UN ENCUENTRO ATERRADOR

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Resulta que esa misma noche, deje de escuchar voces, pensaba que el cristal tenía algún tipo de protección y que había hecho que gran parte de lo que veia y escuchaba, ya no tuviera una repercusión en mi vida.
A las 11 de la noche del viernes, decidí bajar a tomar un café, pero me lleve conmigo el cristal, en lo que hacia el café recorde que mi madre había dejado comida en el congelador, asi que tomé un poco y la meti en el horno unos minutos, fui al baño y regrese a ver si ya estaba listo, note que la grieta de la cocina había crecido mucho más, no sabía a qué se debía algo así, me fui a sentar en la mesita de la sala y encendí la televisión, cuando en eso tocan la puerta, por un momento pensé que era mamá, pero no, escucho la voz de una niña.

- ¿Hola? - escucho que pregunta desde fuera de la casa.
- ¡se que estas ahí! - dice afirmando lo que decía.

Me acerque a la puerta y le conteste

- ¡no puedo abrirte! - es que no puedo abrirle a alguien después de las 11 de la noche.
Pero veo como la puerta es intentada abrir desde fuera, me asustó y terminó dando pasos para atrás lentamente, (observó como se abre la puerta) mi corazón late tan rápido que pienso en que se me puede parar en cualquier momento. (la puerta se abre de par en par) veo que hay una niña de quizás mi edad.

- ayúdame- dice y observó como cae al piso.
La veo y noto que esta llena de sangre, ¿sangre de ella? La levantó, no pesa nada, la llevo a mi habitación y la acuesto en el piso, sobre su cabeza pongo una almohada y me quede despierto toda la noche esperando a que despertará, (mamá ha llegado) escucho como viene subiendo las escaleras y escucho como azota la puerta de su habitación...
Estaba tan cansada que ni siquiera pudo venir a darme un beso de buenas noches, en que pienso, hay una niña en mi habitación y por primera ves no es Gisela, digo no es que Gisela no este bonita, pero esta niña también lo está...
A las 3 de la mañana está niña se despierta, yo seguía sentado viéndola desde el sillón frente a la televisión que tenía en la habitación, le digo en tono bajo ¡no hables fuerte! Parece que presto atención.

- ¡perdón! - dijo de una forma tan sutil.
- has abierto la puerta de mi casa a fuerzas - le digo.
- un extraño venía siguiendome - dijo de una forma alterada.
-¿un extraño? Veo que también estás llena de sangre - digo replicando una seña con los dedos.
- cuando empece a correr y intente entrar en tu casa, en la parte de atrás me corte con el alambrado - dijo señalando con el dedo índice derecho la cortada en el brazo izquierdo.
- cuando entre a tu casa ese extraño dejó de seguirme, observe desde aquí como se quedó parado ahí atrás y fue cuando entre a la fuerza - su mirada era tan fría.

Un extraño venía siguiéndola casi a las 12 de la madrugada.

- y ¿tu donde estabas a esa hora? - le pregunté.
- había ido a dejar a una amiga a su casa, decidí caminar ya que no estoy lejos de mi casa - dijo.

No creo que esté mintiendo, la cortada en el brazo necesita algún tipo de ungüento, recorde que en la habitación tenía una pomada de cortadas que uso cuando salgo a patinar, la saqué del cajón y se la puse en la cortada, después de eso se quedó nuevamente dormida, antes de que se durmiera le di una sabana y detras de ella me quede dormido yo.

Esa mañana me desperté hasta las 9 am y ella seguía ahí dormida cono un tronco.
Sintió que me desperté y a su ves ella despertó conmigo, ¡perdón! Dijo alzando la mirada y observando mi habitación.
Es que en mi habitación tenía demasiados poster y cosas de temas que me fascinaban.
Bajo la mirada y me preguntó de una forma tan sutil y dulce.
¿Puedo quedarme un poco más? Pense que diría algo relacionado a mi habitación, quizás la alagaria, vamos es la segunda chica que entra a mi habitación después de Gisela, ¡todo el tiempo que gustes! Digo trabando la voz en un intento de que los nervios no me ganen.

Bajamos a la sala y como siempre mamá se había ido a trabajar, ni siquiera se despide de mi y el único día que puedo verla es el sábado y hasta eso, no siempre.
Veo que hay comida en el congelar,
¿Quieres comer algo? Le pregunto a la chica, ¡si! Me responde ella con un brillo en sus ojos.

- comemos y te ayudo a limpiar esa cortada - le digo.
- ¡estoy bien! No te preocupes - me dice ella.

La comida estaba tan deliciosa que es inevitable, agarre la segunda charola y la calenté, en lo que esperaba la segunda ronda, caí en cuenta de no le había preguntado su nombre.
¡Gaby! Me dijo, creo que que mi forma de verla me había delatado.

- así que te llamas ¿Gaby? - le digo afirmando a lo que había dicho.
- ¡si! - me dice.
-Tenemos poco tiempo en la ciudad, mi madre se mudo por un nuevo empleo en la planta de energía- decía observando mi casa con detenimiento.

Parte de la mañana fue demasiado hermoso para ser real, al dar las 12 del día, ella salió por la puerta de mi casa y se fue a la suya, antes de salir me asegure de que me dijera que volveríamos a salir, le pregunté si le gustaban los videojuegos y me dijo que si, así que la invite al plan de Arcade de la semana entrante con Angel, le dije que se lo presentaría.

Termine mi día, pensando en quien venía siguiéndola a media noche, no creó que fuera alguien con buenas intenciones.
La mañana siguiente Gisela habló a la casa diciendo que estaba en la ciudad y que no había viajado conforme al plan ya que su padre se había enfermado, así que no me quedó mas que invitarla en el plan de Arcade, al final de cuentas Gisela es nuestra única amiga y ama tanto los videojuegos como nosotros.


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