Te voy a ayudar

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Jamás ni en sus más locos sueños, _____ se habría imaginado que terminaría una noche en la tienda comiendo un bocadillo junto a la chica más deseada, admirada y para otros quizás la más odiada de todo Corea. Aunque verla en el estado en el que se encontraba justo en esos momentos, no era algo agradable, no quería hacerle preguntas que quizás la podrían incomodar, así que solo se sentó a un lado acompañándola mientras comía algo él también.

Por momentos la tenía que dejar sola para salir a atender a los pocos clientes que llegaban a la tienda, pero los atendía rápido y regresaba junto a ella. Al ver que había terminado lo que le había ofrecido, se animó a hablar.

_____: ¿deseas comer algo más?

Jennie: no... muchas gracias, con esto es suficiente.

_____: espera... no tardo

Se levantó, salió por unos momentos y después regreso con una bebida caliente.

_____: toma.

Jennie veía el vaso con un poco de desconfianza, sabía que ese chico la había salvado, pero no dejaba de ser un completo extraño para ella, no sabía si era un fan obsesivo, si era uno de esos que les gusta molestar a los idols por internet o si solo era chico normal.

_____: tranquila, es solo un poco de café descafeinado, creo que lo necesitas en estos momentos.

Jennie: supongo que sí... gracias, - por alguna razón la voz de ese chico la tranquilizaba un poco, - lamento mucho darte molestias, pero... muchas gracias por haberme salvado.

_____: no hay problema, pero no deberías estar sola ¿no se supone que los grandes artistas como ustedes tienen guardaespaldas para cuidarlas? Esos hombres pudieron lastimarte.

Jennie: se supone que esos hombres son de mi agencia...

Esa respuesta había tomado por sorpresa al chico ¿por qué su agencia quería lastimar a uno de sus más importantes artistas? Pero no se atrevió a preguntarle eso, aunque por la expresión que tenía en su rostro, al parecer Jennie se había dado cuenta de todas las preguntas que estaban cruzando por su mente en esos instantes.

Jennie: es una larga historia... y no quiero hablar de eso... perdón.

_____: no te preocupes, no tienes que hacerlo ¿quieres que te lleve con alguien o a otro sitio?

Jennie: no... ellos me buscaran sobre todo con las personas cercanas a mí.

_____: ¿podrías mandarle un mensaje a alguien para que te ayude?

Jennie: no tengo mi celular, ni dinero, y si trato de ponerme en contacto con alguien, ellos lo sabrán.

_____: entiendo... entonces...dime... ¿cómo te puedo ayudar?

Esa pregunta había tomado por sorpresa a Jennie, cualquier otra persona lo primero que haría sería tomarle fotos y comenzar a publicarlas, sin importar poner en riesgo su integridad, pero ese chico, se había mantenido tranquilo y en todo momento había sido muy atento con ella, algo que agradecía mucho.

Jennie: necesito esconderme por un tiempo, hasta que sepa que es lo que debo hacer.

_____: de acuerdo... mmmm... podrías quedarte escondida en mi departamento... es pequeño, pero, te podría servir en lo que investigamos que hacer para ayudarte.

Jennie: ¿en tu departamento?

_____: sí, bueno... pero si quieres podría preguntarle a un amigo si puedes quedarte con él, es una buena persona y su casa...

Jennie: no, por favor, no le digas a nadie en donde me encuentro... de acuerdo, si me dejas ocultarme contigo... supongo que está bien... ¿vives lejos?

_____: en realidad... vivo aquí

Jennie: ¿aquí? – preguntó mientras observaba a su alrededor. -

_____: bueno, no me refiero en la tienda... yo vivo en la parte de arriba, ven te llevo.

Jennie: pero ¿dejarás sola la tienda?

_____: tranquila, voy a cerrar por unos minutos y después regreso para seguir atendiendo, además, no hay muchas personas que vengan a comprar a estar hora, ven vamos.

Los dos se pusieron de pie, él se acercó a la entrada y coloco el seguro y el letrero de "vuelvo pronto", caminó hacía el fondo de la bodega en donde se encontraban y guío a Jennie hasta unas escaleras al final de ese cuarto, subieron con cuidado, hasta llegar a una puerta blanca.

Al abrir se hizo a un lado para que ella entrará, el lugar era pequeño, había dos cuartos, una pequeña sala y la cocina que era muy pequeña. En las paredes había dibujos enmarcados de paisajes y de siluetas de personas, todas dibujadas a lápiz.

_____: ven, mira la puerta de la izquierda es el baño y en la derecha es la habitación, por suerte hoy cambie las sábanas así que no tienes que preocuparte, sé que no es mucho, pero espero que te sientas cómoda, puedes estar aquí el tiempo que necesites.

Jennie: pero ¿tú dónde vas a dormir?

_____: aquí en la sala, no te preocupes, es muy cómodo el sofá, me he quedado aquí algunas veces, no debes preocuparte, te juro que no soy una mala persona... de verdad.

Jennie lo observo a los ojos por unos momentos, quería descubrir algo que la hiciera creer que de verdad ese chico la iba a ayudar sin que nada malo le sucediera, su corazón se tranquilizó un poco cuando no pudo descubrir una pizca de maldad en él.

Jennie: gracias...

_____: no tienes por qué agradecer, además puedes cerrar la habitación por dentro para estar más tranquila, espera un momento.

Se apresuro a entrar a la habitación y salió de ahí con una sudadera y un pans limpio en las manos.

_____: no es mucho y tal vez te quede un poco grande, pero, creo que te servirá para dormir un poco y estar más cómoda.

Jennie: no es necesario, así me encuentro bien por ahora.

_____: no lo creo, toda tu ropa esta sucia y esa sudadera que traes está rota.

Era verdad, al momento de haberse escondido detrás del contenedor de basura toda su ropa había quedado sucia, así que ella aceptó lo que ese chico le estaba ofreciendo.

_____: puedes cambiarte en el baño, yo tengo que regresar a mi trabajo, en ese pequeño refrigerador hay comida y bebidas, puedes tomar lo que quieras.

Jennie: eres muy amable.

_____: yo...si, bueno... creo que ya tengo que regresar a trabajar, descanse señorita Kim.

Le sonrió y dio media vuelta para irse, pero se detuvo cuando ella hablo nuevamente.

Jennie: por favor... solo dime Jennie.

_____: está bien... descansa, Jennie.

Cuando ese chico desapareció de ahí, ella se quedó observando ese pequeño lugar, se fue directo al baño y se cambió de ropa, se le dibujo una sonrisa al ver la leyenda de la sudadera que ese chico le había entregado... "Hakuna Matata".

Jennie: tengo que pensar como regresar sin que ellos lastimen a mis amigas o a alguien más.

Se acerco al pequeño refrigerador y vio que había unas latas de cerveza, así que tomo una y se dirigió a la habitación, se sentó en la cama y observo todo a su alrededor, el lugar estaba muy ordenado y en una pequeña mesa a un lado de la cama había libros para aprender coreano, y una fotografía de ese chico abrazando a una chica, más bien a una adolescente, el parecido entre ambos era demasiado, así que supuso que quizás era su hermana.

Ella estaba muy nerviosa como para dormir, pero, esa cerveza le ayudó a relajarse mucho, así que poco a poco se fue quedando dormida, deseando que al despertar todo lo que había sucedido esa noche solo hubiera sido una horrible pesadilla.


Mil Estrellas (Jennie & Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora