Omegas de Suay Village #5

Cap. 4

—Y no vas a encontrar nada.

Gulf inclinó la cabeza hacia atrás en un poste, mirándome con un rifle a través de lo que parecía prometedor.

Abandonado como estaba el lugar, definitivamente había mucho que podría haber contenido documentos, pero hasta ahora, la mayoría de estas cajas no contenían nada más que una vieja tachuela inutilizable o herramientas oxidadas. Me puse en cuclillas para buscar en las cajas y asegurarme de que no me faltaba nada. Gulf, por otro lado, me seguía detrás y ocasionalmente abría una caja, pero me di cuenta de que su corazón no estaba en ello. De todos modos, seguramente no parecía que yo lo estuviera buscando y seguro que no íbamos a encontrar nada a su ritmo. Por mucho que quisiera estar de acuerdo en que encontrar algo aquí era una causa perdida y que bien podríamos tener una segunda ronda, una promesa era una promesa y se lo había prometido a mamá. Sin embargo, a pesar de todo lo que había estado volcando el lugar, todavía parecía haber tantos rincones y grietas en los que podría haber un libro o una carta o lo que estaba buscando cuando empecé. Frustrado, tomé la caja en la que estaba trabajando, suspirando, la arrojé un poco más fuerte de lo que pretendía.

—No, probablemente no lo haré —murmuré cuando comencé a tirar de una caja llena de herramientas hacia mí— no es que eso me ayude.

Cuando comencé a rebuscar entre las cosas nuevamente, pude escuchar a Gulf moviéndose detrás de mí. Sin mirarlo, podía imaginarlo, sin camisa, con el cabello todavía despeinado por el desastre que había hecho antes, empujando cajas y herramientas viejas aquí y allá con su bota. Gulf parecía tener un don para molestarme con su obstinada incapacidad para simplemente escuchar o cooperar a veces, tanto como tenía un don para lograr que me hiciera dulce por lo mismo que me molestaba. En primer lugar. ¿Se puede frotar de la manera incorrecta y correcta al mismo tiempo? Lancé una mirada sobre mi hombro para confirmar que, sí, lo conocía tanto como siempre lo había conocido. Se estaba preocupando por lo que solía ser una caja de leche de madera, 'mirándolo' solo en el sentido de que lo estaba mirando. Me burlé en la parte posterior de mi garganta, suavemente, pero sacudí la cabeza como si estuviera tratando de sacudirme de lo que estaba pensando. Estaba en la vía rápida a absolutamente nada con esto y pillarme enamorado de Gulf como si todavía estuviera en la escuela secundaria no tenía sentido, era peligroso, lo que es peor, me retrasó aún más. Miré hacia adelante, con la intención de seguir hurgando en mi caja, pero no sin antes volver a llamarle por encima del hombro.

—Eso es un buen vistazo a tu alrededor, Gulf —nunca pude resistir molestarlo cuando estaba en la escuela secundaria. Lo mejor de todo es que nunca pudo resistirse a que me molestara con él, en la escuela o de otra manera. Podía sentir sus ojos clavados en mi espalda antes de que él respondiera a la velocidad del rayo.

—Bueno, es tan bueno como lo estás haciendo, ¿no? No te veo exactamente sacando la escritura secreta a toda la ciudad de esa caja. Y has estado buscando eso lo suficiente, si estuviera allí, seguramente lo habrías encontrado. Estaba tratando de sonar molesto, pero lo sabía mejor.

—De hecho —dijo, preparándose para entrar por su cuenta. Gulf siempre podía dar lo mejor que tenía, tampoco tenía miedo de mostrarlo. Creo que esa es la mitad de la razón por la que nunca le importó que lo molestara; solo me abrió a su propia molestia— Si alguien iba a encontrar algo, el título de propiedad de la tierra, la casa, el ayuntamiento o lo que sea, creo que ya lo habrían encontrado. ¿No crees que probablemente no seas la primera persona en mirar?

—Oh hombre.

Jesús cristo. Deja que Gulf señale lo obvio tan casualmente después de que ya había saltado de cabeza. Mamá, Calder, yo. Todos habíamos hablado mucho sobre eso en la reunión y yo simplemente había ido y había aceptado hacerlo sin dejar de ver lo que estaba frente a mí. Como si me hubiera estado escuchando decir todo esto en voz alta, Gulf continuó.