12.

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Por supuesto, Paulo no tardó en sentir los brazos de sus amigos alrededor de su cuerpo. Porque tenía a los mejores amigos del mundo y él los amaba tanto que siguió llorando por unos minutos más hasta que llegó el auto.

El viaje fue silencioso y antes de bajar Paulo ya había pagado el uber por la misma aplicación. Entraron al edificio y subieron el ascensor y Paulo sentía las miradas de sus amigos sobre él aunque ellos trataban de ser disimulados.

—Pau, ¿Qué pasó? —Julián fue el primero en romper ese silencio una vez que estuvieron dentro del departamento. Oriana buscó toallas y empezaron a secarse en el living.

Paulo contó todo lo que había pasado con Álvaro. También les contó del mensaje que recibió una vez que estuvieron afuera.

—Chicos, les juro que nunca le di ninguna señal. Solo hablamos por whatsapp y estaba contento de conocer a alguien en la facu pero en plan amigos, ustedes saben que nunca me costó hacer amigos... y yo nunca le sería infiel a Cuti.

—Lo sabemos —habló Oriana mientras se desarmaba la cola de caballo que tenía de peinado y empezaba a secarse el pelo con la toalla —. Él es el pelotudo que pensó cualquiera.

—Si te sigue jodiendo, avisá que vamos y lo apuramos. Que sepa que con los argentinos no se jode —dijo Julian y eso hizo reír a Paulo.

Después de eso, Paulo fue el último en ducharse y cuando salió del baño ya sus amigos estaban en sus respectivas habitaciones porque cuando cruzó el pasillo ya estaba todo oscuro. Antes de acostarse, puso la alarma para ver el partido de Cuti.

Pero Paulo no se despertó a ver el partido.

Cuando apareció en la sala, Oriana y Julian estaban sentados tomando mate en el sofá mientras miraban una película. Paulo fue hasta la cocina y se sirvió un vaso de agua, tomó todo el contenido y decidió volver a la habitación porque no tenía ánimos de películas ni de nada. La idea del cordobés no era dormir, sin embargo, volvió a quedarse dormido y cuando se despertó la luz estaba encendida, él estaba tapado con el acolchado y notó que la mochila de Cristian estaba en su lado de la pieza y el celular en la mesita de luz.

Paulo escuchó el ruido de la ducha en el baño que tenían en la pieza. En otras circunstancias él caminaría al baño y se uniría a Cuti, pero no ese día. Esperó acostado boca arriba a que su novio terminara y cuando lo hizo, el otro cordobés salió del baño con la toalla atada a la cintura. Paulo suspiró y Cuti le sonrió.

—Buena noche, ¿eh? —comentó su novio y Paulo se tensó a tal punto que no pudo ni siquiera devolverle el beso cuando Cuti se acercó.

Paulo tampoco dijo nada mientras Cuti se cambiaba y esperó con paciencia a que el otro cordobés se fuera a la cocina para poder pensar bien como le diría lo de la noche anterior. Pero Cuti una vez que terminó de vestirse, se acercó y se sentó en la cama frente a él.

—¿Qué pasa, Paulo?

Y Paulo estaba tan abrumado que no pudo seguir callado y empezó a contarle todo a Cuti. Desde el día que conoció a Álvaro en la facultad, hasta lo que pasó en el boliche.

—Decime algo —pidió Paulo cuando terminó de hablar.

—No es tu culpa, Paulo. Tampoco me engañaste, porque no hubo nada.

—Entonces... ¿Estamos bien?

—Sí —contestó Cuti y Paulo salió de abajo de las sábanas y se arrodillo en la cama frente a su novio, llevo sus manos a las mejillas contrarias y junto sus labios.

Paulo imaginó muchos escenarios donde Cuti se iba a enojar o a decir que ya no quería que estén juntos, pero estaba sorprendido con la tranquilidad de su pareja. Paulo estaba exagerando todo cómo siempre y se estaba ahogando en un vaso de agua. Decidio dejar esos pensamientos de lado cuando Cuti, con las manos en sus caderas, lo ayudó a sentarse en su regazo y continuaron besándose.

amor de verano ⭐ Paulo Dybala & Cuti Romero.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora