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Advertencias:  
Contenido sexual y lenguaje vulgar.

Paulo no tenía ni idea de quién estaba poniendo la música, había empezado él. Después en un momento vio a Cuti tocando la computadora pero ahora ya tenía suficiente alcohol en el sistema como para importarle. Sin embargo, reconoció el ritmo, los primeros acordes y la voz de un hombre. Era la canción que Cuti le había enviado una mañana por audio.

—La están pasando por la radio, no se quién la canta, pero escucha la letra —Cuti habló en otro audio mientras la canción seguía sonando de fondo. Paulo tampoco la conocía ni sabía quién era el cantante y ninguno de los dos se molestó en buscar después.

Pero ahora estaban pasando la canción en la fiesta, ¿Cristian por fin supo el nombre y la puso para que él la escuche? Si así era, Paulo tenía que encontrar a su novio e ir y comerle la boca. A la primera que encontró fue a Oriana, estaba sentada en el brazo de unos de los sillones hablando con Valentina, la mejor amiga de Cristian que llegó esa mañana desde Madrid.

—¡Ori! —dijo Paulo —. Vamos a bailar, Valen te la robo un cachito.

—No sabía que te gustaba Harry Styles —le dijo Oriana mientras bailaban al lado de la ventana al ritmo de la canción.

—¿Quién?

—Harry Styles, boludo. Cómo no vas a conocer a Harry Styles. You don't have to say you love me, you don't have to say nothing. You don't have to say you're mineeeee —Oriana empezó a cantar.

—¿Cómo se llama la canción?

—Adore you. Ay Paulo, vayamos a un concierto de él, este año va a Argentina pero no conseguí entradas —Oriana miro a Paulo haciendo puchero y cuando terminó la canción, Oriana abrió la boca cuando empezó la siguiente —. ¡Es as it was! Paulo tenemos que ir si o si.

Paulo no tenía ni idea de quién era el tal Harry Styles por ahí si veía una foto lo reconocía. Pero a Oriana le gustaba y además él ya conocía una canción y podía escuchar el resto después, así que terminó aceptando. Oriana lo abrazó y se fue a seguir hablando con Valentina, el cordobés las miro convencido de que ahí podía haber algo más que fraternal.

—¿Por qué tan pensativo? —Cuti le murmuró en el oido mientras abrazaba a Paulo desde atrás por la cintura.

—Nada, pensaba en Ori y Valen.

Cuti no le respondió. Empezó a dejar besos en el cuello de Paulo hasta llegar al hombro y ahí dejó otro beso.

—¿Te acordás de la última fiesta que estuvimos?

—Sí, Dios. Hasta ahora me muero de vergüenza —contestó Paulo.

—¿Por qué? No es como si dejaste de hacer lo que me hiciste en el baño esa noche.

Paulo se rió porque era cierto, pero de todas formas le daba vergüenza.

—Porque ahí no estabamos juntos, nos habíamos visto solo un par de veces...

—Bueno pero ahora si estamos juntos y no te voy a dejar ir tan fácil, a menos que vos quieras irte —Cuti le giró la cara a Paulo con una mano y le dió un beso. El de ojos verdes, atrapo el labio inferior de su novio entre los suyos y los chupo, eso le saco una sonrisa a Cuti y se pegó más a Paulo —. ¿Vamos al baño?

Paulo negó, agarro la mano de Cuti y caminaron por el pasillo que conducía a las habitaciones. Abrió la puerta de la habitación que compartian ambos, entraron y Cuti cerró con llave.

—Ahora tenemos una pieza, ¿Por qué vamos a garchar en el baño?

Cristian le sonrió y empujó a Paulo a la cama. Paulo doblo las rodillas y separo las piernas; Cuti se acomodó entre las piernas de Paulo y volvieron a besarse, Cuti puso una de sus manos sobre la mandíbula de Paulo sujetando  su rostro mientras se comían la boca. Paulo levantó las caderas buscando frotarse contra Cuti.

—Tenemos que ser rápidos, antes que sospechen que nos fuimos.

—Que me importa —contestó Cuti. Empezó a bajar los besos por el cuello y la clavícula de Paulo —. Los que se quedan en casa conocen sus piezas y los que no, conocen la salida.

Cuti siguió besando y mordiendo el cuello de Paulo. Desabrochó la camisa pero Paulo quería más y Cuti ni siquiera se dejaba tocar, entonces Paulo utilizo todas sus fuerzas para darlos vueltas y él quedó sentado encima de Cuti, justo arriba de su entrepierna.

—Tenés la verga re dura y no me dejas que te toque —Paulo empezó a moverse encima de su novio. Se saco la camisa y la tiro al piso.

—Paulo —advirtió Cuti.

Paulo no hizo caso. Apoyó las manos en el abdomen y empezó a frotarse con más intensidad.

—Sacate el pantalón —ordenó Cuti. Paulo se levantó y en tiempo record estuvo vestido únicamente con el bóxer. Mientras Paulo se sacaba el pantalón, Cuti aprovechó para buscar el lubricante en la mesa de luz.

Cuti abrió la botellita pero antes de que pudiera embarrar sus dedos, Paulo le sacó la botellita y negó. El cordobés de ojos verdes se movió hacía adelante, de manera tal que quedó sentado arriba del abdomen de Cuti. Con una mano atrás, Paulo desprendió el botón y bajó el cierre del pantalón; esa misma mano cubrió de lubricante y la volvió a llevar hacia atrás y la metió adentro del bóxer de Cuti. Subió y bajo la mano por toda la pija de Cuti, cubriendo la misma con el lubricante.

—Dale, Paulo —ahora era Cuti el desesperado. Paulo sonrió y siguió masturbando a su novio, en un momento logró sacarla del bóxer y fue más fácil mover la mano. Cuti estaba gimiendo y tenía ambas manos en el culo de Paulo y más de una vez quiso meterlas adentro del bóxer de Paulo pero éste con su mano libre no le dejó.

Cuando Cuti se dió cuenta que Paulo no tenía intenciones de sentarse en su verga, le dio una nalgada y también le miro mal, sin embargo, siguió gimiendo a raíz de la paja que le estaba haciendo su novio. Paulo no se detuvo en ningún momento hasta que Cuti acabó.

—Ahora tenemos que volver a la fiesta, somos los anfitriones —le dijo Paulo, todavía sentado arriba de Cristian, mientras se metia uno de los dedos manchados de semen en la boca y lo chupaba.

—No tenés idea de la tremenda cogida que te espera cuando estemos solos —Cuti se sentó en la cama cuando Paulo ya no estuvo arriba de él. Los dos empezaron a vestirse, aunque Cuti solo tenía que abrocharse el pantalón.

—¿Premio o castigo? —Paulo contestó con una  sonrisa mientras se ponía el pantalón.

—Encima te haces el vivo.

Paulo solo se rió y se fue al baño a lavarse las manos. Atrás de él, entró Cuti que también se lavó las manos y se mojó la cara.

—Felicidades por la convocatoria al Mundial —le dijo Paulo mientras se secaba las manos.

—Gracias, mi amor. Gracias por la fiesta que organizaste también —Cristian se acercó a dejar un beso en la frente de Paulo —. La idea que me acompañes a mi primer Mundial, me hace muy feliz. No pensé que eso alguna vez iba a pasar.

—¿Ir a un Mundial?

—Que seas parte fundamental de mi vida después de tantos años. Y que vayas a estar en un momento tan importante para mi carrera y para mi.

amor de verano ⭐ Paulo Dybala & Cuti Romero.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora