Contrato con un demonio

Capítulo 8 : Boca

Esto fue lo peor. Estaba de regreso en el abismo con órdenes de proteger a alguien que casi seguramente quería lastimar a su amado. Este pensamiento resonaba en su cabeza sin parar desde que cayó. Además del conocimiento de que su Qingqiu había hecho todo esto... empujando las dos versiones de sí mismo al abismo... para tratar de proteger a su yo más joven. No había otra explicación. Aunque no vio la razón por la que debe haber un peligro, ¿tal vez algunos cultivadores estaban cerca en ese momento? O algo así. Preguntaría cuándo regresará, pero si a su Qingqiu no le hubiera importado, no habría hecho ese contrato. Si no le hubiera importado... no habría dicho esas cosas.

Mataba demonios sin pensar para proteger a su otro yo, pero su cerebro no quería esto, estar de nuevo en el abismo en lugar de estar al lado de su amado, por lo que apenas prestaba atención a lo que estaba haciendo. Era vagamente consciente de que Xin Mo se filtraba rápidamente en su cerebro. No importa cuántos monstruos haya matado, la voz parecía volverse más fuerte exigiendo la muerte de su yo más joven. Estaba demasiado cerca del otro Xin Mo. No podía abrir un portal, no podía hacer nada que hiciera que la espada en su mano fuera especial y sin embargo, el costo de usar Xin Mo fue mucho mayor que en cualquier momento en el pasado. con lo fuerte que estaba siendo. Pero luchó contra cómo Xin Mo arañó su mente lo mejor que pudo. No podía suicidarse. Tenía un contrato sin mencionar que suicidarse podría tener consecuencias desconocidas para él actual.

Incluso con el zumbido de Xin Mo, pudo usar el contrato que tenía con Shen Qingqiu para ver lo que estaba sucediendo en la superficie. Vio las miradas vítreas que la mayoría de los señores del pico le dieron a su Qingqiu. También vio cómo el hombre había hecho un pequeño altar en su casa. Frente a él estaba el libro que Luo Binghe le había dado como su primer regalo de cortejo y también estaban los fragmentos de Zheng Yang.

Vio escenas de la vida de Shen Qingqiu en el Pico por primera vez en esta vida y para su horror, era demasiado familiar con las escenas de la primera línea de tiempo. Tenía que volver. Tenía que encontrar una manera de eliminar el ceño fruncido de dolor que vio en el rostro de su amado cuando el hombre miró su reflejo y... tenía que encontrar una manera de detener lo que Luo Binghe temía que se avecinaba. No aceptaría un futuro donde su amado sería dañado.

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¿Había alguna manera de convencer a su yo más joven de no vengarse de su shizun por arrojarlo al abismo? Si lo había, tenía que aceptarlo por el bien de ambos. Pero pronto descubrió que no podía entrar en el paisaje onírico de su otro yo. Ya sea porque el más joven todavía estaba bajo la tutela de Meng Mo, porque le costaba concentrarse con Xin Mo zumbando en su mente o por el hecho de que eran la misma persona, esa ruta estaba claramente bloqueada para él.

Era consciente de que hablar consigo mismo era una tarea arriesgada, pero en ese momento tampoco lo era. Eventualmente, decidió arriesgarse mientras todavía tenía algo de sentido común y se puso un disfraz que al menos haría que el joven Binghe se sintiera más cómodo en su presencia. Después de todo, no había forma de que su yo más joven reaccionara bien al encontrarse con una versión mayor de sí mismo. Especialmente mientras él está en el abismo.

Luo Binghe fingió derrotar a un demonio e invitó a la versión medio demonio de sí mismo a sentarse con él después. Preparó el cuerpo de la bestia que mató en un guiso y se lo sirvió a su yo más joven pasando ligeramente el dedo por la barba que ahora usaba para ayudar a ocultar su identidad.

No se sorprendió al ver la desconfianza en los ojos de su yo más joven mientras miraba el guiso, pero tenía hambre y ya había estado en el abismo el tiempo suficiente para darse cuenta de que incluso la comida envenenada tenía poco efecto en él. Bien. Luo Binghe se enorgullecía de organizar este momento. Confiaba en su cocina y la calidad de la comida sería al menos memorable para el chico y como no recordaba haber comido nunca con un hombre que se pareciera a cómo estaba vestido en ese momento, estaba seguro de que esta interacción significaba que estaba cambiando el tiempo con éxito.