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Ao'nung no sabia como se le pudo haber olvidado.

Cuando se acercó a ayudar al omaticaya y se quedo con el platicando un poco, no recordaba que su grupo de caza, que por cierto, estaba liderado por su padre, ya estaba esperándolo en la costa sur.

Corrió lo más rápido que pudo, pero cuando llegó al punto de encuentro ya no había nadie.

Y es que si el tema no hubiera salido al aire en ese momento, el quizá se habría quedado más tiempo con Neteyam , aunque no hablaran o se dijeran nada.

Se maldijo así mismo y maldijo al de trenzas.
Nunca en su vida se había perdido un día de caza y esta vez había terminado siendo dejado en la costa por quedarse embobado con ese chico, otra vez.

Después de una hora vió a su amigo Rotxo llegar de la costa sur, rápido fue hacia el y le pregunto sobre el grupo, esperando a que quizá su padre, al no verlo ahí haya cancelado el viaje y todos se fueran a su casa.

-El líder Tonowari dijo que no esperaría por nadie así que zarpamos sin ti, lo siento mucho Ao'nung-.

El metkayina sintió una punzada en su pecho, si bien el grupo jamás esperaba más de cinco minutos a sus integrantes, esperaba que su padre al menos se quedara por él.

-¡Argh! Todo es culpa de Neteyam-.Ao'nung soltó sin pensar sus palabras mientras se quejaba profundamente.

-¿Por qué es culpa de Neteyam?, no me digas ¿De verdad faltaste a la cacería por estar con Neteyam?-. Rotxo parecía bastante interesado en lo que sea que andaba haciendo su amigo junto al ometicaya.

-Por supuesto que no, sucedió otra cosa-. Ao'nung intento excusarse, suplicando por que su colega olvidara el tema.

-Bueno si me preguntas a mi, Neteyam me parece asombroso, es bueno en todo lo que hace y es muy amable, además es hermano de Kiri y...-.

El hijo de Olo'eyktan lo miró aturdido, como si hubiera dicho algo desagradable.

Y es que aunque quisiera estar en desacuerdo, era verdad. Neteyam tenía un talento natural para aparentemente casi todo, era un chico bastante perspicaz y muy maduro para la edad que tenía, asimismo, desbordaba amabilidad con cualquiera. Aonung lo aceptaba aunque no quisiera decirlo

Pero el que alguien más lo dijera se sentía diferente, como si una parte de él se sintiera molesto.

-Solo digo que sería genial que seamos sus amigos ¿ o no crees? Los Sully no son tan raros después de todo- Rotxo proseguía hablando sin que su amigo quitara el mismo semblante de disgusto.

-Podríamos invitar a Neteyam a bucear ¿Qué te parece? Si quiere puede llevar a sus hermanos y también se puede unir Tsireya-. El otro metkayina no parecía entender que mientras más palabras añadía a su conversación, el hijo del Olo'eyktan más fastidiado se ponía.

- o igual solo podemos llevar a Neteyam, ¿quieres que vaya a preguntar...- Rotxo no entendía el porqué de la reaccion de su amigo pero este lo detuvo de inmediato.

-¡Ya basta!, si tanto quieres ser amiguito de los Sully ¿Por qué no te vas y los buscas?-. Ao'nung no sabia por qué razón , pero que su amigo mencionara tanto al omaticaya lo incomodaba a más no poder.

-Ey, no tienes que tratar a todo mundo mal solo por que tuviste un mal dia Ao'nung-.

-!Ya cállate!-. Sin querer, Ao'nung termino gritándole a su compañero y al darse cuenta de su exasperada respuesta y como este había llamado la atención de otros metkayina a su alrededor se sintió totalmente avergonzado, dio la vuelta y se fue de inmediato, dejando a Rotxo absolutamente desubicado.

Después de ese día no había cumplido con su trato de seguir enseñando a los Sully y tampoco había hablado con Rotxo.
Se la pasaba en su tienda o decidía evitar los lugares donde el sabía que el grupo de omaticaya estaría.

En su lugar eligió pasar tiempo con otros metkayina, los consideraba sus amigos, aunque claro, para él, Rotxo era su único y mejor amigo. Pero por el momento no quería ver su desastrosa cara y tampoco la de Neteyam.

Parecía haber manifestado todo lo contrario cuando un día caminando con otros na'vi junto al mar, encontró a lo lejos a su amigo y a los Sully sentados juntos.

-¿Esos son los raros que llegaron hace un par de días?-. Uno de los metkayina también notó al grupo.

-Parece que Rotxo ya se encariño con los chicos de la selva-.

Se detuvo y quiso irse para no ser visto por los otros na'vi, pero algo llamó su atención dentro de lo que veía.

Rotxo y Neteyam estaban sentados uno a lado del otro y se estaban sonriendo como si fueran cómplices de alguna travesura.

Otra vez sentía el mismo disgusto que ese día, y lo peor era que no entendía el por qué.

Tenía ganas de ir a separarlos, preguntarle al omaticaya por que le sonreía con tanta complicidad a su amigo y de paso darle un buen golpe a Rotxo.

Estaba celoso.
Y lo peor es que no era por su amigo, era por Neteyam.

-¿Deberíamos ir a molestarlos un poco Ao'nung?-.
El metkayina al no recibir respuesta del hijo del Olo'eyktan lo llamó de nuevo. -¿Ao'nung?-.

Ao'nung ni siquiera quiso responderle y solamente se fue.
Estaba intentando procesar la emoción intensa que acababa de sentir, no sabia por qué el omaticaya parecía estar volviéndolo cada vez más loco.

Cansado de pensar regreso a su tienda y se sentó un rato frotando sus sienes , intentando sentirse más relajado.
Aunque realmente eso sería muy difícil.

-Tu hermana Tsireya ya me ha notificado que no has estado presentandote a tus lecciones con los Sully-. El que Tonowari entrará en ese momento hizo que Ao'nung quisiese tomar una red y ahorcarse con ella misma.

-Ya no seré maestro de esos fenómenos, ellos no me agradan-. El joven al fin se arriesgo a oponerse a su padre.

Tonowari miró a su hijo y después se acercó a él.

-¿Hay alguna razón crucial por la que no puedas cumplir con este encargo?-.

Ao'nung no contestó .

-Tanto tu hermana como Rotxo han tenido un desempeño excelente enseñandoles, y por lo que me concierne ellos no son el problema, eres tú-.

-¿Por qué siempre tienes que compararme con el resto?-. Preguntó Ao'nung fastidiado por la situación

-Si fueras mejor que el resto entonces no tendría que hacerlo-.

Ao'nung bajo sus orejas y se volteó dándole la espalda a su padre, por lo que no pudo saber que esas palabras que recién habían salido de su boca estaban bajo una expresión llena de arrepentimiento.

A la mañana siguiente se despertó hasta tarde, sabía que tenía día de caza junto a su padre y justamente por eso no se había levantado.

Ni su madre ni hermana estaban en ese momento , desayunó algo rápido y salió de la tienda, poco después se encontró con los metkayina que había dejado atrás el dia anterior en la costa.

-Ao'nung ¿Qué paso? Ayer te veías raro-. Uno de los metkayina se acercó a el preguntando por su comportamiento.

-No es nada chicos,solo estaba algo cansado-.
Los otros na'vi parecieron entender y no preguntaron más acerca del tema.

Caminaron un rato hacia la playa mientras hablaban de cosas sin sentido y bromeaban entre ellos.
Nadie de ahí sabía que Ao'nung seguía completamente herido por lo que su padre le había dicho.

Cuando llegaron a una parte lejana de playa, se percataron de que una de las omaticaya estaba ahí, acostada en el agua viendo hacia la arena, a todos se les hizo divertido comenzando a mofarse de ella.

Ao'nung tuvo una no tan brillante idea.

-¿Alguien quiere molestar a unos freaks de cinco dedos ?-.

ocean eyes ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora