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Estaba en su pupitre dibujando pequeños garabatos en este. El aula se encontraba vacía y no tenía las suficientes ganas como para salir a comer. Estaba triste “sin razón aparente” ya tenía un tiempo pensando en un nombre pero él quería algo que fuera del todo cómodo para su persona.
Unos chasquidos lo sacaron de su trance.
-Hey, ¿Te encuentras bien?- vió al guapo pelinegro parado frente a él. Hoy se veía especialmente lindo, su cabello estaba peinado de forma distinta, su chaqueta no estaba abrochada y dejaba ver en ella el logo de una banda mientras que dejaba reposar sus manos en los bolsillos de la chaqueta café.
-Sí, estoy bien- Titubeó un poco, se sentía desanimado pero la presencia de el chico alto le daba paz y al mismo tiempo le hacía sentir nervioso.
El de ojos celestes lo vió un poco incrédulo, se aproximó a la pared más cercana del salón e incitó al otro para que fuera con él, cosa que el contrario no negó, llegando al lado de Stan vió como esté tomó asiento en el suelo y el más bajo siguió sus pasos.
-Ven, acuéstate- palmeó con delicadeza su propia pierna. Muy nervioso acató las órdenes de Stan y reposó su cabeza sobre su pierna, sintió los dedos de Stan pasar suavemente por su cabello- ¿Qué es lo que te preocupa?-
Cerró sus ojos ante la relajante sensación que el de cabello carbón le proporcionaba.
-Son muchas cosas la verdad, ni siquiera sé cómo expresarlo-.
-Si no sabes cómo decirlo o no quieres decirlo yo lo entenderé, sea así o no de igual forma siempre tendrás un espacio para hablar o simplemente para pasar el rato-. Abrió sus ojos para notar como el contrario lo veía de forma dulce.
-Me siento como el chico más afortunado- Se detuvo instántaneamente al escucharse y con sus manos tapó su rostro horrorizado ante la posible respuesta de el otro.
-Así que un chico, ¿eh?- la calma de su voz aún seguía presente y por su expresión se podía notar que seguía sintiéndose igual, Stan tomó las manos temblorosas del que se encontraba acostado y las retiró de su rostro- Pues creo que eres un chico muy lindo-.
Ahora sí había perdido la razón, su cara se transformó en una bola roja con ojos, nariz y boca. Stan solo rió tiernamente.
-N-no tenías que enterarte así, lo siento mucho- se sentía estúpido, muy estúpido. Pero el hecho de que aquel que le gustaba dijera algo tan lindo lo hizo sentirse dichoso.
-No tienes porqué preocuparte, no me lo querías decir así pero ya no hay nada que hacer. Es normal que pasen estás cosas así que tranquilo –. El pelinegro logró que el corazón de el chico sonrojado saltara de emoción.
Ambos quedaron en un silencio relajante, cómo si quisieran quedarse en ese estado para siempre.
-Oye- Stan habló- puede sonar un poco raro pero ya había fantaseado con este momento, siempre he querido tener la oportunidad de estar así… contigo- Esto último lo dijo algo apenado- me siento feliz de que esté pasando-.
-Yo también me siento feliz, muy feliz-.
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-Vamos amigo, aunque sea vamos al parque un rato – Clyde abrazó por detrás a su amigo. Era salida y como era costumbre su grupo querían ir a pasar el rato después de la escuela.
-No lo sé, hoy no tengo ganas de estar afuera; además salir con ustedes siempre implica regresar hasta tarde y hoy es miércoles-.
-Bien, bien, pero mañana saldremos ¿Te parece?- El chico se lo pensó un poco.
-Me parece-.
Ambos terminaron de poner y sacar lo necesario de su casillero, Clyde lo acompañó a la salida, su contrario estaba envuelto en una ola de pensamientos, y ¿por qué no?, también de sentimientos. Se iba a despedir de su amigo regordete pero solo lo encontró viéndolo exageradamente triste.
-Tranquilo Clyde, mañana saldremos y tú lo sabes- El peli_ rodó los ojos y cruzó sus brazos.
-Bien, pero ya lo prometiste y no te salvas- ambos se abrazaron para despedirse y se fueron por caminos distintos.
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Se sentía frustrado, aún estaba en busca de un buen nombre pero se había propuesto una idea: buscaría varios nombres por internet, muy poco original pero quería saberlo lo más pronto posible. Haría una lista con los que más se identifica y así de fácil o al menos eso esperaba.
Pasaron apróximadamente dos horas y para tanto tiempo apenas tenía 7 nombres a elegir. Uno de ellos era particularmente cómodo, le parecía lindo y también creía que concordaba con su forma de ser. Él creía que “__” sería lo ideal pero como siempre aún tenía dudas.
-Supongo que lo probaré por un tiempo- dijo para si mismo.
Se reclinó en su silla y puso en aleatorio una playlist de Spotify, se quería relajar un poco y despejar su mente, se sentía alegre y eso lo ponía triste, no le gustaba.
Cerró sus ojos y acarició sus sienes intentando librarse de él dolor de cabeza. Estaba fatigado pero eso no quitaba el hecho de que haya sido un bello día.
