Muy en el fondo del bosque encantado, a las afueras del Reino de los Siete Picos, se hallaba un joven que recogía manzanas de un árbol cercano a su...¿hogar?
Hogar.
Nunca había pensando en llamarlo así, no cuando todo el tiempo era explotado por su malvada...ni siquiera tenía el valor de llamarla "madre".
Sus pensamientos fueron interrumpidos por su mascota, un pequeño ratón, con escaso pelo, al que nombró "Segundo"; ya que una mancha, parte de su pelaje, parecía el número 2.
-¿Qué pasa, Segundo?-dijo tomando en ambas manos al ratón que mordía la orilla de uno de sus zapatos.
En respuesta obtuvo un chillido, y en un movimiento, un intento de imitar a una bestia caminando en dos patas.-¡Ha llegado a casa!-
Grito asustado mientras terminaba de recoger las manzanas faltantes para hacer una tarta de estás mismas.
Colocó su capucha, y de un brinco, cambio su apariencia al de una doncella, ocultando principalmente el color de sus bellos ojos.
Nunca gusto de sus ojos, ya que, su "madre", se la pasaba insultando su aspecto. Alegando que la persona a la que más amo, y que al mismo nivel ahora odia, compartía ese parentesco.
En un principio pensó que se refería a su "padre", al que jamás en la vida ha conocido. Pero ese pensamiento fue rápidamente borrado de su mente cuando una vez hizo saber su pensamiento a su malvada madre, puesto que la respuesta que recibió no fue precisamente una plática de madre a hijo, no, sino fue quemarle las manos en su caldero. Por esto mismo, usa siempre guantes, ya que las heridas de sus manos no se han borrado como las heridas de su corazón roto.
Rápidamente tomo la cesta de manzanas, a su mejor amigo escondido dentro del escote de su vestido, y subió a su caballo, tratando de llegar lo más rápido para evitar ser castigado por esa bruja.
[...]
Al llegar a la torre en la cual vivía, estacionó a su caballo en su establo y velozmente subió a esta misma.
Entrando delicadamente, tratando de no hacer ruido, se dirigió silenciosamente a la cocina.
Y notando el gran silencio, pensó que Segundo le había hecho una broma. Así que suspirando cerro la puerta y se dirigió a dejar la cesta en la mesa, sin mirar atrás.-¡Me mentiste, Segundo!- suspiro tratando de no lanzar todo por la única ventana de la torre, y con el rostro como un tomate del enojo, le gritó a su inocente mascota-¡Jamás iremos de nuevo a jugar al bosque! ¡Casi me da un infarto al pensar que esa bruja está aquí!
Un silencio, con un aura desagradable puso en alerta al chico. Al voltear, le dieron ganas de querer desparecer de la Fas de la tierra.
-¿Así que eso piensas de tu madre, niña horrenda?-
Lentamente una bruja, rubia, alta y de una edad cuestionable por su aspecto tan joven, se acerco a él tomándolo de la mano.
-¿Has olvidado que está bruja fue quien destruyó tus manos, tus sueños, tu vida, todo lo poco y miserable que has tenido?-exclamo en un susurro agresivo, cerca de la oreja del joven.-Si tan solo fueras inservible, ya te habría asesinado hace tiempo.-termino de decir soltandolo y avanzando a la mesa.
Miedo. Rencor. Odio.
Son los únicos pensamientos que acorralan diariamente al joven castaño, y sintiéndose más miserable al desconfiar de su único amigo, apretó con amor su pecho en donde se escondía aquel pequeño ratón.
-¿Sabes por qué tienes esa apariencia ridícula, un intento de mujer?-pregunto la rubia, sentándose enfrente del joven, con apariencia fémina.
-...Porque nadie quiere ver a un monstruo con ojos distintos...- Respondió bajo, cómo si su voz fuera un hilo a punto de romper en llanto.
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ᴇʟ ᴘʀÍɴᴄɪᴘᴇ ᴘᴇʀᴅɪᴅᴏ. [ᴄᴀʀᴅɪɴᴀʟ x ᴇᴍᴇʀɪᴛᴜꜱ ɪɪɪ]
Fantasia𝑫𝒐𝒔 𝒗𝒆𝒄𝒆𝒔 𝒑𝒆𝒓𝒅𝒊ó 𝒂𝒒𝒖𝒆𝒍𝒍𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒂𝒎𝒂𝒃𝒂. 𝑷𝒆𝒓𝒐 𝒉𝒂𝒓á 𝒕𝒐𝒅𝒐 𝒍𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒆𝒔𝒕𝒆 𝒂 𝒔𝒖 𝒂𝒍𝒄𝒂𝒏𝒄𝒆 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒓𝒆𝒄𝒖𝒑𝒆𝒓𝒂𝒓 𝒂 𝒂𝒒𝒖𝒆𝒍 𝒄𝒐𝒏 𝒆𝒍 𝒒𝒖𝒆 𝒆𝒔𝒕á 𝒅𝒆𝒔𝒕𝒊𝒏𝒂𝒅𝒐 𝒂 𝒑𝒂𝒔𝒂𝒓 𝒆𝒍 𝒓𝒆𝒔𝒕...