El sol sale para brillar y traer una mañana muy tranquila, está fresco en el exterior. Pero en el interior de una habitación silenciosa un lápiz suena contra el papel, dejando atrás unas marcas de carbón, letras proporcionadas y en orden. Se puede apreciar la concentración del dueño de aquel lápiz.
Santh se encuentra concentrado en sus deberes, no se le permitía salir a menos que terminara totalmente sus estudios de la tarde. Elaborando tareas escolares y estudiando para sus exámenes. En su familia son muy cuidadosos con la educación, por lo tanto, Santh y su hermano están bajo la estricta regla del estudio. Al culminar pudo dar un corto suspiro y estirarse en su silla, se sentía entumecido, ha estado por varias horas sentado en la misma posición.
Para ese transcurso del día se siente entusiasmado porque ya ha culminado y puede salir a tomar un poco aire fresco, mantiene en claro a dónde quiere ir a despejarse. Su madre entra a la habitación para notificarle que no estará en casa, se encargará de algunas cosas para el hogar, dejándolo solo por la tarde, hasta la hora que llegara el resto de la familia.
Aprovecha el tiempo en que su madre no está para salir y despejar su mente, tomando un poco de la luz del día que no se ha escapado, sentir el viento pasar sobre sus cabellos. Desde su habitación no puede sentirlo ni verlo al estar encerrado para su mayor concentración y no procrastinar en el proceso.
Al llegar a la entrada poco después, piensa hacia donde proseguir con su camino, dar un corto paseo al alrededor o visitar a sus amigos; Toma la decisión de ir por el lado izquierdo, recuerda que Benjamín no se encuentra en casa, no puede tomar la opción de ir a visitarlo a él o a MJ. A medida que transcurre su caminata no muy lejana observa el callejón de junto, recordando al adorable felino que alimentó y ayudó no hace mucho.
Lo mantiene como un preciado recuerdo, le hubiese deseado poder quedarse con el animalito, pero jamás le permitirían tener alguna mascota, ni obteniendo las mejores calificaciones. Recuerda el momento que le dio de comer e incluso a Rocky como decidió llamarle, fue un inesperado primer encuentro, le había hecho entrar en pánico por unos segundos al verle de pie en la lejanía sin dirigir palabra alguna, pero resultó ser amigable e interesante. Se pregunta si ¿Podría verlos de nuevo? Rocky le había prometido traerlo de visita, pero no regresó los días continuos, ya han sido dos semanas desde su encuentro.
«¿Mintió?» No puede evitar pensar con tristeza, retomando sus pasos.
Retorna a casa al culminar su corta caminata, para su alivio su casa aún se encuentra vacía, no hay vuelto nadie a casa. Toma la decisión de tomar puesto en el sofá para ver un poco de televisión, esperando no recibir regaño o castigo alguno por ello, a pesar de ser mayor de edad, sigue viviendo bajo el techo de sus padres, bajo sus reglas y por ellos se mantiene concentrado en sus estudios.
No muy poco después escucha el sonar de la puerta abriéndose, es su madre regresando con bolsas entre sus manos, lo primero que hace es dirigirse hacia ella para ayudarle, su madre se encuentra con ánimos y le sonríe entre su agradecimiento. Santh se alivia al tener un ambiente de su agrado, su madre incluso lo trata cariñosamente dándole fruta picada para que coma, haciéndolo sentir escalofríos, pero no desaprovecha la oportunidad. Sus padres no eran malos con él o con sus hermanos mayores, pero si son estrictos en cuanto a la enseñanza y los estudios, queriendo que sean chicos con buen futuro. Querían que estuvieran totalmente concentrados en sus estudios. Como Santh ya ha cumplido y culminado con sus deberes escolares ese día y tomó su tiempo para estudiar, su madre estaba complacida y dejó que el resto del día lo tomara para él.
A medida que crecía le otorgaron la posibilidad de aprender a tocar algún instrumento y se decidió por la guitarra, con el compromiso de aprender a tocar piano o violín y no descuidar sus notas. Pero nunca pudo obtener una respuesta asertiva en cuanto a tener una mascota, aunque se tratase de un simple pez o una tortuga, los cuales no necesitan mucha atención y no ocasionan distracción ni ruido alguno en casa.
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EL CÓDIGO DE ALLEN
RomanceEn el siglo 24, una pequeña parte de la población mundial son robots independizados. La robótica evoluciona cada día, siendo parte principal de la humanidad, para la salud y el medio industrial. Robots elaborados a imagen y semejanza del s...