Capítulo 14: Un mal presentimiento

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Saralade se había levatado esa noche con un mal presentimiento. Su piel de las manos estaba agrietada y se podían ver pellejos, a pesar de que hacía poco que había hecho su muda. La vieja diablesa sacudió la cabeza, pensando que lo que tubiera que ser sería y se dispuso a seguir su rutina. Después de muchos golpes de la vida, había aprendido que tu control sobre las cosas suele ser más bien poco y que cuando el Destino ha decidido putearte poco hay que puedas hacer.

Se sentó en la mesa de su cocina con su infusión recién hecha y consultó su agenda. Ese día apenas tenía clientes y todas las visitas eran por el amanecer, de modo que si no había ninguna urgencia, pasaría una noche tranquila. Sin embargo, su mal presentemiento era acertado y la noche de Saralade pronto se vería alterada.



Cuando ya estaba apurando las últimas gotas de té, sintió que aporreaban a la puerta. Intertó ignorar-lo pero cuando la puerta volvió a retumbar con el grito de comunicado real, se vió obligada a abrir. Contempló al joven Cerbero que aguardaba en la calle, impaciente por reunirse con sus gemelos y seguir corriendo hasta el próximo pueblo.

-¡Orden reial! -escupió el Guardián de las Sombras.

-Si, eso ya me había quedado claro -Dijo Saralade aparatándose para no ser duchada- ¿Y bien?

-Orden de arrestro. Se han escapado unas prisioneras, tiene que dar aviso en cuánto...

-Esta bién, ya se como funciona esto. Dame la orden y podrás irte.

El Cerbero quedó por un instante xocado, descolocado por que le hubieran cortado el discurso que, de seguro, se sabía de carrerilla. Tras unos segundos donde la diablesa se impacentió sobremanera, el demonio le tendió un rollo de pergamino, juntó los pies realizando el saludo formal y se fué a la carrera.


Saralade suspiró y entro en su casa de nuevo, dejando el pergamino encima de la mesa. Fuera quien fuera no le importaba, ella solía mantenerse al margen de este tipo de cosas, al fin y al cabo algunos encargos que le hacían no eran del todo legales, y hasta ahora le había salido bien. Al notar un poco de fresco fué a su cambra a buscar un xal, pues siempre tenñia frio después de mudar de piel y volvió para servirse otra taza de té. Al entrarse en la cocina, sus ojos reptilianos no pudieron evitar fijarse en el pergamino y la curandera recordó su mal presentimiento al levantarse.

Estiró las huesudas manos, que ahora también estaban agrietadas, y agarró el pergamino, desenrollándolo con cuidado. Las manos le temblaron cuando leyó los nombres.

-¿Qué has hecho niña? -dejó caer el pergamino al suelo y se sentó en un puff. La imagen de Yami Akumu resplandecía en tinta carmesí en la orden de búsqueda y captura.


****


Calisto se retorcía en espasmos febriles y su conciencia funcionaba de forma intermitente. Los pocos ratos que conseguía estar medio despierta, se encontraba rodeada de rojo sangre, pero curiosamente el color no le resultaba aterrador, si no más bien cálido... ¿Sería por ese agradable olor a rosas?

No supo cuanto tiempo estubo así, pero de repente notó que la separaban del suave mar rojo que la envolvía y la posaron encima de algo mullido y blando. Soltó un suspiro de satisfacción. Sonó débil y afónico y a la Saltadora le costó reconercelo como suyo pero, ¿Quién más podría ser? Los demás estaban demasiado ajetreados corriendo a su alrededor y hablando de forma histérica, aunque muy bajo, como si no quisieran despertar a alguien. ¿Pero a quién? ¿Y quién eran los demás? ¿Donde estaba?... Las preguntas se amontonaban en la espesa mente de Calis que cada vez se hundía más en un sopor, así al menos no le dolía tanto el pecho... Y de repente, algo la mordió.


****


-¡¿Que haces?! -El estridente grito del hada rompió el silencio que se había instaurado cuando Saralade tomó la decisión de morder a Calisto. La humana estaba blanca y con los ojos muy abiertos pero se mantubo en silencio y asintió cuando la diablesa mandó a callar a la hada.

-Shhhhh, no queremos llamar la atención.

-Pero, pero... ¡La està mordiendo! -El hada contempló horrorizada la escena, mientras se alejaba un poco.

-La está ayudando, no se muy bien que está haciendo, pero confio en ella y no creo que le haga daño.

-¡Es una serpiente! ¡Con un conejo! ¿Y dejas que la muerda?

En ese momento Saralade se separó de Calisto, haciendo callar al hada. Le apartó el pelo sudado de la cara a la Saltadora y se limpió la boca de sangre antes de incorporarse. Posó levemente los ojos en la humana e ignoró al hada.

-Su corazón se hubiera detenido. Lo he accelerado con mi veneno -Se dirigió únicamente a la otra diablesa, y sus ojos se enternecieron al contemplarla, pues le recordaba demasiado a...

-¿Se pondrá bien? -Yami interrumpió sus pensamientos y Saralade asintió- Menos mal. Sabía que tú podrías ayudarnos.

-Niña... No me importa ayudarte, hace años que nos conocemos y siempre me has caido bien -la vieja diablesa salió del comedor para ir a la cocina mientras hablaba- Eres leal y se puede confiar en ti, por eso me pregunto ¿En que te has metido?

La joven Moradora agarró con manos temblorosas la orden de búsqueda y captura que le tendían y miró con una expresión indescifrable su rostro dibujado. La humana se acercó por detrás y le puso una mano en el hombro, mientras el hada revoloteaba ofuscada detrás de sus cabezas.

-¿Es por ellas? -Saralade observó el hada con una mezcla de asco y indiferencia- Ya soy vieja pero aún conservo mis instintos ase...

-¡Oh no! Ellas no tienen nada que ver -se apresuró a aclarar Yami- aunque a mi tampoco me hace gracia ciertas compañías...

-Entonces, ¿qué haces con tan variopinto grupo?

-Es díficil de explicar, tiene que ver con Licántropos...

-Pfff esos estúpidos chuchos.

-Y... con la Realeza.

El silencio volvió a imponerse por enésima vez en la casita de la vieja Serpiente. Esas tres palabras significaban muchas cosas, no era sólo una frase descriptiva. Ir encontra de la realeza o ayudar a alguien que huía de ella, era traición. Y la traición no era algo precisamente leve.

-No importa, nunca me cayeron bien, ya lo sabes. Ellas... Ellas mataron a mi querida Sífire.



Nota de la autora

Perdoooooon, mil perdones. Se que dije que actualizaría pronto y luego... bueno, desaparecí TT He estado de exámenes y me han robado todo el tiempo. Pero ahora que llega el verano voy a tener más tiempo libre y espero avanzar bastante la historia jeje.

Espero que os guste el capítulo de hoy, ya me comentareis que tal. Al final he elegido Sífire para la hija, lo consulté en twitter pero no recibí muchas opciones precisamente... xd

En fin, ya me comentareis que os parece ¿Si? ¡Besitos!


Recuerdo: Twitter > @Luzbel94 Hastag > #LovelySweetHell

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