– ¿Estás libre está noche? – dije atropelladamente cerrando los ojos como si él me estuviera viendo.
– Sí, ¿en dónde nos vemos? – respondió y casi pude asegurar que sonreía.
– No lo sé, tú dime – no iba a citarlo en mi departamento, alguien podría verlo.
– ¿Te queda cerca el Hotel Rose Imperial? – muy conveniente, cómo no se me ocurrió.
– Como a 20 minutos – dije no muy segura, no lo identificaba bien.
– Te veo en el lobby en media hora, ¿te parece bien?
– Sí, claro – con suerte si el tráfico me lo permitía.
– ¿Cómo te reconozco?
– Mido como 1.60, cabello largo castaño y ondulado, ojos marrones, piel blanca y traigo un vestido negro asimétrico de manga corta, que me llega debajo de la rodilla, y yo, ¿cómo te reconozco a ti?
– Simplemente lo sabrás, en media hora te veo.
Escuche el tun, tun, tun que indicaba que él había colgado primero. Metí lo indispensable a mi bolso, como un labial, mi monedero y mis llaves, tomé mi abrigo y salí prácticamente corriendo. Mientras bajaba por el ascensor pensaba en lo que estaba a punto de hacer, era completamente insensato, una total locura, una cita en un hotel con un desconocido que igual y podría ser un psicópata. Pero ya lo había hecho y además mi número había quedado registrado en su celular, si no me aparecía seguramente me buscaría para reprocharme.
Tomé un taxi y le indiqué la dirección, exactamente 25 minutos después estaba yo cruzando la puerta del hotel, uno de cinco estrellas, por cierto, jamás me imaginé que ahí te alquilaran una habitación sólo por una noche. Tomé un gran respiro mientras caminaba nerviosa de un lado a otro, y, ¿si era una tomada de pelo?, ¿una broma?, la chica que me dio el teléfono sólo la había visto una vez en mi vida y por lo que recordaba ya estaba pasadita de copas. Definitivamente había perdido el juicio, estaba por salir del lugar cuando alguien susurró en mi oído.
– ¿Estás libre esta noche? – el sonido de su voz erizó mi piel.
Asentí con la cabeza, aquella intensa sensación que su aliento produjo en mi oreja no me permitió hablar y eso que todavía no me tocaba. Volteé y me encontré con el hombre más guapo que había visto jamás; alto, delgado , ojos de un hermoso color miel , cabello rubio desordenado y con una sonrisa cautivadora, vestía un traje negro impecable, en verdad era un dios. Me ofreció su brazo y nerviosa lo tomé. Caminamos en silencio al elevador. Subimos al piso 15 y recorrimos el pasillo hasta la última habitación. Deslizó la tarjeta y la puerta se abrió, me dejó pasar primero, además de guapo olía exquisitamente. Entro detrás de mí, encendió la luz y cerró la puerta.
– ¿Cómo me contactaste? – preguntó mientras yo caminaba al centro de la habitación.
– Una... amiga me dio tu número – no consideré buena idea decirle la verdad.
– ¿Te explico las reglas? – dijo con un tono de solemnidad.
– No... sólo me dijo la clave. – respondí volteándome y encarándolo.
– Bien, regla número 1, no nombres, no me dirás el tuyo ni yo te diré el mío; regla número 2, no preguntas personales, nada que pueda dar indicios de quienes somos en realidad, ¿entendido?
– Sí, no nombres, no preguntas personales – repetí como si fuera una alumna.
Se acercó a mí, mi corazón se disparó más de lo que ya estaba, me quitó el abrigo y comenzó a acariciarme un brazo con el dorso de su mano, como acto reflejo cerré los ojos, sentí como acariciaba el otro brazo con la yema de sus dedos, lo próximo que sentí fueron sus tibios labios recorriendo mi cuello mientras me sujetaba por la cintura, yo subí mis manos por su pecho y lo abracé por el cuello, estaba perdiéndome en sus caricias, ¿cómo era posible que un desconocido estuviera excitándome de esa manera?
Deslizó sus manos por mi espalda y bajo lentamente el cierre de mi vestido mientras sus labios subían por mi mentón hasta llegar a los míos, me besó despacio y suavemente, yo correspondí un tanto frenética, me estaban matando sus caricias y había deseado, como nunca antes, sentir su boca unida a la mía. Le quité el saco y lo tiré en el suelo, él comenzó a bajar lentamente mi vestido en tanto yo desabrochaba su camisa sin dejar de besarnos, el vestido cayó al suelo y yo levanté los pies para librarme completamente de él y lo aventé al igual que su camisa.
Entonces, él besó uno de mis hombros mientras sus manos desabrochaban el sostén y me lo quitaba por completo, besó uno de mis senos mientras acariciaba el otro con movimientos circulares, yo estaba ya jadeando y tenía mis manos enterradas en su cabello. Subió por mi cuello con besos cortos hasta volver a besarme en los labios y me dirigió hacia la cama, me tendió en ella y se colocó encima de mí, fue besando mi cuello nuevamente y siguió bajando por entre mis senos, continuó hacia mi ombligo y sentí como sus manos me quitaban la única prenda que me quedaba. Abrí la boca cuando sentí que besaba la parte más íntima de mi cuerpo, con las manos apreté el edredón y un fuerte gemido se me escapó que, incluso, me sorprendió, yo era del tipo silencioso en esas cuestiones, pero sus caricias me estaban enloqueciendo, de pronto sentí una fuerte corriente eléctrica recorriendo cada minúscula parte de mi cuerpo, estaba llegando al clímax, otro sonido escapó de mi boca y apreté aún más la colcha.
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Eres Mi Tentación.
Romance"La vida es un equilibrio" El nunca penso sentirse asi con alguna clienta. Para ella todo eso era un nuevo mundo. Parejas, Juegos, Familia, Engaños, Negocios y Encuentros inesperados Empezo con un simple encuentro.... Terminara en algo mas? Descub...