11.

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Paulo nunca necesitó trabajar. Todo el tiempo que vivió en Buenos Aires fue mantenido por sus padres y no fue algo que le molestó, pero ahora que vivía en Inglaterra con Cristian y que él pagaba todo, dónde vivían y también la facultad, se sentía bastante inútil. Así que, con Oriana y Julian decidieron imprimir curriculum y salir a buscar trabajo.

—Si encuentro laburo, me quedo —había dicho Oriana mientras ponía las hojas impresas en diferentes carpetas para diferenciar su cv y el de Paulo. Julian no tenía planes de quedarse en Londres, así que él solo iba a acompañarlos.

—Bueno podemos tomarnos el subte —propuso Paulo.

Porque los tres viajaron en subte en Buenos Aires, sabían lo tedioso que era viajar en hora pico, como sardinas enlatadas y con la mochila hacía delante para evitar ser víctimas de robos, ¿Qué podía ser peor que eso?

Bueno, si había algo peor y era el subte en Londres. Porque no conocían las estaciones, la gente empujaba al subir y al bajar. Paulo sintió que Oriana entrelazó sus dedos cuando decidieron bajar en una estación, él fue el primero en salir del vagón tirando de la mano de su amiga y suspiraron aliviados una vez que cruzaron los molinetes y estuvieron a salvo de tanta gente. 

—Estuve a dos paradas de tener un ataque de pánico, nunca me subo a un subte —habló Oriana mientras se llevaba una mano al pecho.

—Que suerte que salimos, boluda. ¿Juli estás bien? —Paulo se giró en busca de su amigo que estaba muy silencioso.

Julian no estaba.

Habían perdido a Julian en el subte de Londres.

Paulo fue el primero en buscar el celular en el bolsillo de la campera. Desbloqueó la pantalla y puteó internamente cuando notó que no tenía nada de señal.

—Vamos, porque no tengo nada de señal.

Una vez que salieron del subsuelo y estuvieron en la calle; Paulo volvió a desbloquear el celular y empezó a mandarle whatsapp a Julián para saber si estaba bien, aunque todos tenían una tilde, porque lo más probable era que Julian tampoco tuviera señal.

—Paulo, ¿Vos viste dónde estamos? —escuchó la voz de Oriana al lado de él y levantó la cabeza.

—¿No? —Contestó. ¿Debería saber? ¿Era algún lugar de alguna otra película que él no vió?

—¡Kings Cross! —Oriana parecía a punto de querer gritar.

Paulo la miró con confusión y la chica suspiró.

—Harry Potter, Paulo. Dios no tenés absolutamente nada de cultura.

Paulo no contestó porque estaba a punto de tener un colapso nervioso. Julian estaba perdido, Oriana miraba el edificio de enfrente como si en cualquier momento ese lugar la transportaría a un lugar mágico y el día que se suponía que dejaría de ser un inútil mantenido se había perdido, porque no podía hacer algo tan simple como viajar en un subte.

—Pau —volvió a escuchar la voz de su amiga.

—¿Qué?

—Vamos a encontrarlo a Juli e igual él sabe como llegar a tu casa, tenemos la dirección anotada —la chica habló con tranquilidad y Paulo se sintió culpable por contestarle cortante.

—¿Querés entrar a la estación mientras esperamos que conteste?

Oriana asintió y cruzaron la calle.

Una vez dentro, Paulo le envió otro mensaje a Julian diciendole donde estaban y trato de relajarse porque ya que no iban a conseguir trabajo, podían turistear un poco, porque después de todo para eso sus amigos estaban ahí.

amor de verano ⭐ Paulo Dybala & Cuti Romero.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora