Capítulo 13: Las víctimas atrapadas

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Stan atravesó la puerta nuevamente, llegando a la comisaría otra vez, pero ahora si podía moverse a disposición, además de que la comisaría estaba otra vez intacta, tal y como la dejó antes de atravesar esa puerta anteriormente.

Stan sacó su arma, diciéndose a sí mismo en su mente:

—¿Esta arma me servirá de algo?

Stan continúo caminando por el corredor de la comisaría, la comisaría estaba en completo silencio, y parecía estar todo en calma. Stan caminó hacia las oficinas, donde encontró todo en su respectivo lugar, tanto los archivos de los asesinatos, como la silla en la que él estaba sentado leyéndolos.

Pero... la calma se acabó.

Los canticos comenzaron nuevamente, y sin explicación alguna, una ventisca de aire llegó al pasillo principal, y junto con la ventisca, una gran cantidad de papeles cayeron en el corredor, Stan se acercó a ellos y leyó los titulares.

"MASACRE TOTAL".

"LA COMISARÍA DE DUMBVILLE DESTRUIDA".

"NINGÚN SOBREVIVIENTE".

"INCENDIO ATROZ".

Esos eran solo algunos de los titulares, entre todos esos papeles, solo había periódicos y recortes de la masacre ocurrida hace 20 años, en la conocida masacre de la comisaría de Dumbville.

Stan quedó perplejo, todas esas imágenes eran las mismas, eran las mismas que él había visto anteriormente, eso lo hizo recapacitar, era demasiado obvio, él había estado allí, él había estado en esa masacre, él lo presencio todo.

Los canticos empezaron a intensificarse, y al parecer provenían de una habitación en particular, Stan se fue acercando a aquella habitación, con cada paso que daba, cada vez se iban intensificando más los canticos, canticos que cada vez retumbaban más en sus tímpanos.

Stan pateó la puerta, y entró a la habitación de la que provenían los canticos.

La habitación parecía estar vacía, pero la oscuridad de la misma no lo dejaba notar lo que había dentro de ella. Stan encendió las luces, pero...

Al encenderlas, enfrente de él, estaban dos chicas, las dos de espaldas hacía el, al parecer los terribles canticos provenían de ellas, Stan se fue acercando a las chicas a paso lento, sudando del miedo por la inquietud que sentía, cuando ya estuvo bastante cerca de las chicas, las mismas detuvieron sus canticos, Stan se calmó, pero...

Las chicas se voltearon aterrorizando a Stan de inmediato, los rostros de las chicas tenían una expresión aterradora como ninguna, pero lo más aterrador para Stan no era eso, si no, que las chicas ante él parecían ser las chicas asesinadas de 1996, una de ellas tenía múltiples heridas de tortura, lamentablemente era obvio, se trataba de la primera víctima Selene Williams, la otra estaba desnuda y se veía demasiado menor, de sus partes íntimas brotaba sangre, ella era la cuarta víctima Enid Klein.

Stan se dio media vuelta, con la intención de irse lo más pronto posible de esa habitación, pero la puerta detrás de él se cerró bruscamente, y las luces estallaron.

Stan sacó una linterna, pero ya no estaban las chicas, ahora estaba solo en la habitación.

Stan salió de la habitación, y de su radio comenzó a salir aquellos canticos que ya lo estaban volviendo loco, Stan tiró su radio al suelo partiéndola en el proceso.

—¡RING! ¡RING! ¡RING!

Otra vez, otra vez el teléfono de la oficina comenzaba a sonar, Stan fue de inmediato y sin dudarlo contestó la llamada:

—Hola.

—Hola Stan, soy Jake. Espero estes bien, ya falta poco para que termine tu turno.

—¿Te estas divirtiendo?

—¿Qué? No entiendo Stan.

—No eres Jake, nunca fuiste Jake, eres solo un maldito espectro que quiere joderme.

De pronto.

La voz de Jake cambió, y le dijo a Stan:

—Mierda, pense que funcionaría otra vez.

—¡Maldito seas!

—Maldito ya estoy, odio estar encerrado en esta maldita comisaría, al menos me los lleve conmigo ¡Jajaja!

—Acabaré con esto, y liberaré sus almas.

—¿Enserio? Yo diría lo contrario, más bien, ¡Tú también morirás aquí!

La llamada se cortó, pero el nivel de determinación de Stan había subido, a pesar del terror de este lugar, y toda esta situación, se mantuvo de pie.

Pero esto duraría poco, los terrores de esta comisaría aún no terminaban. Al salir de la oficina, lo aterrorizó lo que encontró, encontró una bolsa negra, la cual emanaba un olor desagradable, sin embargo, no dudó y la abrió, encontrándose el cadáver putrefacto y mutilado de una joven, era claro, esa era la segunda víctima, esa era Kristel Daniels.

Stan no había terminado de procesar lo que estaba sucediendo cuando...

El sonido de las ruedas de un carro se comenzaron a escuchar, los sonidos provenían de las afueras de la comisaría, Stan se acercó a la entrada de la comisaría, y allí estaba, a unos cuantos metros de la entrada, estaba un basurero, Stan no lo quería creer, pero era obvio, ese debía ser, ese debía ser el basurero donde encontraron a Rachel West, la tercera víctima.



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