Adaptación: Cap 3

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Advertencia: ¡Mención de lactancía!

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Pablo subía los escalones con las piernas temblando y el corazón en la boca. Iba hacía la casa de Robert Lewandowski.

¡Había recíbido una llamada de él!

Pensó que iba a morir de la emoción, aún sigue vivo, pero no por mucho, o eso cree.

Era domingo, el sol brillaba en lo más alto, resplandeciente. Se supone que era su día libre y, la guardería ese día cerraba temprano, Robert le había pedido el mismo, por el celular, que fuera a su hogar y cuidara de su hija.

Se suponía también, que Rob pasaba los domingos con su pequeña, pero había recíbido una llamada para algo importante en la empresa que trabajaba. Por eso tenía que salir y no podía dejar a su hijita sola.

Estaba halagado, pues que fuera la primera persona en ser llamada por el mayor para que cuidara a su pequeña, mostraba que confiaba en él, Robert le había dicho que le iba a recompensar después.

Decir que no estaba algo ansioso por eso sería mentira.

Ahora estaba al frente de la casa, tragó saliva fuertemente, con su mano temblorosa tocó el timbre. Esperó unos segundos antes de que la puerta se abriera, era Robert y tenía su traje a medio arreglar.

¡Pablo, me alegra que llegarás tan rápido! -el Alfa le dejó lado para que pudiera entrar.

Cuando lo hizo, el aroma a cedro lo golpeó en la cara fuertemente, todo el sitio olía a él, era su territorio y entendía que lo hiciera, también había un ligero aroma a cachorro en el aire, el lugar era espacioso y ordenado.

Robert era un padre responsable y lo sabía miró como el Alfa acomodaba su corbata y se ponía su chaqueta, de verdad  esa junta debía ser importante, pues ese traje de marca negro no era para solo una reunión con amigos.

-Klari está durmiendo su siesta en la segunda pieza por el pasillo, también es mi cuarto por eso no importa. Hay puré de manzana en la heladera y unas mamaderas preparadas. Cualquier cosa me llamas. - Robert terminaba de arreglar su traje mientras hablaba, recogió sus llaves y salió por el pasillo hacía la puerta. Gavi vió un maletín sobre la silla, lo cogió y fue tras él.

-¿Esto no es importante? -Robert se estaba arreglando los zapatos en la entrada, volteó para verlo y le sonrió.

-Claro, gracias, Lindo- esperó a que estuviera de pie para poder darle el maletín. Robert lo tomó pero también, paso una mano atrás de su cuello y lo atrajo hacía el para darle un beso en la frente. -vuelvo para las nueve, lo prometo.

El mayor salió, dejándolo allí en el pasillo con su rostro rojo y su corazón latiendo fuerte en su pecho, la misma sencación cálida de antes se instaló en su estómago.

Volvió despacio por el pasillo, camino hasta donde estaba la pequeña Klara, abrió la puerta despacio, casi cae al suelo, el aroma de el Alfa era mucho más fuerte allí.

-Mierda- jadeó, por suerte la pequeña Klara dormía tranquila y no lo vería tan vunerable, caminó hasta la cama y tomó una de las almohadas de el alfa para pegarla a su rostro y cuerpo. - es jodidamente bueno. ~

Momentos después se dió cuenta de lo que hacía, sacudió su cabeza y dejó la almohada en su lugar.  Fue hasta la cuna en donde dormía la pequeña, era adorable ver como se chupaba un dedito mientras estaba entre sueños.

-Cosita preciosa.- acarició su cabello al uno con cariño, Klara arrugó su pequeña nariz y fue abriendo los ojos poco a poco, fijó su mirada cristalina en él- perdón por despertarte, sigue durmiendo si quieres.

¿Mamá? | Lewandowski x Gavi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora