CUATRO + UNO / Nowhere Boys- Lectora x Felix

11.

Llegué a la escuela, habían algunos autobuses afuera y todos los estudiantes de décimo estaban afuera.

Me límite a irme a sentarme a las escaleras que estaban en la entrada del colegio, pensé que podía relajarme antes de tener (tal vez) la mejor o peor experiencia de mi vida. Honestamente, me inclinaba más a la segunda opción, conociendo mi suerte, cualquier cosa puede pasarme.

-¡Agh!, míralos, ya llegó la bola de engreídos-

Escuché a un lado mío, voltee esperando que no fuera quien creía que era, pero desafortunadamente, era ella.

La chica emo y el zombie, a solo unos cuantos metros de mí.

-Si, solo míralos, se creen de lo mejor- Ambos rieron -"Miranos, somos populares y mosculosos, a pesar de tener el cerebro podrido"- Bromeó el chico a modo de burla.

Miré hacia donde ellos, al parecer hablaban de Mía y su novio, que si recuerdo se llama Sam, a su lado estaban sus demás amigos.

Por supuesto, no me agradó que se burlaran de Mía, los demás me daban igual.

En eso, Mía y Sam se besaron, escuché otra vez rosas burlescas, miré a aquellos dos y ahora estaban haciendo gestos de vomito de una manera muy exagerada.

-¿Qué les pasa?, par de estúpidos- Dije mirándolos con desaprobación absoluta

-¿Dijiste algo?- Preguntó la chica

-Si, hice una pregunta- Desvíe la mirada hacía enfrente

-Más bien, ¿que te pasa a ti?, andas metiéndote en conversaciones que no te incumben-

-Me meto por qué están ofendiendo a mi amiga, además, se ven tan ridículos e inmaduros actuando así-

-Lo que digas, nenita, mejor enfócate en tus asuntos y ve con los perdedores-

-Estoy con los perdedores- Alcé una ceja sonriente, mirándolos.

-Vamos, Félix, este aire comienza a asfixiarme-

La chica se dió la vuelta y comenzó a caminar, el zombie todavía me miró fijamente unos segundos para después de ir trás de ella.

-Ellos dan más pena que miedo- Susurré

-¡Hola!- Saludó Andy caminando hacía mí

-Hola...- Saludé igual mirándolo extrañada

-Que bueno que mis padres me dejaron venir, me costó semanas convencerlos- .

Se sentó a un lado mío dejando su gran mochila de lado.

-Ya veo...-

-Si, dijeron que podía darme alguna infección o enfermedad terminal, pero afortunadamente logré que entrarán en razón- Sonrió orgulloso

-¿Qué tanto traes en esa mochila?- Pregunté divertida

-Solo lo esencial, comida, agua, repelente de mosquitos, bloqueador, ropa, una soga, inyecciones para alergias, pastillas...-

-Okey, okey, creo que si sigues diciéndome cada cosa que tienes ahí tardarias horas en terminar- Reí

-De hecho si, mí mamá y mi Nana pueden llegar a ser muy paranoicas-

-Puedo notarlo-

-¡Muy bien chicos, todos acerquense conmigo con sus permisos firmados, ya nos vamos!-

Gritó el profesor Bates, bufé en mis adentros ya que de verdad no quería asistir.

Pero ya estaba aquí, no me queda de otra.