sn + ty

743 94 5
                                    

Tzuyu se había mantenido bastante callada desde lo de la subasta y Sana sinceramente no supo cómo manejarlo como tampoco quería dejarla sola, así que se la llevó al salir de la escuela

Fueron a su casa por un momento, donde la nipona fue a buscar algo. Lo dejo en el asiento trasero y miro sonriente a la menor. — Yo manejo. —Tzuyu la observo y asintió, cediéndole su auto

Sana se estaba inquietando por el silencio ajeno, por lo que manejo lo más rápido que pudo hasta su destino: un lindo parque

Bajaron del auto y hasta ese momento la alta se dio cuenta de lo que trajo Sana, quien le había ofrecido su mano al estar a su lado. Su corazón se aceleró y entrelazo sus dedos, dejando que la mayor la llevara a donde sea

Sana dejo la canasta en el pasto y se giró hacia Tzuyu, enredando los brazos alrededor de su cuerpo sin previo aviso. Su abrazo fue correspondido al cabo de unos segundos, con necesidad

— Lo siento. —Soltó en un murmuro, apretando su agarre

Sintió las caricias en su espalda, intentando reconfortarla, lo que solo hizo que le dieran ganas de llorar por lo débil que sigue siendo. — ¿Qué hemos dicho? Basta de pedir perdón por cosas que no necesitas pedir. —Dejo un beso en su hombro, por encima de la ropa. — No tienes por qué pedir perdón. —Termino de decir en un suspiro, apretando más su abrazo y dejando su cabeza apoyada en su hombro

Tzuyu sonrió ligeramente. — No sé qué hice para merecerte.

Sana también sonrió. — Odio cuando haces eso. —Claramente no entendió lo que la alta dijo, tiene nulo conocimiento sobre el idioma de su menor

— Tú también lo haces. —Reclamo, separándose del cuerpo contario pero sin soltar su agarre

Pero tú empezaste, linda. . —Sana dijo en japonés, sonriéndole con malicia y sacándole juguetonamente la lengua

— Entendí eso. —Comento cuando la mayor la soltó y se dio la vuelta para acomodar las cosas para su picnic

— Ajá. —No le hizo caso, por lo que no pudo ver el sonrojo en la menor

A los minutos ya estaban sentadas en un pequeño mantel, comiendo lo que Sana cocino

Así que... ¿esto es una cita?

Sana la dio una mala mirada. — No entendí nada y lo sabes. —Tzuyu le sonrió consciente y se encogió de hombros, provocando que la otra se quejara. — No vuelvo a llevarte a una cita

El rostro de la castaña se ilumino y su sonrisa creció. — Así que si es una cita

La rubia se puso nerviosa y sus mejillas adquirieron color al tiempo que tosía, tragando con dificultad su comida. — ¿Cita? ¿Quién dijo cita? Esto no es una cita, por más que me gustaría llevarte a una como esta, que no es una cita.... —Balbuceo rápidamente

Tzuyu la miro perdida, no entendiendo absolutamente nada. — No es justo, si de por si hablas demasiado rápido así te entiendo menos

Sana pudo respirar aún demasiado nerviosa. — Te jodes. —Fue lo único que dijo, abochornada

Tzuyu la siguió mirando, apacible. Se movió de lugar y tomo asiento a lado de Sana, tomando su mano. — ¿Cómo puedes enamorarme con hacer nada? Solo siendo bonita, tanto por fuera como por dentro. No sabes la cantidad de veces que me declare y solo me sonreíste porque no entendías nada. —Esos bonitos ojo avellana solo la miraban curiosa, brillando con intensidad y algo que aún no descifraba. — Me gustas. — Pronuncio de manera suave y clara

Posiblemente estaba muy embobada con la persona frente a ella que no logro captar el pequeño, pero significante cambio de expresión en Sana

Me gustas. —Pronuncio las mismas palabras en su idioma natal, alzando las manos para acunar la cara ajena y acercarse más

Nada la estaba deteniendo y la única que podía hacerlo parecía estar esperándolo con ansias. Después de tantos meses diciendo al aire libre lo que sentían por la otra sin que esta entendiera, por fin podían hacer lo que iniciaría lo que más anhelaban en estos momentos

Ese toque de labios fue glorioso para ambas












Hanii: amorcito

Da Mei: Bonita/Linda

Subasta de citasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora