mario? -preguntaba cada vez que me acercaba a ella con el pretexto de buscar ayuda.
Con el tiempo me di cuenta de que no solo era preciosa, también era brillante.
¡Resultó ser una excelente estratega dirigiendo proyectos y estando al frente de lo que fuera!
Era una mujer encantadora, fuerte y divertida.¡Dios! ¡No podía estar más fascinado con ella!
Fue tal vez la primera mujer a la que conocí un poco más fuera de lo superficial.
Cada día mi gusto por ella se acrecentaba más y más, hasta que comenzó a ser notorio para ella y los demás.Ella lo sabía, claro que lo sabía.
Y poco a poco comenzó a ceder.
Yo intentaba convencerla de ir a mi departamento para que me apoyara en los informes y por supuesto para verla, para sentirla cerca.
Si bien al principio fue una atracción meramente fisica, con el paso de tiempo se volvió un anhelo más puro, más limpio.
A diferencia de mi relación con otras mujeres, con ella no podía pensar en nada sexual, y no es que no la deseara, es solo que me ganaba el deseo de tomar sus manos, abrazarla, acariciar su rostro (cosa que por supuesto, aún no me permitía)
Tanto fue así, que después de varias semanas me percaté que le estaba guardando fidelidad involuntariamente.Sin embargo, pese a los grandes avances que logré con Sofía, hubo algo que me generó un conflicto interno.
En más de alguna ocasión coincidieron Sofía y los chicos en mi departamento. Por supuesto, Sofía se mantenía estoica frente a ellos y sus intentos de acercarse, mas no así con Armando Mendoza.
Armando, con una facilidad envidiable, le arrancó un par de sonrisas a Sofi y aunque ella intentaba mantenerse al margen de todo, caía con él.
¿Qué hacía Armando que funcionaba tan bien?
Yo me limitaba a mirarlo aunque la escena de su cercanía me provocaba celos.
¡¿Pero celos de qué Mario?! ¡¿Celos de una mujer que no te pertenece?!
Me limitaba a observarlos para entender que era eso que Armando hacía y yo desconocía.-¿Y te pagan por eso? ¿O lo haces por amor a la educación? -Armando preguntó, colandose parte de su conversación por mis oídos- es difícil ser ayudante imagino -asumió sacando una botella de cerveza de la bolsa que habían llevado los chicos.
-Vale la pena -murmuró Sofía mirando en mi dirección- conoces personajes muy especiales ahí ¿sabes? -dijo guiñandome un ojo.
Sentí que mi corazón se detuvo un segundo.
Por ese segundo, ya no me importaba su interacción con Armando Mendoza, no me importaban sus sonrisitas complices.
Solo me surgía la necesidad de acercarme a él y aclararle que Sofía era para mi, que ella debía corresponderme.
Que por favor, por favor no la sedujera.Los días pasaron y me acerqué a Mendoza como un aprendiz que busca a un maestro.
Posiblemente el habría notado que Sofía me traía loco, posiblemente había notado mi debilidad para con ella y aún así, le pedí consejos, pedí honestamente que me ensañara a llegar al corazón de Sofía.Armando y yo eramos cortados por la misma tijera, ambos teníamos fama de mujeriegos, ambos teníamos cierta facilidad para entablar algo pasajero con una mujer. No entendía entonces, porqué Sofía a mi no podía tomarme en serio.
Su rechazo comenzaba a dolerme, pues nada parecía funcionar, mi única estrategia por ahora era acercarme a Armando Mendoza a ver si así Sofía me veía como alguien más familiar.
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El Origen de un Don Juan
Fanfiction¿Sabías que Mario Calderón se enamoró alguna vez? Mario está en la Universidad, es un tipo considerado, simpatico y aunque la empatia le cuesta, es un chico que no teme a sentir amor. Conoce a una compañera que trabaja como ayudante de un profesor...