Camila Colucci; una chica con nacionalidad Argentina pero que vivió en España desde muy pequeña por un asunto que no le gusta hablar demasiado.
Ella es hermana de Mia Colucci e hija de Franco Colucci. Con ninguno tiene una relación muy buena. Ya que...
Fui a buscar a Camila para contarle como había ido.
-¡Camila! ¿Dónde estás? -entré en su cuarto.
-Aquí arriba. -escuché a Camila en la segunda planta de su cuarto, ella tiene un cuarto como el mío pero de ondas diferentes.
-Por fin te encontré nena. Estabas desparecida. -dije con los brazos cruzados, subiendo por las escaleras.
-Déjame sola, ¿quieres? No estoy para pelear. -tenía con el ceño fruncido, seguro estaba enojada.
-Estás enojada, ¿verdad? -le pregunté para asegurarme.
-Sí. No tiene derecho a hacernos estos, nos hizo esperar un montón y todo para nada. -tiró al suelo un subrayador que tenía en la mano y se cruzó de brazos.
Me acerqué a ella. -Tú tranquila, con el pucherito que le hice y lo que le dijimos seguro volvemos a tener el viaje. -puse mi brazo izquierdo en sus hombros y chocamos las manos, sonrientes. Cuando queríamos podríamos ser las mejores hermanas del mundo.
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Feli, Belén y yo estábamos en la misma habitación, pero haciendo diferentes cosas.
Yo estaba limando mis uñas, Feli escribiendo algo en su libreta y Belén cerrando su maleta para mudarse de cuarto.
-Listo. Por suerte me mudo de este cuarto, así no las banco más. -nos miró a las dos, mientras agarraba su valija para marcharse.
-Lástima que no aprovechaste la oportunidad de aprender a ser alguien. -caminé hasta ella. Me miró y se fue. -Que poca clase para irse. -suspiré y me dirigí a Felicitas. -¿Qué pasa Feli?
-Nada. Que yo me voy, Vico se fue y vos te quedás sola. -me explicó, triste.
-Ay, pero Vico se fue de vacaciones. Ya vuelve, es más voy a pedir que en el lugar que dejó esa histérica la pongan a ella. Vamos a estar las tres juntas. -la tranquilice, e hicimos nuestro saludo.
-Si, pero-pero eso va a ser a la vuelta y vos mientras te quedás sola. -siguió insistiendo Feli, intranquila.
-Yo no estoy sola, me quedo con los chicos del Vacance club. -seguí intentando convencer a Felicitas de que no se preocupara por dejarme sola, aunque en el fondo me sintiera un poco triste.
-Si, con todos los losers. -dijo con asco.
-Ay, si sabés que a mi me encanta transformar a los perdedores en gente como uno. Es más, estas vacaciones voy a agarrar a una de las chicas nuevas y la voy a convertir en una de nosotras. -le hablé emocionada.
-A mi no me engañás. Te hacés la que está todo bien y en realidad estás re dolida por lo de tu viejo. -Agh, odio que me conozca tan bien. Pero tengo que seguir fingiendo para no preocuparla.
-Ay no. ¿Qué viejo? Si yo soy una huérfana. Bueno dale, que te están esperando. -le apuré.
