𝐒𝐡𝐚𝐝𝐫𝐞𝐞𝐧| Cada vez que miraba aquellas blancas esferas noté que jamás me miraron a mí, nunca lo hizo, más bien ¿por qué lo haría? sí tus ojos siempre lo miran a el, a ese pelinegro bello de cabello largo y curioso gorro, a ese joven de alas...
Estos días el osezno azabache llego a una conclusión, no puede decirle sobre su sentir a su tan anhelado frances, está bien el siempre oculto cosas, ¿Qué tal difícil sería ocultar esos sentimientos? El único problema era cierto híbrido plumoso, no podía evitar sentirse irritado a su lado o celoso, celos en extremo pero más bien era envidia de no ser quien este al lado del ente de humo. Habían más problemas para el equipo y es que desde que la peculiar pareja comenzo el francés salía menos de la base y gracias a ello los recursos comenzaban a escasear, eso era lo que más tenía irritado al osezno y también una de las razones por las cuales decía que era mil veces mejor que Quackity.
- ¡Basta frances de mierda! -. Le gritó el híbrido furioso, apenas y habían materiales y los drops se destruían gracias a que ellos no iban. - ¿Tu crees que te podés quedar en la base siempre?, ¡Estamos en la ruina!, Les dije que podían salir pero sin descuidar el trabajo -. El híbrido estaba furioso y en medio de la discusión mostraba aquellos filosos colmillos inconscientemente como una forma de intimidación.
El francés no hablaba, no decia ninguna palabra solo observaba al oso quien soltaba humo por la cabeza, sí bien el blanquecino azabache estaba profundamente enamorado aún (por ahora) podía apartar el trabajo de sus sentimientos y en momentos como este es donde más lo agradecía.
- ¡Habla boludo! Decime por qué no salís, dame una excusa anda -. Cruzo sus brazos mirando fijamente tras sus lentes las blancas esferas del ente quién frunce la mirada cada vez que alzaba su voz.
- Solo traba de cuidar de Quackity -. Murmuró despacio el francés, casi como un susurro cuál niño regañado, posición en la que jamás pensó estar.
- ¡Es un adulto! Es débil pero si esta en la base esta a salvo Shadoune -. Llevo almas palmas haciendo masajes a los costados de sus ojos, estaba estresado esto no debía seguir así.
- Sabes perfectamente que debo cuidarlo, además si tu eres tan bueno, ¿Por qué no vas solo? Oh ¿estás asustado osito? -. Una sonrisa carmesí adorno el rostro del ente de humo.
El osezno sintió un escalofrío recorrer toda su columna, hasta sus pequeñas orejitas se erizaron al escuchar ese apodo y bajo esos lentes sus mejillas ocultaban su sonrojo pero aún así seguía enojado o bueno eso creía pero su corazón latía tan rápido que ya no entendía lo que sucedía.
- ¿Estas celoso por qué ya no paso tanto tiempo contigo?, ¿Extrañas insultarme?, ¿Ya no tienes a quién hacer tonto? No me importa ganar Spreen aquí tenemos lo suficiente para sobrevivir, yo solo quiero estar con mi pareja y amigos pescando y disfrutando, si quieres ir por ahí haciéndote el mejor adelante pero yo ya no voy contigo -. Fue lo último que dijo el francés antes de salir de la habitación en la que ambos se encontraban.
El azabache no tenía palabras de lo que acababa de suceder, estaba quieto con las esperanzas en el suelo, sus ojos tan abiertos por su estado de shock, se resistía a llorar, no quería no servia de nada pero su pecho dolía de una forma inexplicable, ¿Lo odia? Deseaba que no, no debió suceder esto, solo quería que volvieran a pasar tiempo juntos, ¿El era tan malo? Tal vez era su karma, era tan mala persona que ahora le dan su merecido de una dolorosa más que cualquier herida.
- Sos un pelotudo de mierda -. Murmuró para si mismo, cubrió su rostro con sus palmas y trato de gritar cuando no salía nada de sus labios, silencioso como siempre fue en ese tipo de acciones. - ¡Missa, Rubius! -. Limpió sus ojos antes de salir de la habitación en busqueda de ambos chicos.
El esqueleto y el castaño se encontraban pescando afuera junto a los otros cuando escucharon la voz del joven de lentes, ambos se miraron extrañados usualmente Spreen no solia llamarlos gritando así pero ahora parecía soltar humo del enojo, ambos se apresuraron a entrar a su base por miedo mayormente pero encontraron al oso llenando dos mochilas de cosas necesarias.
- ¿En que te ayudamos Spreen? -. Dijo inseguro el esqueleto al ver como seguía guardando cosas necesarias, parecían padres divorciados llevándose a sus hijos.
- Ambos me acompañaran a la mina y sí llega a caer un drop me acompañaran también -. Contestó frio el ozesno azabache entregando los bolsos con provisiones a ambos jóvenes.
- Que dices animal -. Contestó enseguida Rubius ganando la mirada y atención del de lentes, juro sentir escalofrios de solo sentir la pesada mirada. - Missa y yo tenemos una vida, ¿Qué harás mi morimos? Te vas a quedar solo -. Aún así respondió a la defensiva.
- ¿Y? -. Fue todo lo que respondió caminando a la entrada nuevamente y siendo seguido por los dos chicos, Rubius seguía gritando en negación pero aún así lo seguia mientras Missa solo se mentalizaba en pelear con todo lo que pueda.
- Que Shadoune este más ocupado con su noviecito que contigo no es nuestro problema -. Murmuró enojado el castaño ganando un codazo del esqueleto.
Spreen no contesto solo siguió su camino hacía algun lugar inexplorado por los habitantes, deseaba tanto encontrarse con alguna persona justo cuando se permita asesinar a los otros, normalmente sí sucedía, deseaba acabar con unas cuantas vidas pero ninguna permanente, un plan cuál villano deseando terminar con los héroes de la historia. El silencio era eterno mientras el trío peleaba contra monstruos en las oscuras cuevas, algunos chetados que los mandaban a volar por los aires, otros que quemaban tu piel con el mínimo golpe que le des, el esqueleto sólo huía de los que tenían un brillo peculiar y al instante el ozesno azabache entraba en acción acabando con todos los que fueran posible.
- Ellos pelearon, ¿No? -. Murmuró despacio el castaño para el calavera mientras gozaban el fabuloso espectáculo qué el de lentes negros les otorgaba.
- Es lo más seguro -. Contesto el calavera asustado, era la segunda vez que sucedía estando con Spreen. - Un día de estos se va a matar. - Dijo preocupado.
- Bueno el fue quien dijo que dejemos los sentimientos románticos de lado -. Despreocupado el castaño ozesno contesto ganando una mueva del calavera. - Vamos el dijo nada de relaciones y todos notamos como estaba embobado por Shadoune, mala suerte el pato es mil veces mejor que el, el frances sabe escojer bien. - Nuevamente gano un codazo del calavera el escucharlo.
- Tu has estado enamorado sabes que es difícil o tal vez te duele por que te ganaron al pato -. Rubius hizo una mueca al escucharlo.
- ¡Claro que no! Quackity es un amigo cercano y es todo, no me gusta y me parece maravilloso que salga con Shadoune, el merece a alguien romántico y fuerte -. Contestó despreocupado.
La conversación seguía y ellos no sabían que el ozesno azabache escuchaba a la perfección como hacian menos sus sentimientos, ¿El no lo merecía?, ¿De verdad? El se esforzó tanto por mantenerlos a salvo, claro sus compañeros estaban al borde de la muerte pero... No de hecho ellos tenian razón, no merece a Shadoune o a alguien más, sí lo mereciera todo sería diferente, su equipo tendría todas sus vidas y el no sería tan odioso.
Spreen se merecía este dolor
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