Lena PV
Hoy íbamos a pasear por los alrededores del pueblo, así nuestros compañeros podrían estirar sus patas y en el caso de Aiden sus alas.
Fuimos al comedor y desayunamos con mi familia y después nos fuimos junto con los niños a fuera de la muralla.
Me coloqué la capucha roja, no quería que la gente me viera, seguían triste por la pérdida de mi abuela así que no quería asustarles o darles un atisbo de esperanza, no es esa mi intención al venir a Camelot.
Kieran quería ir montado en el lomo de Kripto así que lo coloqué y le dije que se sujetara. Morgana en cambio quería ir con Kara.
Nos pusimos en marcha, seguimos el camino y cuando estábamos algo alejados de Camelot, le dije a Aiden que podía quitarse el sello y volar con tranquilidad.
—Lena quédate un segundo ahí y mírame. —me pidió Kara, me giré y justo en ese momento pasaba Aiden volando, Kara hizo una foto con su móvil y sonrió.—Perfecta. —dijo al ver el resultado, Morgana que estaba con ella sonrió.
—Mamá guapa. —dijo Morgana.
—Claro que si, mamá siempre es guapa. —dijo Kara.
Iba a decir algo cuando vi a Kripto correr con Kieran encima, él solo se reían, iba a llamarlo y a reñirlo cuando Yuki y Tsukine salieron detrás de él.
—Kara, ¿Por qué permites esto? —le pregunté cuando se colocó a mi lado.
—No pasara nada, Kieran le pidió a Kripto que corriera, no ha sido idea de él. Deja que disfruten, en casa no pueden correr tanto.
—Tienen un bosque para hacerlo. —le dije.
—No es lo mismo. Aquí es donde nacieron Lena, aquí pueden ser ellos mismos. Es cierto que en casa también y es cierto que ellos decidieron quedarse en nuestro mundo, pero cuando venimos aquí se sienten libres y rehabilitados por el poder mágico del mundo. Tu quieres venir para ver a tu abuelo y a tu tío, este lugar son tus raíces, sucede lo mismo con ellos.
—Pero Kieran...
—No le pasará nada, ellos saben cuidar de nuestros hijos, son sus hermanos, sabes que jamás dejarían que les sucediera nada. Además mira. —le hice caso y vi como volvían todos. —no han ido muy lejos, saben que puedo controlarlos desde muy lejos, así que han decidido adelantarse unos cuantos metros para estirar las patas y hacer feliz a nuestro hijo.
Kara tenía razón, teníamos suerte de que estas cuatro criaturas mágicas estuvieran con nosotras porque son los mejores niñeros que podían tener Kieran y Morgana.
—Además, es bueno que Kieran y Morgana aprendan de este lugar, también es su legado. La magia de tus abuelos está en su interior también.
—¿Eso quiere decir que vendremos cada año?
—Sí.
Me puse feliz, la abracé como pude para no hacer daño a mi pequeña.
—Sería bueno que ellos tuvieran la oportunidad de conocer sus raíces su magia. La oportunidad que no tuviste tú de niña. Su lado kriptoniano lo tengo controlado, los entrenaré, ya lo decidimos antes de tenerlos.
—Sí. —me apoyé en ella y miramos como Kieran jugaba con los demás.
Morgana se removió de los brazos de Kara y salió volando directa a su hermano y a los demás.
—Creo que tendrás que empezar a enseñarles a volar. —dije al ver a mi bebé volando bajo.
—Lo sé. Cuando volvamos a casa.
—Bien. —nos apartamos del camino y nos sentamos en la hierba.
No sé cuánto tiempo estuvimos allí viendo a todos jugar y a los niños reír, Aiden hacía un rato que se había reunido con ellos y se encogió, le era más fácil jugar siendo pequeño.
El estómago de Kara decidió hacer acto de presencia, la miré y ella se sonrojó, sonreí y la besé en la mejilla.
Nos levantamos y les dijimos a los niños que volvíamos al castillo, en segundos estaban con nosotros. Morgana estaba encima de Yuki y Aiden se colocó en mi hombro, volvimos a palacio.
Cuando llegamos, nos dirigimos a la sala del trono para informar cuando oímos gritos. Miré a Kara preocupada y corrimos hasta estar delante de las puertas, las abrí y vi a mi tío enfadado y un hombre con armadura, que parecía un soldado, arrodillado ante él.
—¡Como se atreve a hacer esto!
—Majestad, calmaos. —dijo mi abuelo.
—¡Pero lo has oído! ¡Se atreve a venir a mi reino con exigencias por parte de su reina, diciendo que van a venir a mi reino y que es lo que quieren y necesitan! ¡Yo no les he invitado, quien es ella para venir a mi reino sin invitación!
—Es la reina del reino blanco majestad. —dijo el soldado asustado.
Ahí entendí que estaba pasando, Blanca Nieves no quiso ayudar con la invasión del Oscuro pero se atrevía a venir ahora que había paz.
—¡Vuelve a tu reino y dile a tu reina que a mí no me manda, esto es otro reino no es el bosque encantado ni el reino blanco, es el gran Reino de Camelot, no la quiero en mis tierras y menos aún tras haber pasado olímpicamente a mi petición hace un par de años atrás! ¡Vete! —el soldado se levantó hizo una reverencia y se fue corriendo, parecía que hubiera adquirido súper velocidad porque se había ido muy rápido.
—Tío, tranquilo, entiendo que estés enfadado. —le dije con calma.
—Lena, no quería que me vierais así. Es que saber esta noticia me ha alterado mucho.
—Lo sé y lo puedo entender.
—¿Qué quiere Blanca Nieves para venir aquí? —preguntó Kara.
—Por lo que nos dijo Emma, es difícil saber lo que piensa, es una persona egoísta y egocéntrica.
—Cada vez me cae mejor Regina. —dijo Kara y yo le di la razón.
—¿Podéis ir a por la princesa Emma? —preguntó mi abuelo.
—No, antes de venir fui a preguntarles si querían venir con nosotras y me dijeron que no. No querían ver a Blanca Nieves y menos que conocieran al pequeño Daniel. —dijo Kara.
—Entiendo. —dijo suspirando. —Arturo no podemos hacer otra cosa que prepararnos para recibir a la comitiva.
—No quiero. —se quejó como un niño pequeño y eso me hizo gracia. —No ayudaron cuando el Oscuro vino y me arrebató a mi hermana, no vino hace tres años cuando mi reino volvía a estar en peligro por el Oscuro otra vez. No merecen nada de mi parte. A Regina y a Emma sí, me ayudaron las dos veces, pero a Blanca Nieves y a su sequito de borregos, ni un pan duro les daré.
—Se te ha pegado eso de los borregos de Blanca Nieves. —dijo Kara sonriendo, los tres la miramos y miré a mi tío que sonrió un poco.
—Cuando lo dijo Emma me di cuenta la razón que tenía.
—Ya.
—Tío, no estás solo, nosotras estamos contigo. Dejaremos que Andrea cuide de los mellizos e igual que lo hace con Reagan y te ayudaremos con tranquilidad a despachar con diplomacia. No queremos que al ser mal recibida decida que hay que ir a la guerra. Camelot no está preparado para eso. —le expliqué.
—Lo sé. —suspiró. —Tengo que tragarme el orgullo para recibirla.
—Como todos. —le dije.
No sabía que iba a pasar cuando ellos vinieran aquí, pero tengo algo claro, demostraré a esa inútil reina mi lado Luthor, espero que decida no volver a Camelot jamás.
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Amor Infinito
FanfictionEsta historia es la segunda parte de Amor Verdadero. Inicio:2023