005: 𝗔𝗥𝗠𝗔𝗥 𝗟Í𝗢 𝗝𝗨𝗡𝗧𝗔𝗦

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Estaba con mi nueva amiga, Marizza. Seguíamos hablando de muchas cosas, y nos contábamos nuestros temas familiares para conocernos mejor.

-¿Y como son tus padres? ¿Son igual de idiotas que los míos? -hablé, jugando con una pelota pequeña.

-Si, bueno. Mi madre es una superficial y no me deja ni respirar. Y mi padre ni siquiera está conmigo, es un dictador. Él fue el que me metió a esta porquería de sitio. -contestó, observando mi habitación.

-Pues tenemos algo en común, mi padre tampoco está mucho conmigo y me envió a esta porquería de sitio. -le comenté, dejando de jugar con la pelota. Para mirarle.

-Ya veo. -subió las escaleras, hacía la parte de arriba de mi habitación. Y la seguí. -¿Tocas todos estos instrumentos? -preguntó, sorprendida, al ver mi guitarra eléctrica, piano, bajo y batería.

-Si, bueno. La batería todavía no le he cogido el tranquillo. -le contesté, un poco nerviosa. Ella me miró, sin entender.

-¿Tranquillo? -me preguntó, confundida. Yo reí, levemente.

-Es una expresión que se utiliza en España. -le aclaré. -Significa que todavía no he conseguido aprenderlo del todo. Necesito más práctica. -ella hace una expresión, dando a entender que ya lo pilla.

-Que interesante. Supongo que contigo aprenderé cosas nuevas. -dijo burlona. Yo asentí, de igual forma. Sigue explorando un poco y se da cuenta que en el piano hay un micrófono. -¿También cantas? Veo que eres multitarea. -sonríe, juguetona.

-No, eso no es mío. Es de mi hermana. -miento, y lo cojo para guardarlo. Me mira un poco raro, pero lo deja pasar. Y sigue mirando mi habitación, hasta que entra Gloria para llamar a Marizza.

-Bueno, el Tribunal me espera. Deséame suerte. -me dice, sarcástica.

-Suerte.-le digo burlona. Y ella se va, sin muchas ganas. Yo suspiro, y vuelvo a mirar el micrófono. Pero borro la idea de mi cabeza y lo guardo en un cajón de mi armario.

[...]

Pasó un rato, mientras estaba escuchando música y pensé en ir con mi hermana para molestarla un rato.

Me levanté de mi cama y me vi al espejo. Llevaba un top verde y unos pantalones de tiro bajo. Sonreí y me dirigí al cuarto de enfrente.

Ingresé sin tocar la puerta y subí por las escaleras, ya que no estaba en la planta baja de su habitación.

-¿No te enseñaron a tocar, bonita? -me habló, mientras se miraba en el espejo.

-No tuvieron tiempo, mi padre estaba demasiado ocupado en su hijita pija y en su trabajo. -hice un falso puchero, y me acerqué a ella.

-Prefiero ser pija a una maleducada y mal vestida como vos. -me miró mal y puso música para hacer ejercicio. -¡Un rollo! No, no puede ser. ¿Por qué esto me tiene que pasar a mi? Ay Dios, ¿no te alcanzó con dejarme sin vacaciones y sin amigas? Encima me mandás un rollo. -se quejó, volviendo al espejo. Yo rodé los ojos, imitándola de forma exagerada.

Empezó a buscar una crema para quitarse ese supuesto "rollo". Empezó a recitar algo sin sentido, como si estuviera manifestándolo. Dejó el bote y encontró una carta, yo me acerqué intrigada.

-¿Mia Colucci? -leo, confundida.

-¿Y si es una carta de odio? Puede ser, hay tanta gente que me envidia. -dice, mirándome.

-¿Por qué me miras? Más quisieras que yo te envidiara, rubia. Además, ¿por qué te haría una carta? Yo siempre lo digo a la cara.

-Tienes razón. O alomejor es otro chico que flasheó conmigo. Puede ser. -dijo, con una sonrisa orgullosa. Yo rodé los ojos, y me levanté. -Ay, ojalá sea ese chico de quinto que me encanta. Que difícil es ser yo. -dijo, sonriente. Y abrió la carta.

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⏰ Última actualización: Sep 16, 2023 ⏰

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𝐓𝐇𝐄 𝐖𝐀𝐘 𝐈 𝐋𝐎𝐕𝐄 𝐘𝐎𝐔; 𝘔𝘢𝘯𝘶𝘦𝘭 𝘈𝘨𝘶𝘪𝘳𝘳𝘦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora