Otra vez aquí, pero se siente muy diferente a las otras ocasiones en las que vine, el cielo esta brumoso, lleno de nubes tan negras como la noche, dispuestas a liberar toda su furia contra la superficie, no había luz del sol, o siquiera algún tipo de luz, todo parecía ser perpetua oscuridad habitada únicamente por aquellos árboles deformes y extravagantes. Comencé a caminar, tratando de averiguar si aquel bosque tétrico tenía fin, en esta ocasión sentía como si la gravedad se hubiese triplicado, todo el cuerpo me pesaba como si quisiera volverme uno mismo con la propia tierra, hundirme en ella para no volver a salir; seguí andando quien sabe por cuanto tiempo hasta que logre salir del bosque, contemple mis alrededores, tome un profundo respiro, incluso el aroma había cambiado, aquel extraño aroma a comida fue remplazado con fuego, carne calcinada y el dejo ferroso de la sangre.
Seguí andando un poco más y entonces lo vi, no era Johan, tampoco Galhan, era alguien más, pensé que podría haber sido otro krieger que pudiese encontrarse en la misma situación que yo: perdido y con su fe hacia el emperador palideciendo, me apresure a alcanzarlo, aún con el peso de la gravedad tome fuerzas para ir lo más rápido posible pero cuando logre verlo de mejor manera sentí un terror que jamás creí ser capaz de experimentar, aquella figura no era un krieger, o un xeno o cualquier otro guardia imperial.... era yo. Pero no era el yo que había conocido durante este tiempo, su aspecto era muy distinto, andrajoso, con su uniforme de korp hecho jirones, desgarrado, sucio, irreconocible; su máscara de gas, rota de uno de los visores dejaba asomar el ojo derecho, una mirada perdida, sombría, taciturna y claramente perturbada; no llevaba guantes, pude ver en sus manos callosidades, cortes y heridas varias producto del abuso desmedido de las mismas.
– ¿Cómo te va? traidor –me pregunto mi versión krieger– ¿Te sientes mas libre luego de rechazar a nuestro Dios Emperador?
– ¿A que te refieres con eso? –le respondí, esperando que pudiera explicarme su pregunta
– Por favor, sabes bien a que me refiero, te aliste con esos despreciables xenos todo para salvar tu vida, que patético –me dijo en un tono sarcástico y burlón–
– ¿Acaso esta mal querer estar vivo un poco más? –
– Tratándose de nosotros si, después de todo no somos más que un número, debemos expiar el pecado de nuestro mundo –
– ¡¡¡Un pecado del que no somos culpables!!! ¿Qué no lo ves? Nos han usado como moneda de cambio todo para mantener en pie un imperio decadente y moribundo, lo he visto desde que me uní a los enclaves, el imperio se cae a pedazos –
Mi versión krieger no hizo más que reír levemente, como si todo lo que le estuviera diciendo fuera un mal chiste, pero sabía que no era así, mis palabras no fueron mentira, desde hace milenios que todo estaba por la mierda.
– Juntarte con esos monstruos humanoides si que te a atrofiado la percepción de la realidad –me dijo, al momento, sentí un golpe seco en la quijada que me hizo caer– ¡¡Nosotros somos el martillo de la furia del emperador, nosotros somos su bastión contra el terror!!.... o almenos lo eramos, antes de que le dieras la espalda –

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Dejado atrás
BeletrieEn el milenio 42, los Korps de la muerte de Krieg fueron enviados a acabar con la herejía de un planeta lejano ubicado más allá del golfo de damocles. Un guardia de los korps sería dado por muerto y con ello una oportunidad única para el. Vivir com...