Camila Colucci; una chica con nacionalidad Argentina pero que vivió en España desde muy pequeña por un asunto que no le gusta hablar demasiado.
Ella es hermana de Mia Colucci e hija de Franco Colucci. Con ninguno tiene una relación muy buena. Ya que...
—¡Ay! ¿Qué se usa en la Polinesia? Me voy a fijar en Internet. A ver, si encuentro algo. —dije buscando en mi computadora.
—¡Mia! Te traje un alfajor, de chocolate con dulce de leche. —Feli entró en mi cuarto con un alfajor en la mano.
—Chocolate, dulce de leche. No, seis mil calorias. No puedo. —enumeré con las manos.
—Mia, todo el mundo está hablando de lo que hizo Camila en el bar, y aparte Gloria me dijo que el director quiere hablar con tú papá. —me cerró la compu mientras hablaba.
—¡No me hablés de esa grasa! Y sobre lo de Gloria. Ahora si va a tener que venir papá. —me fui a mi cama.
—Yo no me animaría a hacer algo así, bueno vos sabés que mis papás me cambian de colegio si lo hago, ¿pero no te da así como un poquitito de miedo, de qué tu papá se enoje esta vez? —me preguntó Feli, haciendo un gesto, simulando algo pequeño.
—Ay, no Felicitas. A papi con dos mimitos y una cara de arrepentimiento, lo tengo en el bolsillo. —dije un poco desanimada. -Pero hay otra cosa que me preocupa.
—¿Qué? —preguntó Feli con un poco de alfajor en la boca.
—¿Cómo voy a hacer para meter toda esta ropa en tres valijas? —señalé las tres camas, donde había toda la ropa que pensaba llevar.
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Camila Colucci:
—Nena, ¿ya está todo listo? —pregunté entrando en la habitación de mi hermana pequeña.
—Sí, ya está todo lo indispensable. —cerró la maleta con una sonrisa.
—¿Estás segura? —preguntó Feli, la miré mal. ¿Para qué coño le pregunta eso? Hará que lleve más ropa.
—Sí. Ay, no, no. Tomá, me olvidé esto. Ponlo en ese bolso, esto ahí, tomá ¿eh? Cerrame ese bolso ¿dale? —empezó a tirar ropa a varia maletas, ya llenas. Esta chica está obsesionada con la ropa.
—Bueno, venga ya. Rápido que Peter va a venir dentro de poco. —dije colocando mis manos en mi cintura.
—Listo, esto es lo indispensable que tengo que llevar para mis diferentes horarios. Vos sabés lo difícil que es ser yo. —se dirigió a Felicitas.
—Si, si pero rápido que no tengo todo el día. —me fui para esperarla abajo con Peter.
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