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Cuti recordaba demasiado bien cómo Paulo forcejeaba con sus padres y hermanos para que lo dejaran ir. Cómo empezó a gritar y decir que iba a escaparse, que iba a venir. Lo recordaba porque él no hizo nada. No ayudó a Paulo a liberarse de su familia, llevarlo adentro de su casa y que se escondan de quienes querían separarlo.

Lo recordaba porque nunca respondió los mensajes que Paulo con insistencia le había mandado. Cuti había desactivado el visto para poder leer los mensajes de Paulo, habia llorado leyendo esos mensajes. Siempre quiso responder, siempre quiso decirle: si mi amor, vení, yo te espero, voy a hablar con mi abuela. Nos va a bancar un tiempo, hasta que nos acomodemos. Pero recordaba lo que le habían dicho los padres de Paulo, cuando él abrió la puerta.

—Mi hijo esta pasando por una fase —habia dicho la madre de Paulo —. Y si vos tanto lo querés, vas a dejar que se vaya. Él tiene un futuro brillante por delante. Esta no es la vida que Paulo merece, vos no le podés dar el estilo de vida que él merece, al final se va a cansar de todo. ¿No es mejor cortar ya ahora, que recién empieza?

No, porque nos queremos había querido responder Cuti. Pero, ¿Y si tenía razón? ¿Y si Paulo después de un tiempo se cansaba? ¿Si lo terminaba odiando? Después de todo, él ni siquiera había terminado la secundaria.

Cuti nunca había fumado, porque no le gustaba. Le molestaba el olor que se le quedaba impregnado en la ropa cada vez que volvía de trabajar. Pero Paulo fumaba, Paulo parecía adicto a esa mierda a pesar de ser tan joven, entonces Cuti empezó a fumar en los meses posteriores a perder a Paulo, porque los besos de Paulo sabían a nicotina y menta, y Cuti no tenía más esos besos, los había perdido.


Una mañana había llegado de trabajar y antes de acostarse, leyó una vez más los mensajes de Paulo. Esto no nos hace bien, mi amor, pensó y con las manos temblando bloqueó el contacto de Paulo y después de eso, Paulo lo había llamado de otro número, Cuti sabía que era él por eso atendió. ¿Hola? Dijo él, con la esperanza de escuchar una vez más la voz del chico de ojos verdes, pero solo escucho una respiración pesada y Paulo cortó. 

  No tuvo más mensajes de Paulo, pero si tenía los viejos que los leía cada noche. Incluso, cuando se fue de vacaciones a Buenos Aires, en compañía de Lisandro, un chico que había conocido en el club de fútbol en el que jugaba en Córdoba. Lisandro al principio no sabía nada, hasta que llegó enero y Cuti empezó a auto-sabotear su vida nuevamente.

—Estás por tener la oportunidad de tu vida, boludo. ¿Qué pasó?

Lisandro le tiró el cigarrillo de la mano y se sentó al lado de él. Y Cuti le contó todo, le habló de Paulo, de cómo lo perdió. De cómo bloqueó su número y nunca más le respondió. Esperaba que Lisandro se burlara de él, que tire algún comentario homofobico. Pero, Lisandro hizo algo inesperado, lo abrazó. Le dio una palmada en la espalda y desde ese día eran mejores amigos.

  Habia dejado de fumar, porque si quería tener un buen rendimiento, tenía que alejarse de ese vicio de mierda. Sin embargo, el  recuerdo de Paulo le seguía a todas partes. Cuando se mudó a Italia, cuando conoció y estuvo con otras personas. También seguía ahí cuando pasaron 5 años y volvió a Argentina para pasar las vacaciones y Lisandro le advirtió que Rodrigo tenía un nuevo amigo, un chico cordobés que se llamaba Paulo Dybala.

—Es cuestión de tiempo para que lo veas de nuevo, ¿Estás seguro que es lo que querés?

No, no estaba seguro. Pero le dijo a Lisandro que sí, que estaba todo bien. Que él estaba bien. Pero no esperaba volver a ver a Paulo en la primer fiesta a la que iba en sus vacaciones, en casa de su mejor amigo, a tres días de haber llegado. No esperaba ver a Paulo más hermoso de lo que recordaba. No esperaba que Paulo saliera corriendo primero y qué después terminara llorando abrazado a él al borde de la piscina.

Todo había sido tan repentido.

Después de lo sucedido en la piscina, Paulo evitó cualquier tipo de acercamiento entre ellos. Bailó con Oriana, una chica que no conocía muy bien pero de la que sentía celos, porque era hermosa y Paulo y ella se veían bien juntos y Paulo parecía muy a gusto con ella.

Cuando él dijo que era una pelotuda y tiró un comentario de mierda, Paulo lo mandó a él a la mierda.

Y él llegó al hotel donde se estaba quedando y se acostó sin sacarse la ropa de la fiesta y lloró, lloró abrazado a la almohada todo lo que se guardó desde el momento que volvió a ver a Paulo.

¿Algún día dejaría de amar a Paulo?

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Quiero aclarar algunas cosas, que son importantes para la historia.

Cuando se conocieron y tenían 18 años, Cuti jugaba al fútbol pero no de manera profesional, o sea no le pagaban y por eso tenia que trabajar. Justo ahí estaba de vacaciones en el club por eso nunca se mencionó, Paulo sabía que él jugaba, pero nunca llegaron a hablar del tema a profundidad.
Actualmente, en la historia, Cuti ya esta jugando en el Tottenham y es bastante famoso, Paulo no es fanatico del futbol entonces no tiene ni idea y Julian nunca menciono que en el grupo había dos jugadores de futbol (Cuti y Sonny) porque ambos quieren ser tratados como personas nomales!!! Pero es importante aclarar esto, porque el hecho que Cuti sea un jugador de futbol conocido, va a influir en la relación.
Licha, Rodrigo, Leandro, Neymar y Julian no juegan!

amor de verano ⭐ Paulo Dybala & Cuti Romero.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora