IRRESISTIBLE (Elizabeth Olsen Fanfic)

~Sí quiero~

«Es tan corto el amor...»

Pablo Neruda.

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Povs Alessia

No paraba de maldecir a Tom en mi mente, lo planeó todo muy bien.

Es que debí imaginarlo.

Ahora tengo a Elizabeth frente a mí y por la forma de agarrar el vaso con agua que le ofrecí, cualquiera puede notar que está hecha una bola de nervios.

— ¿Y tú no tendrías que estar en el set? 

Mis palabras empeoraron su estado.

Sonaron como un iceberg en medio de la inmensidad de un océano, la simpleza con la que hablé aumentó en ella las ganas de salir corriendo de aquí, lo pude ver en su rostro, pero seguramente está tan paralizada, que ni siquiera pudo dar un paso para marcharse.

— Yo… ahmm — se notaba la batalla interna en la que se encontraba  — me han dejado el día libre — suspira tratando de ahogar el llanto — no podía concentrarme en nada, necesitaba decírtelo, explicarte lo que pasó y ahora no sé cómo empezar — sonríe con ironía cerrando los ojos, dejándose llevar y soltando todas las lágrimas que ha retenido desde que llegó.

Me acerqué a ella y me senté a su lado en el enorme mueble que se encuentra en la sala.

La verdad es que no puedo reaccionar mal ante su presencia, no puedo verla así, lo está pasando mal.

Sus ojos verdes se veían bastante hinchados y rojizos, es posible que haya llorado mucho anoche.

No sé en qué momento se acercó tanto a mí que ahora se encontraba rodeando mi cuerpo en sus brazos, delicadamente, tratando de no lastimarme. 

— ¡Lo siento! — habló contra mi pecho — Yo… Alessia perdón — se le escuchaba sollozar — perdoname por favor 

Reaccioné ante su voz tan cerca de mí y lo primero que hice fue observar a Alfred a unos pocos metros, asintiendo y animándome para que correspondiera el abrazo.

Tragué en seco y acaricié los finos cabellos de Elizabeth, sintiendo como todo se desmoronaba en mi cuerpo, era tan difícil estar a centímetros de ella y no sentirme miseramente vulnerable.

— Tranquila — le hice una seña a Alfred para que saliera de la casa.

— Lo siento Alessia, de verdad lo siento, todo esto se me salió de las manos yo… — comenzó a sollozar de nuevo — te juro que no esperaba que ayer viniera, no supe qué hacer, te lo juro yo… 

— Respira — saqué su rostro de mí e hice que me mirara — debes tranquilizarte primero y luego hablaremos ¿Bien? — ella asintió cerrando los ojos y aspirando un poco mi aroma frunciendo el ceño de inmediato.

— ¿Sabes que aunque trates de disimularlo con el perfume, sigues oliendo a alcohol? — no pude evitar sonreír un poco, como le gusta a esta mujer olerme.

— ¿Tom te contó lo de anoche, verdad? — asintió con una medio sonrisa triste, sintiéndose culpable de mi tontería. 

Si bien lo que pasó con ella había sido la causa, creo que soy lo suficientemente adulta para controlar mis acciones y lo que haya hecho anoche fue mi decisión y de nadie más.