-003-

26 7 0
                                    

~Alhena~


Estaba harta. Alhena sintió que la tensión de todo su cuerpo subia hasta su cabeza, creyendo por un momento que podria explotar alli mismo.
Estaba tan cansada de toda esa maldita vida, donde no podía tener ni un solo día de paz. Y que Wooyoung se deslizara por el callejón que obviamente estaba fuera de su territorio, solo logro irritarla más.

Se dió la vuelta hacia su camioneta y rebusco en una mochila negra, sacando otra pistola sin molestarse en revisar cuantas balas tenía. Cruzó la calle y se sumergió en la estrecha entrada del callejón.
Sostuvo ambas armas en lo alto antes de doblar hacia la izquierda donde una débil farola comenzaba a iluminar la oscuridad. Escuchó con claridad la burlona voz de quién supuso que estaba a cargo esa noche.

—Voy a ser piadoso esta vez. Tienes diez segundos para largarte sino quieres terminar como él.

Alhena vió como aquel hombre arrojaba los restos de su cigarrillo sobre Mingi.
Aguantó las ganas de querer comenzar a dispararles.

—Suéltalo. —exigió, llegando por detras de Wooyoung. Percatándose de la presencia de cuatro hombres más. Dos de ellos mantenían a Mingi en el suelo contra la sucia pared.

Aquel hombre se rio con fuerza de nuevo y chasqueó la lengua. Se giró hacia ambos con toda la tranquilidad del mundo.

Alhena ladeo la cabeza, dando un paso más adelante casi cubriendo a Wooyoung con su cuerpo.
Sonrío de lado casi burlandose de la escena mientras comenzaba a hablar:

—¿Cuál es el chiste? Quiero reírme tambien. —apunto sus armas directo hacia el que parecia estar al mando pero al ver aquel movimiento los otros cuatro sacaron bruscamente sus armas apuntando hacia ella y Wooyoung.

Quién parecía ser el lider y tenía un ridiculo sombrero pequeño levantó la mano izquierda, aquel simple movimiento causó que los demas bajaran sus armas en silencio. Luego, dió unos pequeños pasos mirándola de piés a cabeza, entrecerro los ojos y con una sonrisa burlona comenzó a vociferar:

—¡Pero si es una pequeña flor del maldito Rosemary! —su forma de hablar casi hace que la sonrisa de Alhena flaquee.— estas muy lejos del jardín esta noche florecilla.

Una ráfaga de ira cruzó su cuerpo cuando escuchó sus últimas palabras, ella odiaba aquellas clases de apodos ridículos.

—Y tú estas mas cerca del cementerio.

Para su sorpresa quién se rio entre todo el silencio fué Mingi, obteniendo la mirada de todos hacia él. En su rostro surcaban varios cortes con sangre seca que hizo que Alhena se preguntara desde que hora lo estaban torturando y lo mas importante: ¿Por qué?

—¿Qué fué lo que hizo? Lo que sea que haya roto. Podemos arreglarlo.

—Ah niña... —aquel hombre negó con la cabeza manteniendo esa sonrisa en su rostro.— lo que este imbécil hizo, no se puede solo "arreglar" y no es la primera vez.

Guardó silencio un momento mas, lo que solo incremento la curiosidad de Alhena y la ansiedad de Wooyoung a sus espaldas.

—¡Pero! Quizas podríamos guardar silencio sobre lo que pasó solo hoy. Aqui entre nosotros, como amigos, señorita.

Alhena resoplo por lo bajo y bajo su arma despacio. No le gustaba la situación y mucho menos esos sujetos pero con el Rosemary taladrando su cabeza a cada paso desde hace meses, no le convenía meterse en mas problemas, no ahora.

—Como amigos. —ella sonrío con una pequeña sonrisa y pudo sentir como Wooyoung se acercaba mas, sabía sin siquiera mirarlo que él probablemente estuviera negando con la cabeza. Pero mantuvo su vista hacia aquel hombre al frente.— ¿Qué quieres?

—Quizás nos haga falta un poco de “Felicidad” del Rosemary por estos humildes rumbos.

Tuvo que reprimir un fuerte bufido al escuchar su fingida y ostentosa amabilidad.

—¿Cuánto?

—Tres cuotas. Dos mil gramos por entrega.

Alhena evitó que cualquier reacción de sorpresa se note en su cuerpo o rostro.

¿Dos mil?
Era demasiado, incluso para ella trabajando en el Rosemary.
Pero aquella era la única forma de salir de ese lugar y sacar a Mingi en una sola pieza.

—Hecho.

Con un movimiento de mano, aquel hombre indicó a los demas que levantaran a Mingi del suelo. Y con brusquedad lo lanzaron directo hacia ella, por suerte Wooyoung se adelanto sosteniendo el cuerpo de su amigo antes de que chocara o le cayera encima.

—El primer pago será mañana, a esta misma hora. —sonrió con burla y levantó solo unos centímetros su ridículo sombrero.— Siempre es un placer hacer amigos nuevos. En especial del maldito Rosemary.

Alhena resoplo y negó con la cabeza un tanto divertida ante sus palabras mientras todos ellos abandonaban el lugar sin preocuparse en absoluto por darles la espalda, sabian que habian ganado esa noche.

—Mañana. En este mismo lugar. Señorita Alhena.

Mañana. Dos mil gramos.

Le seria mucho mas facil dispararse en la cabeza en ese mismo momento.


𝗕𝗘𝗰𝗮𝘂𝘀𝗲   |➳ 𝘊𝘩𝘰𝘪 𝘚𝘢𝘯Donde viven las historias. Descúbrelo ahora