🕷UN ENCUENTRO NO AGRADABLE Y UN ENCUENTRO ATERRADOR🦉

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"Necesitaron tiempo para acostumbrarse a su nueva vida, las primeras noches Francisca se quedaba despierta escuchando los ruidos del campo, acompañada de la luna brillante en la oscuridad, ella estaba en su escritorio muy concentrada en sus historias, haber ido a ese lugar le trajo una gran inspiración todo era nuevo en el campo, las aves, animales, árboles, ese aire puro, los misterios que cubre el bosque y al ocultarse el sol, inspirarse en nuevas versiones y sustos, que la acompañaban desde niña, que los sentía tan cerca , aunque sabia perfectamente que eran parte de su imaginación algo le decía que existían en algún lado del mundo, no se sentía sola, era curioso que por las noches un cuervo estaba cerca a su ventana y una paloma en las mañanas".

Después con sus hermanos decidió limpiar el jardín e hizo de su casa un hermoso refugio, se volvió su nueva residencia y no les falto lo indispensable, tenían una pequeña huerta, arreglaron sus establos y consiguieron comprar algunas gallinas, patos y cabras, que les propiciaban huevos y leche, eran una familia resistente, cada vez que necesitaban algo de afuera, uno o dos miembros de la familia iban al centro de la ciudad ha comprarlo, era mejor que vayan pocos para evitar ser acosados por las personas o llamar la atención, siempre se turnaban, aunque las mellizas preferían no hacerlo, no les agradaba cargar peso e ir al mercado y cada vez que Francisca le tocaba ir con alguno de sus hermanos, aprovechaba la oportunidad de llevar sus libros a la editorial, aunque siempre la rechazaban diciendo que una dama no podía crear ese tipo de historias turbias y paganas, esto desanimaba a la joven pero no perdía la esperanza de que un día sus historias serian escuchadas y reconocidas por todos, no paraba de buscar nuevas editoriales o a veces insistía en las mismas, excepto en la del Señor Damastes,la última vez que fue con su hermano Vincent, sólo recibieron gestos de desagrado y desprecio, aunque dejaba tal vez algunas versiones o copias a los encargados, ellos solo le decían que lo pensarían y la llamarían, aunque Francisca no se tragaba ese cuento, por lo que siempre insistía o buscaba otras salidas .

Y los días pasaron, el gallo comenzó a cantar recibiendo el nuevo amanecer del día, despertando a la familia para comenzar los deberes cotidianos, su padre se fue temprano a la ciudad en su caballo, mientras los demás se quedaron para acomodar el resto de la casa, teniendo listo el almuerzo y lavar la ropa o cosechar el huerto, ninguno se quedaba sin hacer algo, mientras tanto las mellizas en su cuarto aun no se arreglaban y se quejaban.

-Creo que tengo fiebre-decía Cloe acalorada acostada en lateral ventilándose con su abanico.

-Ah,una arruga-decía Anette mientras se miraba al espejo de su tocador mientras los mosquitos la atormentaban -ay estos bichos no me dejan en paz-se irritó observando que el mosquito se paro en la base de su tocador, agarró su cepillo de cabello y con la parte posterior cautelosamente mató al mosquito.

-Llevamos más de un mes en este infierno-decía Cloe observando el conteo que había hecho en su pared-moriremos solas, arrugadas, devoradas por las bestias-se lamentaba.

-¡Anette!¡Cloe!¡Estáis arriba!-gritó Francisca desde el primer piso.

-Ay Francisca Imelda, no soporto que sea tan feliz, la ahogaría en un pozo-habló fatigada Anette.

-Pues yo la enterraría viva en su huerto-le confirmó Cloe, riéndose entre ellas.

-¿Qué están haciendo?-hablo mientras tocaba la puerta, así que Anette fatigada fue abrir la puerta viendo el semblante alegre de su hermana

-Cloe tiene fiebre, desayunará aquí-ordenó Anette.

-No nada de eso y después de desayunar trabajaremos en el jardín-dijo entrando a la habitación de sus hermanas dirigiéndose hacia Cloe.

-Ja prefiero morir-le dijo en ironía Cloe

-¡Vamos levántate ya bajaron todos!-moviéndola de la cama y se retiro de la habitación.

LA BELLA Y EL SUSTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora