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Posiblemente de ahora en adelante va a tener un ligero trauma con las subastas, definitivamente es algo en lo que no volvería a participar en su vida. ¿A quién se le ocurrió tal pendejada?

Jeongyeon suspiro, identificando a lo lejos a su cita. Se mordió los labios y se preparó, tranquilizándose

— Juro que voy a matar a Jihyo. —Se posó a un lado de Nayeon, logrando que quitará la vista de su celular. — En mi puta vida vuelvo a hacer eso. —Mascullo mientras sacaba su cartera y tomaba unos cuántos billetes. — Al rato te doy lo otro, no traigo todo mi dinero

Nayeon observo su mano extendida con los billetes, alzó la suya, pero no para tomar el dinero, sino para bajar la extremidad contraria, negando con la cabeza. — Déjalo así, Jeong. No lo hice con esa intención

Las cejas de la alta se arquearon. — ¿Segura? Es una cantidad alta como para desperdiciarla en mí. —Bromeo un poco. Apretó los labios en una fina línea. — Lo siento, no quería meterte en esta situación. —Metió la mano en uno de sus bolsillos, desviando la mirada

— Jeongyeon, enserio está bien. Hubiese hecho lo mismo aunque no me lo hubieras pedido. —Se sinceró, mirando hacia al frente porque no era capaz de verla a los ojos en estos momentos sin ponerse nerviosa

Jeongyeon mantuvo una sonrisa ladeada en sus labios, mirándola fijamente. — Bien. Vamos. —Tomo la mano de Nayeon y la hizo caminar

La mayor tardo dos segundos en procesar todo, sintiendo algo cálido esparcirse con ligereza en su pecho al sentir el frío contacto de los dedos de Jeongyeon alrededor de su mano

— ¿Eh? ¿Adónde?

— Compraste una cita. —Recordó. —Y esa cita va hacer lo que tiene que hacer. —La miro sobre su hombro con una sonrisa. —Así que, por lo menos, déjame llevarte a comer

— Jeong, no tienes que hacer esto.

La menor paro su caminata y giro el torso para conectar sus miradas. —Si tengo. Quiero llevarte a una cita

Las mejillas de Nayeon se sonrosaron, pero no lo suficiente para ser visto

Otra sonrisa se le fue regalada antes de que la guiara a su auto, abriéndole la puerta cortésmente y cerrándole para ir a su asiento

— ¿Algún lugar en mente? —Cuestiono al ponerse el cinturón de seguridad

— No realmente. —Nayeon murmuro, tímida por alguna razón en particular

— De acuerdo, entonces queda a mi disposición. —Decreto sin más, arrancando el auto para salir del estacionamiento de la escuela

La mitad del camino fue en silencio, ambas demasiado nerviosas como para hablar hasta que a Jeongyeon se le ocurrió prender la radio, sonando una canción que ambas conocían

Rápidamente se pusieron a cantar, jugando al dar gritos de vez en cuando para alcanzar las notas altas

Las sonrisas acompañaron su recorrido hasta llegar al restaurante que Jeongyeon eligió

— Por lo menos estoy vestida acordé al lugar. —Nayeon comento mientras aceptaba la mano que Jeongyeon le ofrecía para salir del auto

— Tú siempre te ves bien. —Elogio, con una sonrisa encantadora

Alzó su brazo y la mayor de inmediato se colgó de este, hay sonrisas bobas en sus rostros y el latido de sus corazones están sincronizados

Cada pequeña acción que Jeongyeon hace, como recorrer su silla para que se sentará o acomode un mechón de su cabello, provoca una reacción en su organismo que solo hace sonrojar más

El restaurante tenía una temática curiosa ya que cada platillo tenía la peculiaridad de ser demasiado grande, lo suficiente como para que por lo mínimo dos personas comieran

La peliazul dejo que la rubia eligiera la comida, y aunque ambas sabían que no era una salida normal entre ambas, una conversación amistosa surgió en su velada

— ¿Sabes? —Nayeon inicio luego de meterse un bocado a la boca. — Tenía pensado invitarte a una cita aunque no hubiera pasado nada de esto

Jeongyeon casi se atraganta con su bebida, tragando pesado para no ahogarse. — ¿Y eso?

— En realidad mi primer plan era invitar a Momo, ya sabes. —Jeongyeon rápidamente entendió, hubiera hecho lo mismo por su amiga, para que no estuviera sola, no en el estado en el que está. — A ti también te tenía incluida, pero incluso si Momo no aceptaba, tenía planeado invitarte a salir

La menor trago saliva, mordiéndose el labio inferior al sentir su ritmo acelerado

— ¿Cómo una cita?

Nayeon la miro fijamente. — Como una cita

Era la primera vez que veía una sonrisa tímida en Jeongyeon, por lo que no se resistió a dejar salir su amplia sonrisa

Su velada termino al cabo de otra hora, estaban demasiado enfrascadas en su conversación que el tiempo se les fue volando

Salieron del restaurante tomadas de las manos

— ¿Podemos pasear?

La alta acepto sin ninguna complicación. Se dirigieron al parque al otro lado de la calle, mirando a bastantes parejas en sus mundos o a grupos de amigos disfrutar del día

Terminaron sentadas en una de las tantas bancas del parque, en silencio

La cabeza de Nayeon que recostadas en su hombro, mirando los colores del atardecer. Solo se despegó para ver la reciente notificación en su celular, mirando el mensaje de su madre diciéndole que no llegara tan tarde

Al subir la cabeza de nuevo el rostro de Jeongyeon estaba tan cerca que sentía su respiración

La menor simplemente se atrevió a dejar ese pequeño pico en sus labios, queriendo de inmediato sentir más de esos cerezos regordetes y suaves, volviéndose inmediatamente adicta a su dulce sabor

Nayeon había esperado eso por un largo tiempo, por lo que también se atrevió a dejar un pico en los belfos contrarios

Pequeñas risas salieron de sus bocas, juntando sus frentes con los ojos cerrados, creyendo que todo es un sueño del que pronto despertarían, descartando el pensamiento al sentir el cálido contacto de sus manos, sus dedos entrelazados y el aliento de la otra golpeando su piel

Dejaron que sus más grandes deseos tomarán posesión de sus instintos y juntaron sus labios, besándose como tantas veces lo había imaginado

Era inexplicable, así que solo se enfocaron a disfrutar del danzar de sus suaves cerezos, saboreando el pequeño sabor de sus labiales y sintiendo que podían correr un maratón ante la emoción en sus cuerpos

Afortunadamente ellas eran correspondidas

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