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-Hasta más tarde mi linda niña, compórtate mal- dijo Crowley dándole un beso en la frente.

-Bye- bye papá- dijo Angel, besando la mejilla de su padre. Estaba emocionada, faltaba una semana para comenzar la escuela. 

-Se comportara bien- dijo con un poco de molestia, abrió la puerta y Crowley le dio una nalgada. -Tu también compórtate- dijo. 

-Castígame entonces mi amor- dijo entre diversión y lujuria el demonio. Aziraphale negó mientras sonreía. - Esperenme en el lugar de siempre, Tengan cuidado si?- dijo Crowley. 

-Tendremos  cuidado- dijo el ángel y volvió a besar a su pareja. 

Turners Hill era un lugar bastante agradable, había tanto verde. Con la llegada del otoño las clases comienzan y obligados por sus padres los niños regresan a la escuela con cierta alegría de ver a varios de sus amigos. 

-Papi mira, mira- dijo Ángel con emoción, estaban frente a la nueva escuela de angel. Se podía notar que se trataba de una escuela privada. 

-Si mi niña, ya en una semana vendrás- dijo con dulzura su padre. 

-Hare amiguitos y…y jugare con todos…y-

-Y debes ser amable, respetar a todos especialmente a tus maestros- dijo Aziraphale recordandole. 

-Sí papá dijo de forma alegre y obediente. -Papi-

-¿Si corazón?-

-¿Podemos comer un helado cuando lleguemos al parque?- dijo algo tímida, no hacía más de dos horas que habían almorzado.

-Claro que si, estaba pensando en eso- dijo con una sonrisa. 

Cómo había dicho ese día tenía algo que hacer en el pueblo, cómo siempre se coloco las gafas y salió de ahí.

Lo bueno del pueblo es que no había muchas personas, lo que significaba que podía ir a la velocidad que le plazca y no habría consecuencias.    

Después de cinco minutos en el Bentley, conduciendo a cinco sesenta kilómetros por hora llegó a la casa y oficina del constructor del pueblo. 

-Buenas tardes señor Crowley, mi esposo esta en el despacho- dijo una mujer arreglando el jardín. 

-Buenas tardes, señora. Gracias- dijo entrando en la casa, se dirigió al despacho. Ya había estado varias veces ahí. Toco rápidamente y entró sin esperar respuesta. 

-Oh señor Crowley, que grata sorpresa- dijo el hombre levantándose de su asiento.-¿puedo ofrecerle una taza de té?- mientras se dirige rápidamente a una pequeña mesa con la bebida dicha. 

-No gracias, solo vengo a ver cómo sigue la obra- dijo tomando asiento. 

-Eh si si, la construcción de la librería- café va muy bien- dijo el hombre mostrándole los planos. -Aún falta autorización del consejo del pue…-

-¡¿cómo que falta “autorización” del consejo?! ¿Es que acaso no te he pagado para que la obra comenzara ya? Quiero esta obra terminada para antes de que termine el invierno- Crowley estaba muy molesto, ese café iba hacer el regalo de navidad de Aziraphale y sería donde le haría la pregunta más importante de su relación.

-Lo sé y realmente estoy apenado, había prometido que antes del inicio de clases comenzara pero me temo que el consejo desea…conocerlo antes- dijo un poco apenado. El consejo de Turners Hill era quienes aprobaban algunas cosas.

-Por el sssatanassss- susurro para si mismo siseando.

-Lo se, a mi me sucedió lo mismo cuando llegué pero es para saber quien es la persona que aportará algo nuevo y claro que no malversara fondos- dijo el hombre intentando que su voz no se quebrara. 

Un nuevo plan inefableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora