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Ao'nung estaba aceptando la total responsabilidad de lo ocurrido.

Cuando su padre finalmente lo dejó levantarse después de haberse arrodillado frente a los Sully para pedir disculpas, lo interrogó severamente.

-¿Todo esto ha salido de tu propia mano? ¿Nadie más estuvo involucrado en el accidente del niño Sully?-.

Hablaba en voz alta dirigiéndose a todos los metkayina, algunos solo se daban miradas y susurraban entre ellos.

Ahí pudo ver a su grupo de amigos con los que había ido más allá del arrecife para abandonar a Lo'ak.
Sin embargo estos ni si quiera levantaban la cabeza para mirarle.

Ao'nung no quería delatarlos pero ellos tampoco parecían querer meter las manos al fuego por él.

-¿Nadie?-.

El Olo'eyktan cuestionó una última vez, sin que ninguno de los demás presentes en el incidente dijeran alguna palabra.

Ao'nung bajo su mirada al suelo, no quería sentirse decepcionado, y aceptaba totalmente la responsabilidad, pero que sus demás "amigos" le dieran la espalda se sentía lamentable.

Supuso que cargaría con las consecuencias por el mismo, sorprendiéndose al ver a cierto metkayina dar un paso al frente.

-Yo estuve con Ao'nung, señor -. Rotxo había salido adelante, dispuesto a compartir el delito junto a él y eso realmente lo había dejado sin palabras.

Quiso decir algo más al respecto pero la madre de su amigo ya estaba jalandole una oreja sacándolo de la multitud y llevándolo seguramente a casa.

O era muy afortunado ó Eywa lo tenia en su gloria. Dos personas se habían culpado por él ese mismo día.

Tonowari dió la orden de que todos volvieran a sus hogares y Ao'nung aprovechó para escabullirse por la aldea.
No tardó en encontrarse con Lo'ak.
Se acercó de inmediato para disculparse y además darle las gracias.

-Se lo que se siente ser una decepción-.

Se dió cuenta que quizá tenía mucho más en común con el hijo menor de Toruk Makto de lo que podía suponer.

-Lamento mucho lo que hice, me alegro de que estés con vida, y además en una sola pieza-.

-Creo que almenos pude conseguir algo bueno de tu estupidez-.Lo'ak alzó sus hombros y el metkayina le miró curioso.

-¿Qué cosa?-.

-No te lo diré ahora-.

Ao'nung rodó los ojos pero aceptó.

-¿Puedes perdonarme?-. El omaticaya lo miró con sus ojos ligeramente más abiertos, tardando unos segundos en darle una respuesta.

-Te perdonaré solo si prometes no volverte a meter con mi hermana-.

-Prometido-.

Ao'nung y Lo'ak juntaron sus manos a modo de tregua.
Se dieron una ligera sonrisa amistosa, pero el metkayina sintió una leve corriente eléctrica recorrerle hasta la punta de sus pies al ver a un par de ojos brillantes a unos cuantos metros de ellos,tenía sus brazos cruzados, observándolos.

-Lo'ak ya vamonos-. La voz del Neteyam hizo que el más joven volteara y que Ao'nung sintiera las palpitaciones de su corazón cada vez más rudas.

El menor obedeció y fue junto a su hermano, en cambio para el metkayina sus latidos no se detenían, y no ayudaba que el otro joven tampoco dejara de mirarlo.

ocean eyes ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora