Tutores

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Minhyuk estaba a punto de estallar de ira. Había pasado toda la tarde junto un grupo de villanos que hacían comentarios malintencionados a cada paso que daban. Eso sin mencionar el momento incómodo que había pasado al enterarse que ese chico era hijo de Maléfica. ¿Cómo era posible que Hyungwon se lo ocultara? ¿Por qué de todas las personas que vivían en esa isla tenía que ser precisamente él?

-Y los otros tres son iguales o hasta peores -afirmó dándole un largo sorbo a la copa de vino blanco que descansaba sobre la pequeña mesa-. Ese Hoshi habla todo el tiempo, es insoportable. El tal Seungcheol me miraba como si me quisiera comer, y no lo juzgo, soy muy bello, pero después me di cuenta de que miraba a todo el mundo igual y me parece muy irrespetuoso. Y Changkyun no hizo nada pero no confío en él, siento que está planeando algo.

Joshua rodó los ojos con diversión. Llevaba mas de una hora escuchando a su amigo quejarse de todo lo ocurrido en el día. No es que no se lo tomara en serio, por el contrario, entendía el enojo del chico, pero no podía evitar sentir algo de gracia ante las quejas de Minhyuk.

-Min, no pueden ser tan malos. Las cosas que estás nombrando ni siquiera son graves -contestó-. No es como si hubieran tratado de envenenar a alguien, solamente están conociendo el lugar, y si cometen alguna travesura, bueno, no podemos juzgarlos tampoco, vienen de la isla.

Minhyuk rodó los ojos con molestia. A veces olvidaba que su amigo tenía cierta tendencia a desviarse de la moral. Era evidente que haber sido criado por un padre ladrón y una madre inadaptada no le permitía ver las cosas tan claras como las veía él. Joshua no entendía que Minhyuk podía leer las malas intenciones en el actuar de aquellos chicos, sobre todo en Jeonghan.

-¿Ah sí? Entonces no quiero escuchar quejas cuando tu mejor amigo termine acostado en una cama durante años porque lo maldijeron o le dieron algún veneno -dramatizó el mayor.

-¿Por qué te quedarías dormido durante años? -preguntó Joshua- ¿Tu amado prometido no te daría un beso de amor verdadero?

-Eso si no lo envenenan a él también.

-Min, estás exagerando -dijo Joshua-. Tu novio tiene razón en que deberías apoyarlo en esto.

-Lo estoy apoyando, ¿te parece poco lo que hice hoy?

-No me parece poco, pero considero que podrías hacerlo mejor -respondió el menor-. Si Hyungwon escucha alguna de las cosas que estás diciendo ahora se va a enojar muchísimo.

-Por eso te lo esto diciendo a vos, que no vas a contarle a nadie, ¿cierto, Joshua?

-Por supuesto que no, tus secretos están a salvo conmigo -contestó el menor levantando su copa de vino invitando a su amigo a brindar con él.

La amistad de Joshua y Minhyuk siempre había sido extraña, a veces parecían no llevarse bien o estar en desacuerdo siempre. Se sacaban de las casillas mutuamente y en ocasiones se juzgaban de forma muy cruel. Sin embargo, a la hora de ser honesto en cuanto a sus emociones, él era una de las pocas personas en todo el reino en las que Minhyuk realmente confiaba. Quizás era así porque la mirada particular que el chico tenía sobre la vida le daba la seguridad suficiente para mostrarse realmente como era sin miedo a que lo señalaran por ser un mal príncipe.

El mundo en Storybrooke era blanco y negro, pero Joshua siempre veía de color gris, y con él Minhyuk no se sentía obligado a ocultar sus tonalidades.

-De todas formas siento que no deberías preocuparte demasiado -dijo Joshua-. En el momento en el que alguno de ellos cometa un error, van a devolverlos de una patada a su islita y todo va a volver a la normalidad.

-Eso espero -respondió Minhyuk, siendo consciente de que con la promesa que Hyungwon había hecho aquello no sería tan simple como su amigo quería hacerlo ver.

Legado | MonteenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora