Visitas no tan deseadas

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La tarde pasó muy rápido para los jóvenes y pese a verse casi todos los días, no querían separarse todavía. Por otro lado, la familia de cierto peliazul se preparaba para recibir a ciertos inquilinos.

– Querida, necesitamos ocultar los últimos espejos antes de que lleguen nuestros familiares...o ¿ya olvidaste cómo se puso el tío Vlad al ver el reflejo de Resus? – el vampiro hacía todo lo posible para no dejar rastro alguno que pudiera delatarlos.

– Alston, no podemos seguir ocultando el problema de nuestro hijo – respondió su esposa.

– Tampoco podemos seguir usando la misma excusa – le reclamó.

– Aún no se ha desarrollado...lo sabes muy bien – la mujer puso una expresión de tristeza y preocupación, amaba a su hijo con todo su corazón y odiaba que se sintiera acomplejado.

– Lo sé Bella, él es especial...y diferente al resto de vampiros que conocemos – 

La conversación de ambos se interrumpió por la llegada de su descendiente.

– Hola mamá, hola papá adivinen que me pas... – no pudo completar su frase al percatarse de ciertos detalles – No hay espejos... – su sonrisa y alegría se esfumó más rápido que un fantasma.

– Mi pequeño, intenté avisarte pero por alguna razón no me dejabas hacerlo – se acercó para intentar abrazarlo.

– ¿Cuándo vienen? – el joven se apartó bruscamente y cruzó sus brazos.

El silencio se mantuvo por un tiempo que pareció ser eterno hasta que se escuchó el timbre de la casa.

– Parece que ahora, hijo mío – su padre se apresuró para recibirlos.

P. O. V. Resus

¡Genial! Lo que faltaba, ahora TODA mi familia está aquí...bueno, sé que como vampiro me hacen falta muchas cosas como mis colmillos naturales, volar, transformarme, beber sangre y una habilidad o poder característico...¡pero ese no es el punto aquí!

Siempre es lo mismo, hasta pareciera que se avergüenzan de mi, su propio hijo... Y los comentarios que hacen los demás sobre mi me cansan...a veces quisiera que mi desarrollo no fuera TAN lento.

En fin, mis tíos, tías, primos y primas no tardaron en pasar y saludarnos.

"Resus, espero que hayas tenido por lo menos un avance en tu desarrollo"

"Lindos colmillos sobrino, espero que ya no sean de plástico"

"¿Qué marca de maquillaje usas primo? Hace que esas ojeras se vean tan reales"

"Y dime Resus, ¿esa capa tuya es para compensar algo en especial? Jaja"

¡Agghhh! Los comentarios de mi primo Edward son siempre de los peores, aunque mi abuelo no queda atrás...por cierto, se me hace raro no verlo por aquí.

Fin del P. O. V.

El peliazul estaba tan absorto en sus pensamiento que no se percató que uno de sus primos le hizo tropesar cayendo frente a su abuelo.

– Hola abuelo... bienvenido – saludó algo temeroso aunque parecía calmado.

– Rhesus Stoker Negative – le saludó de forma indiferente – Espero que haya buenas noticias en esta ocasión –.

– Es sin la h abuelo... – procedí a levantarme por mi cuenta y limpiarme un poco.

– Tienes razón, ponerle la h lo hace sonar MÁS vampírico de lo que realmente eres y por lo visto, también de lo que serás... – el anciano se alejó dejando muy dolido a su nieto.

– También me alegra verte abuelo... – contuvo sus lágrimas hasta llegar a su habitacion para posteriormente salir por la ventana y llegar a la azotea dónde esperaba estar a solas con sus pensamientos – No puedo estar en mi casa, no puedo ir con mis amigos y no puedo ir con (t/n) a estas horas de la noche...no tengo un lugar seguro – se lamentaba el joven vampiro mientras acariciaba a su mascota – Podría pedir que la tierra me tragara o...no, una poción no siempre resolverá todo – miró la Luna con una sonrisa por última vez antes de volver con su familia.

Cuando llegó al comedor parecía que nadie se percataba de su presencia y a pesar de sentirse algo triste e ignorado, prefería eso antes que recibir críticas sobre su persona... o más bien de su monstruosidad.

– Saben, he estado pensando que como casi no nos reunimos, todos los primos con la excepción de Resus podríamos ir a dar una vuelta por aquí – Edward le sonrío con malicia mientras lo miraba fijamente.

– Por más que quisiera ir con ustedes, prefiero quedarme aquí – bajó la mirada jugando con su tenedor tratando de finalizar la charla – Además, tengo cosas que hacer –.

– Es entendible Resus, no te preocupes– su prima le sonrío tratando de eliminar la tensión.

– Eso puede ser verdad o...tal vez, aún no puedes volar y mucho menos transformarte en un murciélago – volvió a tensar el ambiente con sus palabras.

– Ed, hay otras maneras y momentos para convivir como primos y como vampiros– le regañó otro de sus primos.

– No sé a qué se refieren Marcy y Marsh, es obvio que trato de pasar tiepo con ustedes y con Resus, tal vez así podamos ayudarle – se excusó aparentando inocencia ante sus actos.

El peliazul no dijo nada más, sólo terminó su cena y se despidió de los presentes para subir y cepillar sus dientes. Al llegar a su habitación se recostó hundiéndose en la cama, luego tomó su celular y miró algunas fotos que había tomado recientemente encontrándose algunas de él y su ahora novia.

– Te amo (t/n), espero que no me veas diferente si te digo la verdad sobre lo que soy o no soy – apagó su teléfono poniéndolo sobre la encimera más cercana y se preparó para dormir, la semana será pesada y debía estar preparado.

Resus y tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora