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—¡YoonGi!

YoonGi escucho aquel grito proveniente de su "mejor amigo", Jungkook y corrió en dirección contraria. Era consciente de que evitarlo no era lo mejor, pues aquello no solucionaría nada. Sin embargo, no podía evitarlo. No cuando las horribles imágenes de Taehyung muerto sobre el piso, venían a su mente una y otra vez.

No quería. Se negaba a aceptar que el destino fuera así de cruel como para poner a la persona más maravillosa del mundo entero, aquel que alegraría sus horribles y tortuosos días, solo para apartarlo de la manera más cruel y ruin posible. No era justo. No creía haber hecho algo en su vida, o incluso en sus vidas pasadas, que mereciera tanta miseria y dolor.

Y es que, aunque agradecía qué todo hubiese sido producto de sus visiones y Taehyung estuviera realmente bien, no quitaba el hecho de que el sufriera día con día por sentir la necesidad de alejarse del hombre que se habia encargado de enamorarlo en todas las formas posibles. Lo había intentado; Alejarse de él, ignorarlo. Pero no importaba que tanto lo había intentado, pues Taehyung se había encargado de meterse en su vida una y otra vez, de alguna u otra forma, causando un unico desenlace para ambos: La muerte.

Cómo si lo hubiese invocado, Taehyung aparecío en su campo de visión. Todo grande, y más hermoso que la vida misma, mientras que mantenía una charla trivial con Jungkook. Posiblemente hablando del tiempo, o el clima, considerando que ambos veían al cielo y luego reían.
YoonGi sintió la necesidad de ir tras de él. Hablarle, tocarlo, o abrazarlo. Cualquier cosa. Pero no lo hizo. En cambio dio tres pasos atrás. Se dio la vuelta y se fue de allí. Decidiendo no entrar a clases, y regresar a casa.

Tampoco volvió al día siguiente. Ni el siguiente, o el siguiente después de ese. Así paso el tiempo, y cuando menos se dio cuenta, ya habían pasado seis meses. Había obtenido un empleo y se percató de que me iba mejor que con la beca qué obtenía de la escuela. Teniendo lo suficiente para la renta de su nuevo departamento. Para comer por lo menos dos veces al día, y comprarse uno que otro capricho qué llamara su atención durante el trayecto a casa.

Si, su vida social se habia reducido a cero. Incluso había perdido comunicación con Jungkook. Pero YoonGi no se arrepentía en lo absoluto, no cuando supo, por sus propios medios, qué Taehyung se encontraba vivo, y que había comenzado una relación recientemente con otro chico. Por supuesto, no iba a mentir, claro que le dolía no poder estar a su lado, y tener que aceptar, que alguien más recibiría su cariño, así como sus dulces besos. Pero creía que valía la pena todo ese dolor, mientras que el estuviera a salvo.

Camino a casa, después de otra laga jornada laboral, YoonGi decidió bajarse antes del autobus y caminar, con la intención de distraer su mente. Sus pies se detuvieron al pasar por una neveria en especial; donde el y Taehyung acostumbraban a tener sus primeras citas. Donde hablarían por horas, mientras ambos se perdían en sus miradas, disfrutando de la compañía del contrario.

Una lagrima cayó por su mejilla, la cual limpio de forma rápida. Respiró hondo y decidió continuar su camino.

—¿Estás bien?

O al menos eso había intentado.

Visión || TaegiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora