22-Llegó el día.

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1991


Ese año sabían que iniciarían sus clases en la escuela de magia y hechicería Hogwarts, Elettra estaba un tanto decepcionada de no ir a la misma que su madre y madrina (Moira y Natalia) pero se conformaba con el hecho de que irían su hermano y sus primos, estarían juntos dentro de lo que cabe si es que no se separan por alguna casa en especial.

Harry recordaba todo lo que habían hablado con el entre los 10 y 11 años, sus padres biológicos habían sido asesinados, el sobrevivió gracias al amor tan fuerte de su madre Lily, eso le dijo su mamá Moira, sabía que ella lo adoptó y agradecía saber que ya no tenía que preocuparse por los Dursley, que aunque era muy pequeño entonces, recuerda los malos ratos que pasó, algo que definitivamente no podría olvidar por su memoria eidética, aunque le ayudaba más luego de ser alentado con sus conocimientos y su aprendizaje con su mamá Moira que ayudaba en todo a él y su hermana.

Ambos sabían que entrando ahí, a esa escuela, habría un sinfín de problemas o aventuras, según lo vieran, era para honrar a los padres de Harry, pero que ir con cuidado o eso les dijeron, más por ser de una familia fuerte y poderosa gente podría querer lastimarlos y ellos lo sabían, su primo Damen ya con 18 estando con un amigo que ahora es mas un desconocido para el por estar con el por interés. Sabían lo que su familia representaba y sabían también que una amistad leal y fuerte valía más que lo que pudieran darle, no por nada la tía Bianchia era temida, pero con ellos era un amor.

Ya estando en la temporada, llegaron cuatro cartas, a la casa en Rumania, donde se encontraban ahora uno Harry Elettra de 11 años escondiéndose sus tíos Enzo y Sirius que fueron atacados por una broma de los dos pequeños legados a las travesuras. Los dos niños estaban escondidos en el cuarto de suministros de la cocina, por lo que Elettra empezó a husmear hasta dar con unas galletas y haciendo algo de ruido.

-Podrías no hacer ruido, si te escuchan y nos atrapan, diré que me obligaste- Dijo Harry algo ansioso y divertido.

-No nos atraparán, la broma fue en la parte izquierda de la torre dos, de tío Enzo y tía Olympia, solo pensaran que fue un mal cálculo de ellos y tío Sirius no hará más que seguir a tío Enzo- dijo tranquila comiendo sus galletas.

Pero no esperaban que quien estaba fuera del cuarto sería Moira y Remus, que se vieron divertidos por la facilidad de meterse en problemas pero la sencillez para darle vuelta al castigo.

Moira le hizo un gesto y guiño el ojo a Remus y dijo: Vaya, está vez, Enzo y Olympia se pasaron, pobre Siri, estaba totalmente triste y enojado, decía que no era culpa de él pero termino tanto embarrado como castigado por manchar la alfombra de Pia- dijo con un fingido pesar.

Pronto se oyó más conversación por parte de los niños.

-Te lo dije Hazz! Tío Siri no saldría limpio, eso le pasa por mentir y darnos un perro sarnozo- dijo feliz la pequeña Elettra y salto y golpeó algo que cayó al piso provocando más ruido

-Shhh- dijo e hizo un gesto con la mano en la boca Harry- te dije, no hagas ruido!- susurro lo mas fuerte que podía.

- Es mejor que salgan a entregarse, saben que no los regañaré - dijo Moira
En ese momento los niños quedaron aún más quietos, sabían que hablaba de sus tíos y no de ello. Poco sabían que si hablaban de ellos y estaban por ser atrapados.

- ¡Los atrapé! Pequeños revoltosos- dijo- Más vale que sepan que esto merece el castigo de pasar dos días con clase de pociones con Severus- dijo sabiendo algo.

- No importa, a mi me gusta pasar tiempo con Sev- dijo Harry encogiéndose de hombros

- Exacto pequeño saltamontes, pero tú pasarás dos días con Natalia haciendo ejercicio- dijo picando su nariz en gesto de cariño

Los WinchesterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora