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La mañana del día siguiente, Harry fue despertado por dos doncellas y ningún rastro del rey. 


"¿Dónde está?" Fue lo primero que se atrevió a preguntar, cuando lo hicieron levantarse de la cama. 

 "Salió muy temprano, probablemente algo de trabajo" Siena, la mayor de las doncellas respondió. "Debe ir a su habitación" y extendió una bata de terciopelo de color azul. 

"¿Mi habitación?" Harry, preguntó e inmediatamente poniendo la bata sobre su cuerpo desnudo, cuando se levantó sus caderas dolieron y sintió como el espeso semen del alfa resbalaba por sus piernas. "Pense que era esta".

Siena miró a su compañera y lució avergonzada. "Oh, no reina, usted tendrá su propia habitación  y sólo si el rey desea de usted será llamado". 

"¿Tampoco dormía con su antiguo omega?" preguntó amargamente, un nudo se formo en su estómago y de repente deseaba lavar su cuerpo del olor de su alfa. 

Lesley, la segunda doncella respondió. "Él dormía aquí, pero entenderá que a él si lo amaba". 

"Lesley" Siena la reprendió. "Mi disculpas reina, ella es demasiado joven y no sabe cuando ha hablado de más". 

Harry asintió, un deje de tristeza lo atravesó. Nunca había deseado tener un alfa pero ahora lo tenía, saber que nunca lo amarían como siempre deseo no dejaba de ser una sensación poco placentera. "Deseo tomar un baño". 

Las dos doncellas asintieron y lo escoltaron a su habitacion. Era espaciosa, de color azul y sábanas blancas, con un tocador lleno de esencias y collares, finalmente un ventanal que dejaba ver el bosque detrás de los jardines. 

"¿Es de su agrado?" Siena pregunta, y con una simple mirada hace que Lesley comience a preparar el baño. "Por cierto, tengo algo para usted". Siena corre hacia una puerta, la cual era del vestidor y de ahí saca, una jaula. Dos pajaritos: Dina y mon. "Son enviado por su madre".

Harry no pude evitar sonreír. Sus dos aves diamantes, fueron un regalo por parte de su madre cuando tuvo su decimoquinto cumpleaños. "La habitación es encantadora debo decir y estoy feliz que Dina y mon estén conmigo" acarició la jaula con las puntas de sus dedos. 

"Me alegra que este feliz". Siena dice simple y lleva al omega a tomar un baño. 



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Cuando estuvo completamente arreglado con vestido color caqui ajustado a su cuerpo fue escoltado al comedor, las doncellas se movian rapidamente para servir el almuerzo. Las omegas de la corte no le dieron ni una mirada parecían ignorarlo. 

"Queridas, debo decirles que el té será tomado en el jardín". Fue la voz de Henriette la que se escuchó, el omega lucía un vestido rojo, con un corsé demasiado ajustado para sus pechos inexistentes. 

Las omegas y los omegas presenten soltaron risitas burlonas, se pusieron de pie y sin hacer reverencias salieron del comedor. 

"Mi reina, ¿tomara su almuerzo aquí o desea hacerlo en el jardín?". 

"Lo tomaré aquí pero dile a los omegas de la corte, que el té será tomado aquí, donde yo estoy". Harry ofreció una linda sonrisa y en menos de un minuto, vio a Henriette entrar hecho furia con sus mejillas sonrojadas y ojos marrones molestos. 

"Omega" gruñó, "Es irrespetuoso que ignores el itinerario, debemos tomar el té en el jardín como se marcó desde siempre". Harry tuvo que fruncir su nariz al olor, chocolate del omega. 

"No soy omega para ti, soy la reina y madre del futuro príncipe, y si yo quiero que el té se ha tomado aquí, debe suceder como deseo" Harry, pauso y desvió sus ojos a los demás omegas de la corte "¿A menos que esten encontra?". 

Una omega de cabello rojo y alta hablo. "¿Que sucede si estamos en contra de lo que usted, reina, desea"

Harry observó a una doncella servir un tazón de fruta y un omelet con verdura, probó una fresa y respondió. "Siempre puedo tener una nueva corte de omegas que discutan la indicaciones de su reina". 

Cuando nadie respondió, Harry sonrio y comenzo a comer de su almuerzo. 

"Me agradas, reina". Habló una encantadora voz, cuando alzó sus ojos observó a un hombre atractivo. Cabello rizado, rubio y muy largo. "Me llamo Chevalier, y debo decirle que es muy hermoso, mas de lo que alguien podría haber dicho". 

 Harry no pudo evitar sonrojarse. "Es amable de tu parte, después de haber sido ignorado por ti y la corte". 

Chevalier sonrió de lado. "No fue mi intención, solo seguíamos las órdenes de Henriette". 

"Lo he dicho antes," alzó la voz "yo soy su reina ahora, y solo deben seguir mis órdenes". 

El omega rubio asintió e humedeció sus labios. "Pero el rey es que da la ordenes realmente y en todo caso, solo un omega puede tener a su majestad comiendo de su mano y me temo, reina que no es usted". 

"Si su majestad realmente amara a el omega de ojos marrones, lo hubiera elegido sobre su corona". 


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Fue dos semanas después que el rey apareció en su habitación. Su cabello castaño caía sobre su frente, mojado. "Desnudate" 

Harry lo miro con sus ojos entrecerrados, "Me temo querido esposo, que no tengo ganas". No lo había visto en días y simplemente aparecía exigiendo. 

"Te he dado una orden reina, ¿acaso no te has proclamado así?". Louis lo miraba con molestia, había tenido que viajar a las fronteras de Maelia y cuando regresó al palacio solo queria un momento de descanso, cosa que no sucedió. 

Henriette apareció siendo un desastre lloroso, entre sollozos explico que el omega rizado lo había humillado frente a la corte e incluso lo excluyo de pertenecer en esta. 

Harry dejó el libro sobre su cama. "¿Tu omega fue a decirte?" 

Louis no respondió y solo apretó sus puños. 

"Es lo que soy, la reina, estamos desposados te guste o no y él, solo es una simple ramera".

 Cuando aquella última palabra salió de la boca del rizado, lo siguiente que sintió fue su cuerpo arrojado sobre la cama y una mano aprestarse sobre su cuello. 

"No vuelvas a usar tu asquerosa boca en dirección de Henriette". El aire comenzó a faltar, sin embargo ningún sentimiento de miedo se apodero, en cambio de su entrada cayo un poco de lubricante. 

"Omega". Louis susurro, cuando comenzó a oler a Harry. "¿Te estas mojando?" 

Harry asintió con dificultad y cuando sintió a Louis aflojar su agarre, abrió sus piernas. Lo invito a tomarlo.  Ellos follaron duro y fuerte. 

Fueron un desastre. Con Harry, en cuatro, su vestido a la altura de sus cadera y Louis detrás de él golpeando su miembro dentro del agujero del omega. Cuando el nudo creció, Harry volvió hablar. 

"No me importa la corte," Y era verdad para el omega no era algo fascinante, estar detrás de un grupo de omegas superficiales, hablando solamente de los chismes más recientes y que colores estaban de moda. "Pero, a tu amante es algo diferente". 

Louis respiro profundo. "Lo amo, ¿me entiendes? no puedo permitir seguir haciéndolo sufrir"

"Dejaré la corte, solo si me nombras miembro de tu gabinete". Harry sintió cuando el rey comenzó a negar con su cabeza. 

"No, no hay omegas, no pueden ser parte de ella". Louis respondió simple y tajante. 

"No soy cualquier omega, fui educado para dirigir un territorio y se que puedo ser mejor que cualquier alfa que esté ahí". Louis no respondió y cuando el nudo finalmente bajo, lo sintió irse. 


Hate u love u ¦larry¦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora