"Vivir."

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Cafeteria, data actual.

-Wowowow me estoy perdiendo, ¿que mierda a pasado? Todo era imaginación suya y esta loco o que cojones, ni que fuera el supuesto final creepypasta de doraemon.- Dijo intentando procesar todo lo que el anciano estaba relatando.

-¿Creepy qué?- preguntó el semita.

-En realidad no todo era mentira, las cosas que sucedían eran reales pero la mente de Kiel distorsionaba un poco las cosas para hacerle creer que todo iba bien cuando estaba pasando todo lo contrarío, probablemente toda esa locura le hacía también hacer cosas que no quería... pero déjame terminar, en cuanto lo haga entenderás todo mejor.- Aclaro el anciano un poco irritado por las intervenciones un tanto innecesarias.

-Bueno, si usted lo dice, pero nada de mierda paranormal.-

-Sí, nada paranormal, niño...-

. . .

1961, realidad.

Kiel se encontraba con notables ojeras y el pelo más desordenado que nunca junto a su hermano comiendo cereales "Cap'n crunch". Iker le preguntaba que si estaba bien pero no recibía respuesta, haciendo que todo se mantuviera tranquilo hasta que los hermanos dejaron de comer cuando escucharon a Svetla hablar por el teléfono fijo del comedor.

-Ajá, ajá, ¿eso significa que tendría que mudarme a Nueva Jersey? Hm, bueno pero me subiran el sueldo ¿verdad? . . . en ese caso trato echo.-

El niño castaño con ushanka escupió su comida de vuelta al bol y miró a Kyle con una cara aterrorizada.

-¿Has escuchado lo mismo que yo Kyle?-

El pelirrojo quedo estupefacto y solo pudo mover su cabeza con afirmación, cuando empezó a sentir ganas de vomitar. Corrió al lavabo y comenzó a devolver al retrete, en cuanto terminó se dirigió al espejo y lo golpeó sin piedad alguna odiando intensamente su reflejo, se tumbo en el frío suelo y quedo ahí tirado hasta que su hermano llegó y intentó reanimarlo lavando su cara y recomfortandole con esperanza de que eso le ayude aunque sea un poco.

. . .

Llegaron a la escuela y Kyle se despidió de Iker para dirigirse a su secundaria, en cuanto llego aparecieron los típicos matones, pero esta vez lo dejaron tumbado en el piso llorando, lo que le hizo pensar que talvez sí sería buena idea mudarse, de todos modos nadie lo necesitaba ahí.

. . .

Al acabar las clases el pecoso fue a su casillero para recoger sus cosas, en lo que pudo observar a Stanford con Testaburger y Tucker, esto generando un agujero de soledad en el pecho de Kyle, se sentía fatal porque ya no podría despedirse de su mejor amigo, y jamás lo volvería a ver, no denuevo.

El chico se sentía tan solitario e imbecil, hasta el punto en el que quería volver a incitar a su mente en cambiar la realidad, pero para este punto ya no podía, ya no sabía ni que pensar. En cuanto salió del establecimiento escuchó esa melodía que había acompañado todas sus noches y sueños, la guitarra de Cartman, escuchar a cartman tocar era todo para Kyle y solo el sonido lo atraía como un imán; se salió de su camino solo para correr en dirección al pequeño campo de flores.

Caminó lentamente y se escondió en un arbusto esperando que el robusto no lo viera, lo que era bastante tonto porque en cuanto el castaño sintió algo detrás paro de tocar inmediatamente.

-Idiota.-

El pelirrojo giro su cabeza dudoso por ese comentario tan repentino.

El castaño dejo su guitarra encima de las margaritas y giro su cabeza dejando ver esos ojos y sonrisa burlona.

a Cartman and a Broflovski in the 60sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora