Como superar una ruptura amorosa

Capitulo 2 - La semana eterna

Al día siguiente estaba sola en mi hogar, pues mi madre había ido a trabajar.
Con el dolor en el pecho por ese vacío, comencé a buscar como loca videos sobre cómo superar a alguien, video tras video, reflexión tras reflexión. Finalmente logré estar distraída, pero ese sentimiento no se iba, me sentía sin energía, que la vida se me iba lenta y dolorosamente.

El lunes siguiente no fue mejor. No podía seguir con mis lloriqueos del viernes pasado, así que hice lo posible por no llorar y arreglarme, para verme bonita, para que todos vieran que estoy bien.

Solo recuerdo como lloraba día con día. No importaba qué hiciera, no importaba si algo me hiciese reír demasiado, esa emoción no se iba, solo se me clavaba más y se desgastaba mi ánimo.

No hubo noche en la que el silencio gobernara, pues siempre la oscuridad y el destello de la luna que pasaba por mi ventana eran acompañados por mis sollozos y gemidos, mis pensamientos y mis lágrimas, todos los recuerdos y mi sufrimiento.

La melancolía no me soltaba, los pensamientos se hacían más fuertes, la tortura no acababa.
Tenía tantas ganas de desaparecer, que empecé a buscar formas, como extrañaba sentirme feliz, como extrañaba sus abrazos, su voz, sus caricias, sus palabras que me llenaban de alegría el corazón. Lo extrañaba tanto a él y su presencia.

No me importaba nadie más, no podía poner mi mirada en otro. Siempre era él. Su esencia tan clavada en mi alma y pensamiento no me dejaban buscar a alguien más.

Con los ojos puestos en el suelo, todos los pensamientos y mi ser abrumado, dejé caer todo; llegaron como olas a mi mente. Se esparcían rápidamente por cada rincón, recordándome lo miserable que soy.

Las voces eran cada vez más intensas. ¿Por qué? Si tanto me amabas, ¿por qué me dejaste ir? ¿Por qué me soltaste? ¿Mi amor no fue suficiente? O quizás mi amor no fue el adecuado...
Las preguntas evadían por completo los buenos momentos, preguntándome y lamentándome una y otra vez.