O34

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(Volviendo a la escena anterior...)

Después de unos minutos en el auto, Louis y Harry llegaron hasta donde iba a ser la reunión con la manada del castaño para hacer la digna presentación del rizado.

Ambos estaban nerviosos por lo que iba a suceder, pero se estaban apoyando mutuamente en eso y eso era lo que importaba, si alguno de los dos se sentía incómodo se irían al instante.

Y Louis se lo dejó muy claro a Harry, pues se lo dijo aproximadamente veinte veces en el camino en auto.

—Toma mi mano. —dijo el castaño con una sonrisa, estiró su mano para tomar la mano del humano—¿Me dejarías llevarte hacia la sala de reunión para poder presentarte como mi cortejo?

Harry sonrió al escucharlo, sus mejillas se pusieron rojas al instante y sus pupilas se dilataron. —Claro que sí, alfa. —susurró.

El ojiazul suspiró al obtener la respuesta, tomó la mano del menor con cuidado y se acercó a él—¿Me dejarías besarte antes de entrar?

—Sabes que sí puedes besarme, cuando quieras.

Una sonrisa adornó los labios del lobo y asintió. Tal como lo dijo, besó al rizado con un beso que planeaba ser corto, pero de un momento a otro comenzó a pasar de nivel, pasó de ser un beso relajado a tener ambas lenguas moviéndose en sus bocas, las manos del castaño sostuvieron las caderas del menor para mantenerlo cerca.

Ambos estaban enfocados en sus besos que habían olvidado en donde estaban, hasta que las puertas del lugar de abrieron.

—Perdón. —dijo el castaño al separarse del beso con los labios hinchados, por alguna razón el rizado se le hacía más apetecible y sus colmillos exigían salir para marcarlo.

—Perdóname tú a mi. —respondió el ojiverde mientras bajaba la mirada, se sentía muy avergonzado en esos momentos y no sabía que le estaba sucediendo.

Creyó que era fiebre, pues un día antes se había duchado en la noche y quizás eso le había afectado, tenía unas defensas muy bajas y eso lo hacia muy débil a las enfermedades.

—Debemos entrar. —susurró el ojiazul después de unos segundos en silencio—Los demás lobos nos están esperando para conocerte, después podemos continuar con los besos. —bromeó.

La respuesta del rizado fue un golpe no tan fuerte en la nuca, al parecer Harry no era alguien fanático de esas bromas.

Pero le gustaba mucho ver esas mejillas sonrojadas y las pupilas dilatadas, le encantaba ver a su omega de esa manera, su lobo estaba perdidamente enamorado de todas las partes del rizado.

—Mejor entremos, no me hagas ponerme como un tomate. —dijo el rizado mientras fruncía levemente el ceño.

Louis asintió y tomó nuevamente la mano del rizado para entrar a la sala de reuniones con su clan, pues ya los estaban esperando hace tiempo.

—Buenas noches. —saludó el ojiazul al entrar, vio a todos con una sonrisa sincera y se puso detrás del rizado—Les presento a Harry Styles, mi cortejo.

Todos los presentes le sonrieron a Harry de manera agradable, habían alrededor de quince alfas jóvenes acompañados de sus respectivas omegas, todos parecían amigables.

—Mucho gusto. —dijo el rizado con una sonrisa, inclinó levemente la cabeza hacia todos—Me llamo Harry y... soy el cortejo de Louis.

Los halagos no tardaron en llegar por parte de los omegas presentes, pues Harry era muy lindo físicamente y también era una persona amigable, rápidamente se unió al grupo de únicamente de omegas mientras Louis y los demás alfas hablaban por otro lado mientras cenaban.

Harry estaba muy a gusto con todos los omegas en el lugar, eran personas muy amigables y se había hecho amigo de ellos en poco tiempo, pero no sabía porque quería irse del lugar. Se giró para ver al castaño, quien charlaba animadamente con sus amigos alfas, así que decidió no interrumpir.

—Y eso... aún no sabemos si queremos tener cachorros. —dijo el castaño con una mueca, no había hablado tanto con sus amigos así que no sabía muy bien como recaccionarían.

—Oh, eso está perfecto. —respondió un alfa con una sonrisa—También hablé con mi omega de eso pero por el momento él prefiere enfocarse en su trabajo y luego pensar en cachorros.

—Tiene razón. —opinó otro alfa—Los omegas de ahora tienen más oportunidades y los alfas tenemos que respetar eso, aunque nuestros padres estén en contra de eso. —rodó los ojos.

Louis suspiró al recordar a su madre, aún tenía pendiente decirle que no le diga de cosas a su omega, pues sabía que Harry se merecía el respeto y no iba a dejar que los ideales pasados lo arruinen.

—Tienes razón, ellos siempre quieren seguir sus ideales de cavernícolas. —dijo Louis—Mi madre la otra vez le gruñó a mi ome-

Su voz se vio interrumpida al sentir los brazos del rizado alrededor de su cuello, sonrió levemente al sentirlo cerca.

—¿Sucedió algo?—preguntó el ojiazul.

Harry puso su boca cerca del oído del castaño para susurrar—Creo que tengo fiebre, quiero ir a casa.

—Está bien. —respondió el castaño, al instante se puso de pie—Agradezco la noche que hemos pasado hoy pero mi omega no se siente muy bien así que debemos ir a casa. —informó a sus amigos.

Todos lo entendieron perfectamente y los dejaron ir.

Mientras que Harry y Louis caminaron hacia el auto para ir a casa, seguramente era alguna gripa.

—¿Tienes fiebre, amor?—preguntó el ojiazul mientras acariciaba el muslo del rizado.

—Mu-mucho calor. —respondió el rizado mientras se lanzaba aire con las manos.

Sentía que su cuerpo ardía, no sabía cuanta fiebre tenía pero sentía un calor insoportable.

Louis lo miró de reojo mientras manejaba, eso no era una simple fiebre.

—¿Si?—preguntó mientras aceleraba un poco—Cuéntame que más sientes.

Harry puso el aire frío para bajar el calor que sentía, nada funcionaba—Calor, mucho, mucho calor. —balbuceo. 

—¿Calor? ¿Espasmos? ¿Calambres?—preguntó el alfa mientras apretaba la mandíbula.

—Sí.

Louis suspiró y apretó el volante con fuerza—Mierda. —susurró—Harry, es tu primer celo.

Secret Alpha || larry stylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora