Querido febrero:
Eres como la juventud; placentero, efímero y lleno de emociones.
Aunque pases desapercibido en muchas ocasiones,
Siempre tienes lo necesario para llenar nuestros corazones.
Aunque muchas veces estuvimos a punto de enloquecer,
Siempre nos ayudaste a crecer.
Cada año traes distintas sorpresas llenas de saltas, risas, amor y gritos.
Pero a pesar de los altibajos que nos puedas dar,
te escribo para para pedirte; por favor nunca dejes de tocar a nuestra puerta para dejar esa divertida cajita de sorpresas que sueles preparar.