Novedad en la trinchera

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El resonar de la artillería era probablemente el único sonido que me mantenía alerta a mi y a las tropas apostadas en las trincheras, cientos de proyectiles perforaban el aire y detonaban al impactar contra el suelo; uno tras otro levantaban tierra, sangre seca y pedazos de otros cadáveres que yacían de asaltos anteriores.

Recuerdo bien el resonar de mis botas sobre el lodoso camino de la trinchera ¿cuanto tienpo habia estado marchando? Me es dificil saberlo, mi respiracion agitada se camufabla a causa del filtro de la mascara de gas.
Realmente en ese entonces nunca me había parado a cuestionar el porqué estábamos aquí, yo llegué cuando la batalla recién comenzaba aquí, tendría ¿18? ¿Tal vez 19 años? Como saberlo, jamás me había visto el rostro, de por sí fue un milagro que llegara a salvo a esta trinchera, el resto de mi regimiento es probable que este muerto.
Camine atraves del estrechó camino de la trinchera, mientras avanzaba escuchaba el sonido de los disparos enemigos sobre nosotros, uno de ellos dio en el blanco y le voló la cabeza a un compañero....ni siquiera me estremecí al ver caer su cadáver frente a mi y solo seguí avanzando hasta reunirme con el comandante.

-No me importa cuan difícil sea, quiero que envíen otra copia de comunicación-
Expreso el comandante a nuestro joven comisario

-Lleven celdas de energía a los hombres en la trinchera y que los intendentes se encarguen de los heridos de gravedad, asegúrense de que las tropas estén bien abastecidas-

-Señor?- mi voz era irreconocible a causa de la mascara, fue lo único que atine a decir, tal vez era todo lo que necesitaba decir

-Di tu número de identificación y tu regimiento guardia-
¿Había alguna otra forma de reconocerme?

-Guardia W-375 del 814° regimiento señor-

-¿La trinchera este? Por fin, hemos estado intentando contactarlos desde hace 3 horas ¡¿cuál es el estado de la trinchera?!-

-Señor, nuestra línea a sufrido una lluvia de fuego intenso y nos es imposible resistir, mis hermanos de batalla se retiraran a la segunda línea de defensa bajo órdenes del comisario, enviaron a un escuadrón a la línea oeste y este para informar de esto-
Por alguna razón sentí un nudo en la garganta al terminar esa frase

-¿Retirarse? Tenemos ordenes claras de tomar las líneas de estos miserables herejes para el amanecer y asegurar un aterrizaje seguro de los acorazados-

El comandante Galhan tenía la fama entre todo el Astra Militarum de ser alguien muy cuadrado, si le dabas una orden el la cumpliría así perdiera a todas sus tropas, apenas términos esa frase ignoro mi presencia y se dirijo al comisario y al jefe artillero

-¡Quiero que prepares a los guardias, asegúrate de que estén listos para cargar hacia el enemigo, tu, quiero una tormenta de bombas sobre esos traidores, manten un fuego constante hasta que te ordene detenerte!-

El comisario solo asintió con la cabeza y se retiro a la trinchera mientras que el jefe de artillería se fue a cumplir sus órdenes. El comandante nuevamente poso su vista en mi.

-Dijiste que enviaron a un escuadrón a dar el aviso ¿donde esta el tuyo guardia?-

-Muerto señor, cayeron mientras nos dirigíamos aquí-
respondí con mucha frialdad, aunque tampoco es como que realmente me hubiera sentido mal por ellos

-Entendido, únete a las líneas y prepárate para cargar-

-Si señor-

Tal y como ordenó nuestro comandante me hice de un espacio ente los demás miembros del regimiento, uno de ellos volteo a verme y ambos asentimos con la cabeza, como si supiéramos que nos iba a pasar ¿Quienes eran todos ellos? No lo sabía y en su momento ni me importaba... Desearía mínimo saber cual era el número de identificación que tenían. El comisario desenfundo su espada trueno luego de recibir la orden del comandante "¡Guardias, desenvainen bayonetas, equipenlas en sus armas, prepárense para la muerte!" Recuerdo que eso fue lo que dijo, y tal cual lo ordenó lo hicimos, permanecimos en silencio, escuchando las explosiones de la artillería enemiga. Un silbato nos dio la orden de lanzarnos a la batalla.

Me encontré corriendo hacia un pobre intento de trinchera de esos herejes junto a un montón de desconocidos que se veían igual a mi y se escuchaban idénticos a mi. Todos con un uniforme negro, mascara de gas que ocultaba nuestras expresiones y distorsionada nuestra respiración. El enemigo comenzó a abrir fuego y contemple como caían mis camaradas, uno tras otro morían, sin embargo éramos como un enjambre interminable de tropas, matas a uno y aparecen cinco más detrás de su cadáver.
Finalmente logramos llegar a la línea enemiga y comenzamos a abrir fuego, el rifle Lucius resultaba un arma muy útil en estos casos, recuerdo haber llegado directo a clavar mi bayoneta en el pecho de uno de los traidores y comenzar a disparar decidido a asesinarlos en nombre del emperador.

Seguimos limpiando la trinchera de esos herejes, en algún punto yo me separe de los demás y comencé a buscar algún cobarde que se hubiera logrado escapar, me vi emboscado pir un hereje que logró inutilizar mi rifle láser con su hacha-sierra, un combate cuerpo a cuerpo no era mi primera opción pero para este punto tenía que purgar a ese infeliz de una u otra forma. Sin nada más al alcance más que mi pala decidí usar eso como un arma, un golpe al rostro y el intento responder.
Logre inmovilizar su hacha colocando la pala el la endidura que se formaba entre el hacha y el mango, después de eso desarmarlo fue sencillo....matarlo aun más.

Cuando la descarga de adrenalina bajo me percate de que ya no escuchaba disparos, al contemplar mi alrededor solo pude ver una gran cantidad de cadáveres aliados y enemigos, terreno destrozado por la artillería y a lo lejos el amanecer alumbrando el fúnebre campo de guerra, por primera vez desde que habia comenzado a combatir un escalofrío recorrió mi espalda, y sentí un enorme peso sobre mi cuerpo.

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