LEVEL UP: El Juego Recién Comienza

CAPÍTULO UNO

C A P Í T U L O  UNO
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PASADO

Respira, cálmate y respira me repetía una y otra vez, pero era estúpido. Sentía los latidos de mi corazón palpitándome en los oídos y no podía respirar con normalidad, ¿qué rayos acababa de pasar? Con las manos temblorosas saco mi teléfono del bolsillo de la chaqueta.

—911, ¿cuál es su emergencia?

—¡Ayuda, por favor! -no podía pensar con claridad, apenas escuchaba a la operadora al otro lado de la línea-. Mis amigos... ellos... han muerto.

VIERNES

Era un viernes por la noche cuando Blake y Alex, mis dos mejores amigos, habían decidido venir a mi casa para tener una noche de juegos, era algo que nosotros hacíamos los fines de semana para tener un poco de compañía y olvidarnos un rato del mundo. Cuando la abuela se sentía bien, venía con nosotros, pero por alguna razón habíamos dejado de hacer eso desde hace un mes. Supongo que cada uno tenía cosas más importantes que hacer y no le tomamos mucha consideración.

—¡Blair! Despega el culo del sofá y abre la puerta.

Ese era Blake, todo un caballero, lo sé. Fui hasta la puerta para poder abrirla y ahí estaban ambos, tan idiotas como siempre.

—¿Con esa boca besas a Kendall? —me burlé.

—Sí y también le hago otras cosas -movió sus cejas de arriba hacia abajo. Hice una mueca de asco, mientras ellos entraban y por si no les había quedado claro, Blake es un puerco.

—¿Podemos comer y luego discutir? Muero de hambre y...

—Cuando tienes hambre te pones de mal humor —respondió Blake rodando los ojos.

—Es el mismo cuento cada vez que nos vemos —me burlé. Blake me sacó el dedo de enmedio mientras me sonreía de vuelta.

Ambos traían bolsas con comida en sus manos, por lo que los llevé a la cocina para que pudiéramos acomodar todo. Nos conocimos por unos amigos que teníamos en común en una fiesta de Halloween y desde entonces hemos sido inseparables. Lo sé, suena muy cliché, pero es la verdad. Los amaba a los dos. Ahora que lo pienso, desde el minuto uno tuve una conexión inexplicable con Blake, supongo que es porque teníamos la misma edad, mientras que Alex era dos años menor y un poco introvertido, siempre estaba en su mundo y desde el tiempo que llevamos de amistad, jamás le vi una novia y pensé que era gay, pero descarté la idea cuando... bueno no importa ya habrá tiempo para eso. A medida que avanzaba la noche, seguimos hablando de varias cosas y jugamos un par de juegos de mesa que tenía en casa de mi abuela.

—Ya no quiero seguir jugando a UNO —comenté dejando las cartas sobre la mesa.

—Lo dices porque siempre pierdes —me respondió Blake lanzándome un beso.

—Cállate West —le respondí con mala cara.

—¿Cómo van las cosas con tu abuela? —me preguntó Alex cambiando de tema.

Me encogí de hombros mientras daba un suspiro.

—Ahora mismo está durmiendo conmigo en mi habitación en caso de que tengamos que salir de emergencia, pero honestamente no lo sé. Quiero decir, hay días en los que está estable, pero luego vuelve a sentirse mal otra vez y los calmantes ya no le están haciendo efecto. En la última consulta, el doctor me dijo que uno de los estudios tiene un costo de un millón de dólares, porque tienen que mandar los resultados al extranjero ya que aquí no tienen los especialistas necesarios. Estaba pensando en tomar doble turno en el café, aunque no sé si Liam acepte pagarme un poco más, lo único que me detiene es que tendría que dejarla sola mucho tiempo.