Para Rose Cameron el 14 de febrero nunca será un día agradable que compartir con sus amigos o alguna pareja. Para ella ese día es una maldición.
Rose, odia con toda su alma esa fecha, es el día en que nació y el día en que perdió mucho, ella ya no c...
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14 de febrero del 2023
Estar a la expectativa es peor que estar asustado, estar asustado es una mierda y estar ansiosa es aún peor. Yo ahora estoy expectante, ansiosa y asustada, todo junto y revuelto como los huevos para el desayuno de esta mañana.
Y se preguntarán ¿y ahora que es lo que le sucede a Rose? Y ese es el maldito problema, no me sucede absolutamente nada, faltan diez minutos para las doce de la noche y mi día ha sido tan cotidiano como un día cualquiera.
Pero yo no he actuado normal, claro que no, me la pase tensa todo el día esperando lo peor ¡y nada pasó! Me siento estafada en todos los niveles posibles, y no es que quiera que me ocurra nada malo, pero es que me acostumbre a que este día sea un asco.
Soy una masoquista de lo peor.
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14 de febrero del 2023
9:22 am.
Dos grandes y oscuros ojos me observan, de pupilas enormes de color negro y borde de un marrón oscuro intenso, la mirada es feroz e intimidante, es la mayor amenaza en la que he estado.
Mis manos tiemblan al acercarme, no me gusta esto, para nada, me aferro con fuerza al pequeño objeto en mi mano y con agilidad y maestría corto una garra asesina.
El pequeño Chihuahua cabezón me gruñe como si fuera su mayor enemiga, suelto su pata marrón claro y comienzo con la otra pata, no me gusta recortar uñas, pero bueno, es parte de mi labor como asistente de veterinaria.
La perrita de nombre Pinky me ladra con disgusto y con un suspiro por fin termino esta agotadora travesía, por alguna razón le caigo mal a los chihuahuas, son mis enemigos, pero son lindo de bebés. Yo soy más de gatos.
—A veces eres tan exagerada. —sonrío ante el comentario de la doctora Fernández, que entra al consultorio cargando entre sus brazos a un gato de aproximadamente seis meses que tenemos en revisión.
—Pinky me odia, doctora. Tú lo sabe y yo lo sé, por eso no le corta las uñas tú, te divierte que me mire con odio. —dramatizo y la doctora Miranda se ríe colocando al gato en la mesa de metal donde hacemos verificación.
—No voy a negar que me divierte. —afirma palpando al gatito por los costados y en las costillas—. No le siento fractura y por cierto, feliz cumpleaños, Rose. —me felicita y estoy a un segundo de enloquecer, no quiero quedar más rara ante ella de lo que soy, pero que me felicite es como retar al destino y a mi maldito día.
Ya bastante vergonzoso fue explicarle mi ausencia mi primer día el año pasado, hablamos de ello por días y hasta salimos en el periódico local "Asaltantes hacen un intento de robo en un banco y terminan cantado feliz cumpleaños a uno de sus rehenes" fue muy extraño y desde entonces, Ryan y yo vamos solamente a los cajeros automáticos cuando es necesario el efectivo.
