Legado | Monteen

De Vil

Joshua estaba molesto y cansado. Después de haberlo abrazado durante horas, aun sentía el sonido del llanto de Minhyuk rebotándole en el cerebro. Para colmo, de camino a la torre se había encontrado con varias personas cuyo tema de conversación no era otro que el escándalo ocasionado por Hyungwon. Y él, como el cordial príncipe que era, tuvo que reprimir sus ganas de mandarlos a la mierda por hacer comentarios malintencionados sobre un tema que no les correspondía.

Creyó que una vez que subiera las escaleras y llegara a lo mas alto de su lugar favorito, por fin encontraría algo de paz y silencio. Pero lo único que encontró fue a Seungcheol, que estaba sentado en el suelo jugando con una manzana.

—¿Otra vez vos? ¿No tenés algún otro lugar al que ir? —preguntó.

—Hola Joshua —saludó el mayor con total naturalidad, ignorando la molestia en la voz del chico—. Tengo otros lugares, pero vine acá porque estaba esperando encontrarte.

—Lo que sea que necesites podés pedírselo a Jihoon que es tu tutor. O en todo caso a Hyungwon —contestó recostándose en el suelo sobre una pila de almohadones. Seungcheol pareció incomodarse ante la mención de su tutor, y aunque aquello despertó la curiosidad de Joshua, no tenía ganas de preguntar y adentrarse en una conversación. Estaba demasiado cansado.

—No necesito nada. Te estaba buscando porque hoy parecías muy enojado y quería saber si estabas bien —la respuesta tomó a Joshua por sorpresa, que inmediatamente dirigió su vista hacia el chico que lo miraba con una media sonrisa y una expresión calma. Tuvo que tomar un disimulado respiro profundo cuando de repente cruzó por su mente el pensamiento de que Seungcheol era demasiado hermoso.

—Estoy bien —dijo finalmente—. Estaba molesto porque no me gustó la actitud de Hyungwon con Min, pero eso ya pasó. En realidad todo esto no tiene que ver conmigo.

—Jeonghan estaba un poco triste porque parecías enojado con él, ¿debería decirle que se quede tranquilo? p—reguntó Seungcheol. Aquello molestó un poco a Joshua, aunque no supo por qué.

—¿Jeonghan te mandó en representación? —se burló—. Si es así, podés avisarle que todo está bien entre nosotros.

—No, él no sabe que vine —dijo el mayor—. Pero aun así puedo pasarle el mensaje.

—No entiendo, si no necesitás nada y no te mandó Jeonghan, entonces, ¿qué hacés acá?

—Te dije que vine a ver cómo estabas, ¿es tan difícil de entender? —el tono de voz de Seungcheol comenzaba a ser burlón—. Aunque no lo creas, soy una persona amable que se preocupa por sus amistades.

Las palabras de Seungcheol eran, en parte, una mentira, pero no tenía nada mas para decir porque ni siquiera él sabía cuál era el motivo por el que había ido a buscar a Joshua. Lo único que sabía era que había querido volver a hablar con él desde el día en el que se fue de viaje, pero no había tenido ninguna oportunidad.

—Seungcheol, esta es la segunda o tercera vez que hablamos, no somos amigos y no creo que vayamos a serlo.

—Oh, no, Shua —se lamentó de forma lo suficientemente dramática como para que el joven príncipe entienda que estaba bromeando— me rompiste el corazón. ¿Qué será de mí ahora que me negaste tu amistad? —Joshua rodó los ojos y soltó una suave risa que rápidamente contagió al otro chico.

"¿Shua? ¿Desde cuándo tenemos tanta confianza?". Pensó el principito.

En algún momento de la breve conversación, Seungcheol se había desplazado sigilosamente por el suelo de la torre para encontrarse cerca de Joshua, y lo estaba mirando de forma tal que el príncipe de la torre comenzó a ponerse nervioso.