Prólogo

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Fue una madrugada de inicio de año, en algún día de finales de enero o inicios de febrero, cuando sentado impotente en mi cama dudé por primera vez de tu amor.

Tal vez el que te lo haya dicho tanto te terminó por... ¿aburrir? ¿Por acostumbrar?

Aunque quiero negarlo a estas alturas de mi vida, cuando veo todo tan... jodido, eso no hará que mi pasado cambie, o que mis recuerdos desaparezcan.

Alguna vez te lo dije ¿no?

Te amo.

Te amé.

Te amaré.

Y no soy capaz de olvidar mis promesas, a pesar de que ahora mismo no soporto verte.

Ahora me lo digo mucho:

Te odio.

Te odié.

Te odiaré mil años más de los que prometí amarte. Porque lo mereces, porque lo hiciste una y otra, y otra vez.

Jugaste conmigo como... como se juega un videojuego, confiando siempre en el punto de guardado anterior. En que, aunque lo dañes todo, al final las cosas volverían simplemente a ser como eran antes.

Jugaste, y yo era tu juego.

¿Me habrás creído alguna vez cuando te dije cómo me sentía? No lo sé, tal vez sí, quisiera que no.

Porque si hiciste lo que hiciste, sabiendo lo que sentía por ti, entonces eres realmente una mala persona.

Oscura noche sin estrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora